Las reflexiones en torno a los resultados de la encuesta de “Santiago Cómo Vamos”
1.608 habitantes de las 34 comunas del Gran Santiago respondieron en enero pasado la primera encuesta ciudadana “Percepción a la Gestión y Calidad de Vida de Santiago” (ver en este link) que desarrolla la organización Santiago Cómo Vamos, y que contó con el apoyo de la Universidad Diego Portales y de la fundación AVINA Chile. Para presentar los resultados y reflexionar en torno a ellos, ayer se llevó a cabo el seminario “Ciudad en Movimiento: Moverse mejor para vivir mejor“, donde a auditorio lleno se discutió sobre el actual estado del transporte urbano y las proyecciones para el futuro de la capital. Entre los exponentes estuvieron académicos; el gerente general de SUBUS, el ministro de Transporte, e incluso pre-candidatos a la presidencia.
Siguiendo la exitosa experiencia inicial de Bogotá Cómo Vamos, Santiago se sumó en 2011 a la red de ciudades latinoamericanas que han replicado esta medición con foco en la percepción de los habitantes, gracias a la iniciativa de Ciudad Viva. La encuesta contempló preguntas sobre la ciudad en general, el barrio, el transporte y la gestión de las autoridades locales y comunales.
Para Rodrigo Quijada, presidente de Ciudad Viva, el conocer la opinión de las personas lo es todo: “A diferencia de otros lugares donde se miden las cosas objetivamente -tiempos, frecuencia, etc.- el transporte en Australia solo lo miden en base a la percepción. Entonces, más allá de lo que marque el cronómetro, lo que importa es si la gente encuentra que el servicio funciona bien o mal, y desde ahí se empieza a trabajar“.
Uno de los resultados de la encuesta indica que un 41% de los santiaguinos perciba que la capital va por “muy buen y buen camino”. Sin embargo, al separar el territorio en cuatro sectores se evidencia mayor diferencia en esta percepción, pues en el Oriente un 56,8% de las personas cree que las gestiones en Santiago van en la dirección correcta, mientras que en el sector Sur, solo un 36,4%.
Así, el director del Laboratorio Ciudad y Territorio de la UDP, Genaro Cuadros, explicó que “esta medición nos permitirá en el mediano y largo plazo colaborar desde la sociedad civil a monitorear de forma permanente, técnica y objetiva el avance o retroceso de la ciudad y poder sentar en la mesa de las grandes decisiones a las organizaciones ciudadanas como actores claves”. Para lograrlo, la encuesta será aplicada cada dos años y ya hay algunas comunas como Recoleta, Santiago, Independencia, Providencia y Huechuraba que están interesadas en trabajar ciertos indicadores junto a Santiago Cómo Vamos.
Desafíos del transporte urbano
Ciertamente este tópico ha sido uno de los ejes centrales en las discusiones sobre ciudad, especialmente desde que se inauguró el Transantiago. En el panel, el gerente general de la concesionaria SUBUS, Andrés Ocampo, hizo la observación de que dentro de los resultados de la encuesta, los calificativos más usados para definir a Santiago fueron “congestionado”, “contaminado”, “grande” y “estresante”; todos relacionados de cierta manera con el transporte. Asimismo, afirmó que el transporte público pierde velocidad a razón de 1 km/hr cada año. Para subsanar la situación, Ocampo propone mejoras a la infraestructura, como la creación de más vías realmente segregadas, paraderos y estaciones intermodales, entre otras.
Respecto a la ciudad en general, un 57,6% de las personas señaló que todos los días o varias veces a la semana viaja en transporte público. En la misma línea, un 57,5% calificó al Transantiago como “negativo”, por lo que el sistema obtuvo, en promedio, nota 4. En consecuencia con esta visión, un 42,7% identificó al automóvil privado como su “transporte ideal.
Explicando lo anterior, el director de Arquitectura de la UDP, Ricardo Abuauad, señaló que hoy en día “no hay propuestas de transporte urbano sustentables que sean viables con el crecimiento de Santiago“. Y complementando los dichos, el Decano de la misma casa de estudios, Matías Klotz, fue breve y categórico: “el problema del transporte es la densidad. Santiago es extenso por ser una ciudad de dos pisos. Hay que achicar la ciudad“.
Desde una visión más local, Rodrigo Quijada subrayó el hecho de que, según el estudio, “la gente valore su barrio y el pequeño comercio, y eso es bueno porque con servicios a mano, resuelvo mis necesidades a pie“. Además, agregó que cerca de un tercio de los viajes en la capital se hagan a pie, lo que es comparable con lo que sucede en Berlín, París o Londres.
Segregación versus Integración
A principios de este año, la OCDE indicó que Santiago era la ciudad más desigual de las 30 evaluadas y centró sus críticas en la integración social de familias vulnerables. En el marco del seminario, el ejemplo más emblemático fue el fallido barrio de viviendas sociales, Bajos de Mena, en Puente Alto. Al respecto, muchos coincidieron en que una ciudad es más sana y buena cuando está integrada espacialmente. Abuauad, por su parte, recalcó que si Política Nacional de Desarrollo Urbano que se discute actualmente espera ser exitosa, debe integrar medidas estratégicas de una política de uso de suelo.
Al respecto, el precandidato Andrés Velasco se mostró partidario de crear más subcentros y de la tarificación vial. Sin embargo, criticó el hecho de que la mayor inversión se haga donde hay menos necesidades, debido a un grave problema en el sistema de asignación de recursos. Por ejemplo, el presupuesto anual de Las Condes es de $125.000 mill., mientras que el de La Pintana es de $25.000 mill.
Su contraparte, Claudio Orrego, afirmó que “hay una reforma ciudadana, pero silenciosa, pues no está en las redes sociales ni es portada de la prensa, porque cuesta politizar las demandas urbanas. Pero es en este momento cuando el Estado tiene que asumir su rol en temas de ciudad e integrar en el proceso a la comunidad, antes de que se produzcan manifestaciones y paralizaciones mayores“.
Al cierre del seminario el ministro de Transporte, Pedro Pablo Errázuriz, admitió que son necesarias transformaciones de insfraestructura e institucionalidad, pero que sobre todo, hay que lograr la manera de crear políticas sostenibles. Finalmente, manifestó la necesidad de que los políticos no se enfoquen en la presión de los gremios, sino en el usuario, pues “como ministerio, nuestra misión es tener un sistema de transporte que impulse el desarrollo social y económico de Chile”.