Las rutas más cotizadas para preparar el Maratón de Santiago
A un mes del evento, los corredores se trasladan desde el cerro San Cristóbal al “plano” de la ciudad.
Por Diego Villegas, La Tercera
Llegaron a ser 2.500 los corredores durante las horas peak de los sábados y domingos de un verano que, para ellos empieza en noviembre y termina en marzo.
Entre las 8.30 y las 11 de la mañana, se veían mayoritariamente runners, una hilera de éstos, ingresando por Pedro de Valdivia y por Pío Nono hacia el Parque Metropolitano. Hoy, según calculan en la consultora Urbanismo y Territorio -especializada en hacer conteos de trotadores y ciclistas- éstos apenas deberían sobrepasar los 100 diarios cada fin de semana. Para eso la empresa se basa en los monitoreos hechos el año pasado en la misma fecha. “Siempre sucede el mismo fenómeno antes del Maratón de Santiago”, asegura el gerente de proyecto de UyT, Hernán Silva.
Un mes antes del gran evento deportivo -programado este año para el 7 de abril-, los aficionados dejan de correr en pendiente y se trasladan a los parques de la ciudad. “Ir una vez a la semana al cerro San Cristóbal es uno de los principales hitos durante el verano. Son 10 kilómetros que dan mucha potencia y fuerza muscular para cualquier tramo del maratón, ya sea 10, 21 o 42K”, dice el integrante del Vespucio Runners Team, Angel Escobar.
Cuenta que son al menos cuatro meses los que cada participante se debe preparar en el cerro antes de bajar a las áreas planas. Las que tienen menos interrupciones son el Parque Bicentenario, el Araucano y el Bustamante. “También, se opta por el de Tobalaba y el bandejón central de Av. Américo Vespucio”, afirma Escobar.
Lo que se trabaja ahí es la frecuencia cardíaca, específicamente, que ésta se mantenga para retrasar fatigas y calambres. “El ritmo ideal que uno debe alcanzar es de cinco minutos por kilómetro recorrido. Para aguantar ese tiempo necesitas tener el cuerpo preparado a 165 pulsaciones por minuto y eso se logra con el entrenamiento en lugares planos”, explica Escobar.
La distancia total del maratón son 42 kilómetros. Sólo un 10% cumple con todo el desafío para aspirar a los US$ 20 mil que entrega la competencia al primer lugar; el resto alcanza los 21K y 10K.
Ayer, los 25.000 cupos para participar se habían agotado, lo que no implica que quien quiera correr concurra de igual forma.
Circuitos privilegiados
Omar Aguilar es entrenador del grupo Santiago Runners, que tendrá 12 competidores en la distancia máxima del maratón. Ellos buscan tres semanas antes de la fecha terrenos más blandos. “Vamos al parque de Av. Tobalaba y recorremos los 4,9 kilómetros que hay entre Príncipe de Gales y El Bosque Norte. Elegimos esta ruta porque hay pocos semáforos y es más fácil agarrar ritmo”, explica.
El grupo de Santiago Runners también se lanza al Bicentenario. “Partimos al sur del parque y para hacer que la ruta se extienda por cinco kilómetros, nos vamos por Escrivá de Balaguer hasta la rotonda Carol Urzúa. Esto nos permite asemejar el recorrido oficial del maratón”, explica Aguilar.
Jorge Acosta entrena con el club Andes Team y se toma muy en serio la parte final de la preparación que para él y su equipo dura cinco semanas. Ellos van variando los circuitos. “Vamos al Parque Araucano, porque ahí hay pendientes leves”, aclara Acosta. Esta ruta la intercalan con un recorrido de 15 kilómetros que ellos mismos se trazan entre Av. Escrivá de Balaguer, hasta Padre Hurtado Norte. ¿La frecuencia? Cuatro veces por semana.
Este corredor y su grupo usan el bandejón de Américo Vespucio, entre Av. Vitacura y Av. Apoquindo. Pese a que está cruzado por varias calles, los tramos son largos.
Existe otra ruta utilizada por los aficionados, claro que en menor medida. Se trata del Parque Bustamante, entre Santa Isabel y Baquedano (2,4 kilómetros).
El trayecto sólo está interrumpido por tres avenidas, lo que no es mucho para los runners. “En este recorrido es fácil mantener el ritmo. Damos cerca de cuatro vueltas. Mucha gente lo ha escogido durante el último tiempo”, señala Escobar.