Helipuertos de Santiago se duplican en 10 años en azoteas y superficie
En 2003 eran 27 las terminales aéreas de ese tipo y en una década éstas aumentaron a 58, repartidas en distintos puntos de la capital.
Por Patricio Cofré, La Tercera
El grupo Gildemeister acaba de terminar la construcción de su nuevo edificio corporativo en Av. Las Condes 11.000. Pese a que el inmueble todavía no se inaugura oficialmente, desde fines de enero ya cuenta con el permiso de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) para que opere el helipuerto de la azotea.
Ricardo Lessmann, el presidente & CEO de la compañía, que tiene la representación de Hyundai en Chile, explica que le agrega valor a su edificio, sin que éste haya tenido un alto costo. “Quizás no lo vamos a ocupar para que se trasladen ejecutivos o clientes, pero podría servir de apoyo para emergencias de clínicas cercanas”, asegura.
Ese pequeño terminal aéreo fue el último que autorizó la DGAC para operar en la Región Metropolitana. Cuando así lo hizo el 30 de enero pasado, se completaron 58 helipuertos en la capital, más del doble de los que funcionaban hace 10 años, en 2003, cuando se contabilizaban 27.
Sólo en el último año se sumaron cinco, entre los nuevos y los que se volvieron a habilitar luego de estar en reparaciones. Entre ellos, el que está arriba del edificio del Banco Itaú, el del edificio Isidora 3.000, Cancillería, Agroforestal y Gildemeister.
Todos se sumaron a los 45 que había en 2010, entre ellas, los de las torres de Lan, Telefónica, Titanium y WTC. Desde ese año, se incrementaron en un 30% a la fecha.
Distintos son los objetivos que tienen las entidades y empresas para instalar helipuertos tanto en azoteas como en superficie. Estos van desde emergencias médicas, forestales y policiales hasta traslado de turistas y de altos ejecutivos.
El jefe de fiscalización y certificación de aeródromos de la Dasa de la DGAC, Renzi Jara, asegura que el aumento de helipuertos se debe al mayor uso de este medio de transporte en la ciudad. “Es una nave versátil, que permite un rápido desplazamiento y que no necesita de grandes superficies para operar”, explica.
Cada uno de estos tienen entre 400 y 650 m2 y pueden soportar hasta 9.000 kilos de peso. Cada vez que se construye uno, lo ideal es proyectarlo desde un principio, aunque varias torres los han habilitado a posteriori. “Lo mejor es hacerlo desde la fase del diseño, para que desde entonces se tome en cuenta la carga de peso que recibirá”, aclara el director de la Escuela de Construcción Civil de la UC, Pablo Maturana.
Dominique Andreani, gerente Comercial de Eurocopters, el principal vendedor de naves en el país, dice que el aumento del uso de estas naves, sobre todo a nivel privado, responde al incremento de la congestión vehicular en la capital y también a la moderna infraestructura de edificios. “Los de Santiago tienen una muy ad hoc para que los helicópteros puedan aterrizar”, indica.
Este tipo de razones son las que también hicieron que los terminales para estas naves crecieran en ciudades como Sao Paulo -que cuenta con 272- y de Nueva York, donde llegan a los 189.
Usos
Una parte importante de los terminales aéreos de la capital están en azoteas de clínicas y hospitales. En los últimos años a los ya existentes en la Posta Central, el Hospital Militar, Barros Luco, San José y Clínica Las Condes, se agregaron el de la Clínica Indisa, Alemana y el de la Mutual de Seguridad, en Estación Central.
Por otra parte, los que demandan la construcción de más helipuertos son los particulares. Margot Valck, gerente de Marketing de Eagle Copters (empresa que tiene un helipuerto en Chicureo) señala que varios particulares tienen helicópteros para trasladarse a los alrededores de Santiago por motivos de trabajo. También, para los fines de semana. “Algunos van a Rapel, otros a las Tacas y en invierno a los centros de esquí”, cuenta.