Restaurador de Basílica San Pedro asumirá reparación de vitral de Tribunales
Walter Uptmoor, de la prestigiosa fábrica de cristales alemanes, Casa Franz Mayer, estudió dos semanas la obra del Palacio de Tribunales.
Por Diego Villegas, La Tercera
Frente a la Sala del Pleno de la Corte Suprema, un vitral de 10×5 metros custodia la puerta de acceso de la última instancia que tienen los procesos judiciales para reclamar justicia. Su protagonista es una mujer joven, sentada sobre una piedra, luciendo una corona de laureles y túnica blanca. Una alusión a la vestimenta de la Antigua Grecia. En su mano sostiene el Escudo Nacional y a sus pies descansa el huemul, animal patrio por definición.
En 1910 esta enorme pieza, compuestas de 58 paneles de vidrio, fue mandada a construir en Alemania, específicamente a la casa Franz Mayer de Munich. Era la empresa más prestigiosa en materia de fabricación de vitrales y los Tribunales de Justicia de Santiago querían lucir a la altura de los tiempos modernos que corrían.
Hoy, 103 años después, la Corporación del Poder Judicial -compuesta por el presidente de la Corte Suprema y cuatro ministros del mismo tribunal- decidió someterla a revisión. Era evidente que varias de sus piezas estaban dañadas, trizadas o malgastadas por el tiempo.
Por eso, en junio del año pasado la entidad tomó contacto con la centenaria fábrica alemana de cristales y mosaicos, la más famosa del mundo en su rubro, y les pidió mandar a un experto que analizara el vitral y determinara qué trabajos hacer.
Hace dos semanas aterrizó en Santiago el restaurador, Walter Uptmoor (63), quien en los 20 años que lleva trabajando en la empresa ha refaccionado los vitrales de la Basílica San Pedro, de la Catedral de Munich, y ha decorado las estaciones Stillwell y South Ferry, del Metro de Nueva York, con modernos ejemplares.
Vino con la misión de hacer un estudio durante dos semanas, y hoy, informe en mano, sabe cuánto tiempo tendrá que dedicarse a restaurar la obra completa. Serán cuatro meses para arreglar el 20% del cuadro. “Aún no tengo claro cuándo vamos a empezar a trabajar (con su equipo). Sólo puedo decir que no es muy tarde para hacer algo. El vitral está en buen estado; el problema es la estructura y la construcción del marco que están dañados”, aclara Uptmoor.
Según cuenta el experto, son cerca de 3.500 pequeñas piezas llamadas “vitreaux”, que configuran la imagen total. “Todas deberán ser tratadas individualmente con pinturas hechas con vidrio molido y pigmentos”, explica el profesional.
En su informe, éste detalla, además, que varias de las piezas están rotas por reparaciones incorrectas hechas con productos nacionales. “No dejaremos que la huella del tiempo se deje de ver en la obra una vez que esté lista”, agrega Uptmoor.
Este enviado de la Casa Franz Mayer de Munich ha sostenido reuniones también con funcionarios del Ministerio de Obras Públicas y con la Arquidiócesis de Santiago, entidades a las que les compete recomponer los vitrales de dos edificios emblemáticos de Santiago: La Catedral y la Basílica del Salvador, ubicada en Huérfanos con Almirante Barroso.
Uptmoor revela que dentro de la capital existen por lo menos otros 10 inmuebles que tienen estos productos de la compañía. “La idea es ofrecer nuestra ayuda con estos otros edificios”, revela el experto.