El primer año del Parque de la Infancia
142 mil personas visitaron el parque dedicado a la primera infancia, ubicado en la cara norte del cerro San Cristóbal y que en abril celebrará su primer aniversario.
Durante los primeros cinco meses el conteo de visitantes lo llevaban en la puerta de acceso con lápiz y papel. Hasta que los torniquetes de entrada pudieron hacerse cargo de las estadísticas. Estas cuentan que, desde su inauguración el 21 de abril del año pasado, hasta el 28 de febrero de 2013, han asistido 142.159 personas. “El peak se produjo en julio, durante las vacaciones de invierno, donde llegaron más de 33 mil personas”, señala Mauricio Fabry, director del Parque Metropolitano.
Otro tanto ocurrió para el Día del Niño, en agosto. Al igual que durante algunas jornadas de invierno, tuvieron que cerrar momentáneamente el ingreso, ya que habían llegado al total de la “capacidad” sugerida por el municipio de Recoleta: 1.250 personas.
Hoy el ritmo no es tan vertiginoso, pero el fin de semana los cuidadores de autos dicen que la fila de automóviles se extiende los casi 300 metros frente al parque durante mañana y tarde.
Desde noviembre pasado comenzó a llamar la atención de los visitantes algunos movimientos de tierra en las rejas y en el foso de arena de los columpios. Trabajos que correspondían al mejoramiento del sistema de riego.
“Desde un principio se pensó entregar el parque en distintas etapas -señala Fabry-, como es gratuito y de gran afluencia de público, sabíamos que se debía usar para probar algunas cosas”. Fue así como se automatizó el sistema de riego y se limpiaron las esferas de agua para evitar malos olores.
Pero la obra de mayor envergadura se realizó en la parte sur, donde se creó un sendero peatonal habilitado para personas con discapacidad. “Tiene pendientes, seguidas de planos, además de un ancho adecuado para que lleguen vehículos de emergencia”, explica la coordinadora del parque, Priscilla Conca.
También se trabajaron los taludes con hidrosiembra, es decir, se esparció un gel con semillas y nutrientes en los faldeos superiores para evitar su erosión con vegetación. A fin de mes se debe hacer también el llamado a licitación de la cafetería, el que debiera adjudicarse a principios de mayo. Y con ello poner fin al período de prueba del parque.
Los vecinos lo recuerdan a la perfección. Se llamaba Parque María Luisa y era poco más que una plazoleta que trepaba al cerro por Avenida Perú. “Tenía balancines y columpios de esos de madera y fierros para escalar. También había una pileta y una caída de agua desde un acueducto que se secó. Había muchos cursos de agua en el cerro antes”, recuerda Pablo Castro, recoletano hace más de 40 años.
Precisamente, el actual parque conserva un torreón de ladrillos de la vieja plaza, el que correspondía a un molino que utilizaba esos caudales. Más arriba de él sólo había cerro. María Jorquera vive en un departamento del primer piso de la Villa San Cristóbal, enfrente del parque, y recuerda las excursiones que realizaba durante primavera: “Subíamos con los niños hasta el sector del Ermitaño para encumbrar volantines”.
Para Elemental, la oficina de arquitectos que ideó el parque, este es el primer paso de un proyecto aún mayor. “Desde 2003 más o menos que proyectamos un paseo metropolitano que rodee el Parque Metropolitano en una cota no tan alta, siguiendo el trazado de un antiguo canal de regadío que llevaba agua desde el Mapocho a Huechuraba. El límite superior del Parque de la Infancia da justo con la cota superior de este canal ”, señala Víctor Oddó, socio de Elemental.
Si bien los arquitectos bautizaron su propuesta como Paseo Zócalo Metropolitano, en el Parque Metropolitano lo llaman Sendero Rústico, el cual consta de tres tramos, uno de ellos ya entregado, que une el Parque de la Infancia con Pío Nono; otro en ejecución que se interna 800 metros hacia el norte hasta llegar a Recoleta, y el Tramo Cero, que va desde Pedro de Valdivia Norte hasta Bellavista, el que se debe licitar y ejecutar durante el segundo semestre de este año.