Daños y ‘toma’ sufre mirador de B. O’Higgins en Valparaíso
Por Mauricio Silva, El Mercurio.
Monumento público conmemora el zarpe de Primera Escuadra Nacional:
Casona destinada a ser un museo de sitio es ocupada como vivienda por familia de ex obrero municipal. Esta ya logró que municipio le traspasara otra parte de los terrenos.
En agosto de 2005 fue reinaugurado en un acto solemne con la presencia de formaciones militares, encabezadas por el entonces comandante en Jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre.
El obelisco que en 1910 erigió el cuerpo de policía de Valparaíso para conmemorar el zarpe de la Primera Escuadra Nacional parecía recuperar sus mejores días. Pero el monumento que recuerda que el 9 de octubre de 1818 Bernardo O’Higgins observó el zarpe desde ese mismo lugar del cerro San Roque vuelve a sufrir el rigor del abandono, ya que, según los vecinos, no duró mucho el aspecto flamante que le brindaron las escalas de piedra granítica y las grandes luminarias que allí se instalaron.
Ya no está el cóndor de granito que coronaba el obelisco. Desestabilizado por el sismo del 27-F, una maniobra fallida de Bomberos terminó con el monolito azotado contra las escalinatas de acceso. Mejor suerte ha corrido la efigie del Padre de la Patria, instalada en la pared frontal del mismo. A diferencia de la anterior hecha de cemento, destruida a martillazos, el medallón metálico acuñado en Casa de Moneda ha resistido a los vándalos. Pero estos se han desquitado afeando el monumento con rayados.
La otra situación que tiene molestos a los habitantes del sector es que la casona frente a la explanada del obelisco, destinada a ser un museo de sitio, es ocupada como vivienda por la familia de un ex obrero del municipio.
“A todo ese panorama de deterioro hay que sumar las actividades cotidianas de los ocupantes de la casona, que se adueñaron de un espacio público”, dijo el presidente de la junta de vecinos Líder Aravena. “Hasta usan la explanada como taller para reparar camiones”, acusa.
“Toma legitimada”
La situación “indigna” al historiador Archibaldo Peralta, impulsor de la inversión que hace ocho años se destinó al monumento y su sitio. Él recuerda que con parte del dinero se habilitó la casona como museo, con elementos prestados por el hoy museo Marítimo Nacional.
Ángela Olivares, ocupante de la casona, ya logró que en 2010 el municipio traspasara a su nombre otra parte de ese mismo predio, donde su familia levantó un cerco y una vivienda de madera. El concejo municipal aprobó que se acogiera al DL 2695, que regulariza ocupaciones de terrenos fiscales, pese a que Peralta consiguió en el Archivo Nacional el testamento por el que el dueño original, Rommel Schmidt, legó el predio a la ciudad con fines conmemorativos.
“Se legitimó lo que me atrevería a llamar la ‘toma’ de un terreno que tiene un valor histórico para Valparaíso, Chile y América”, dice Peralta. Pero el alcalde Jorge Castro aseguró que tal traspaso excluyó la casona.
El Consejo de Monumentos confirmó ayer que el obelisco es un monumento público. La ley 17.288 asigna al municipio, intendencia y gobernación responsabilidades en su mantención y conservación.
$30 millones del FNDR fueron invertidos en 2005 en el monumento público porteño.