El edificio que renovará la calle Portugal
El proyecto modernizará la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile y se transformará en 2014 en un nuevo referente urbano del barrio.
Por R. Miranda, La Tercera
LA esquina de Portugal con Marcoleta se teñirá por las noches de suave luz artificial. La iluminación provendrá de las ventanas verticales de una “nave” futurista que se transformará en un nuevo referente urbano del sector. Hoy desperdiciada, esa área de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile se convertirá, en 2014, en un edificio de líneas contemporáneas que dialogará con un entorno patrimonial.
A través de la invitación que hicieron las autoridades de la facultad a sus profesores, en enero pasado la propuesta diseñada por Fernando Dowling, arquitecto y académico, junto al también arquitecto de la Universidad de Chile, Claudio Santander, fue la elegida para construir ese espacio.
“Uno de los desafíos fue darle una quinta fachada. Desde el punto de vista de los habitantes de las torres de San Borja, el techo significa un aporte y en el proyecto se considera que éste armonice con las torres existentes. Las ventanas continuarán desde el muro hacia el techo y durante las noches se iluminarán espontáneamente por su uso para salas de posgrado”, apunta Dowling sobre el diseño, en el que también participaron los arquitectos Carlos Bornand y Sergio Mora, y el estudiante Jaime Bravo.
Otro de los aspectos relevantes fue disponer el edificio de tal forma que genere un nuevo acceso a la facultad por medio de una gran explanada integrada al espacio público de Av. Portugal, conservando los árboles originales que, junto a la construcción antigua, fueron declarados de conservación histórica.
La propuesta da mayor importancia a la esquina. Para ello se tomo la decisión de hacer un corte en el volumen para generar una “gran ventana” a través de una fachada traslúcida que muestra el interior. A su vez, el muro sur será acristalado, lo que permitirá filtrar abundante luz natural y hacer visibles salas de clases o una galería de arte.
Una moderna biblioteca se ubicará en el subsuelo y generará un patio de luz y vegetación, con techos triangulares de cristal para incorporar luz al interior. Finalmente, una pasarela unirá el sector antiguo y el nuevo.
El edificio permitirá que la facultad reordene la secuencia de sus oficinas administrativas y así incluirá la Escuela de Posgrado, el Instituto de la Vivienda (Invi), el Departamento de Geografía, el Centro de Proyectos Externos y la Fundación FAU.
La estructura de siete mil metros cuadrados también albergará estacionamientos subterráneos, una sala de exposiciones, una librería y una nueva cafetería.
“No es un edificio completamente de cristal como se acostumbra en la arquitectura contemporánea. Es equilibrado, conjuga con el resto de la facultad y comparte algunos elementos de identidad con el conjunto”, destaca Leopoldo Prat, decano de la Facultad de Arquitectura.
El edificio Marcoleta solucionará el déficit de tres mil metros cuadrados que tiene la facultad, especialmente en salas de clases.
Los antiguos pabellones que componen la facultad fueron caballerizas del Ejército. Estuvieron a punto de ser demolidos para construir nuevas torres de la Remodelación San Borja. Ante ese peligro, a fines de los años 70, profesores de la Escuela de Arquitectura intervinieron para conservarlos.
El recinto fue construido en 1883 para el Regimiento de Caballería Nº 2 Cazadores, fundado en 1818. En 1933, esa institución se trasladó y el edificio fue ocupado para el Liceo 5 de Niñas y el Mercado Presidente Juan Antonio Ríos, donde había carnicerías, zapaterías y florerías.
En 1976, el inmueble se traspasó a la Facultad de Arquitectura. Treinta y siete años después, esa institución apuesta hoy por un nuevo edificio, que se complementará con los pabellones originales. Pero esta no será la única reinvención que sufrirá el barrio. “A futuro, hay un proyecto municipal contemplado en el nuevo Plan Regulador para completar la calle Marcoleta y hacerla continua, porque actualmente está cortada por el Parque San Borja. Marcoleta pasará por el borde del parque. Nosotros queremos proponer a la municipalidad que sea una calle de poca velocidad, adoquinada y que pertenezca al parque”, remata el decano.