Los nuevos aires de una antigua galería de Providencia
Por Loreto Gatica, La Tercera. (30/03/2013)
Entre centros de belleza y fotocopiadoras, las fuentes de soda con 20 años de existencia conviven hoy con restaurantes que vinieron a renovar un antiguo barrio comercial.
ES de esas galerías de Providencia que se niegan a desaparecer. La de Francisco de Aguirre, ubicada en la vereda norte de Av. Providencia (número 2528, entre Holanda y Luis Thayer Ojeda), lleva cerca de 40 años en el barrio. En sus mejores tiempos albergaba boutiques con ropa para señoras y niños, pero cuando pasó de moda, llegaron las depiladoras, las reparadoras de ropa, las sastrerías y los servicios técnicos de electrodomésticos.
Pese a esa caída, esta galería supo reinventarse. A las típicas cocinerías y fuentes de soda que llevan ahí más de 20 años, se empezaron a sumar hace dos años nuevos restaurantes, como el tailandés Lai Thai y el Govina Lila, de comida krishna.
Cristóbal Cox, uno de los socios del Lai Thai, cuenta que abrieron una sucursal ahí porque la galería “tenía onda”. “Llega gente joven y ahora nos queremos poner de acuerdo con los antiguos locatarios para instalar galerías de arte”, dice.
La voz se ha corrido entre los emprendedores gastronómicos y el local Big Sushi, de Pedro Silva, está pronto a abrir. “Este lugar ya no es sólo de menús caseros. Empezó a evolucionar. Aquí transitan médicos, oficinistas y los trabajadores del mall Costanera Center que quieren otras alternativas”, dice.
“Lo que me gusta de esta galería es que es poco conocida, se puede fumar, es barata y queda al lado de la oficina”, cuenta la odontóloga Claudia Mañas, mientras come arroz frito con pasta de camarón, pasas, piña y carne de cerdo agridulce en el Lai Thai.
Los nuevos restaurantes fueron bien recibidos por los más antiguos, como El Tata, que ofrece almuerzos desde 1989. Sus dueños dicen que los que han llegado en los últimos años trajeron nuevos aires a un lugar bastante olvidado.
Ubicado en el segundo piso, El Tata sigue revolviendo la cazuela hecha de costilla derecha. Siguen revolviendo el mejor puré casero de la zona y sirviendo el infaltable consomé en invierno. Su dueña, Gerarda Pérez, cuenta que de las cinco mesas que tenían cuando empezaron, hoy completan 50. “Servimos cerca de 150 almuerzos al día”, cuenta la encargada.
En el local 136, Blanca Urtubia fríe el pescado casi todos los días. Dice que su local, la fuente de soda Bum, reparte 300 viandas diarias. No era así hace 22 años, cuando abrió, pero es la dinámica de hoy, de lunes a sábado. “Mi secreto es el buen aliño y en el servicio rápido. Hay que servir ligerito, porque la gente tiene a veces 10 minutos para almorzar”, explica.
El Govina Lila se ha hecho famoso desde que se instaló en el primer nivel de la galería hace 18 meses. Tiene 10 mesas y una rotación importante entre las 13 y las 15.30 horas. Los comensales llegan por su oferta sin carne: lasaña de verduras con aceitunas y queso ($ 2.700), jugos naturales, sándwiches de pan integral y pan pita, y empanadas de tomate, queso y albahaca ($ 1.000).
Cuando cae la tarde, este pasaje es un buen atajo para los que salen de la oficina. Hace un año y medio abrió ahí un bar especializado en cervezas, el Black Rock Pub, cuyo dueño es australiano. Durante el día también ofrece almuerzo (por $ 3.800), pero de noche, su barra cobra relevancia. Tiene amplios salones, una pantalla de televisión y un tablero para jugar tiro al blanco. Los sábados se cocina pescado con papas fritas, el plato favorito de los anglosajones.
La apertura del Costanera Center le trajo beneficios a este patio de comida del pasaje de Providencia. “El sector se modernizó y trajo más gente. A mí, además, se me abrió un nuevo rubro: estoy empezando a apostar por el delivery para una de las tiendas de departamentos del mall”, cuenta Eduardo Núñez, dueño del Benmar, su local en el número 112 A.
Y los recién llegados apuestan que la ganancia será para todos con el centro comercial de Cencosud. “Además de haber abierto espacio para nuevas especialidades gastronómicas, vinimos a hacer un rescate urbano. Queremos seguir entusiasmando a los más antiguos para modernizar más esto”, afirma Cristóbal Cox, quien está detrás de la comida de moda, la del Lai Thai.