El modelo peruano que Aguas Andinas propone para mitigar cortes masivos en Santiago
Por Carla Vásquez, La Tercera.
Por requerimiento de la superintendencia, Aguas Andinas presentó un plan de inversiones por US$ 130 millones. R Las obras buscan minimizar los efectos de la turbiedad extrema del río, la cual dejó sin agua a cuatro millones de personas en el verano.
Dos episodios de inusuales lluvias durante el verano causaron estragos en Santiago. Con el primero, producto de rodamientos de tierra que enturbiaron el río Maipo, dos millones de personas debieron permanecer por horas sin agua potable; mientras que, con el segundo, cuatro millones de santiaguinos se quedaron sin suministro.
Tras estos casos, la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) instruyó a Aguas Andinas y a otras empresas sanitarias que desarrollaran estudios sobre inversiones enfocadas a enfrentar los efectos de la turbiedad extrema que alteran el suministro de agua potable. La empresa entregó su plan de acción el 30 de marzo, el que combina estanques y nuevos pozos de agua subterránea.
Dentro de las novedades está un sistema de estanques que replica el modelo de la planta La Atarjea, que existe en Lima, Perú.
La planta es abastecida por el río Rímac, pero entre el afluente y la planta de tratamiento existen dos estanques de agua cruda (no tratada) que suman 1,5 millones de metros cúbicos (m3). El torrente, tras pasar por los estanques, se va hacia la planta, donde el agua es tratada y distribuida.
Según una fuente ligada a Aguas Andinas, la idea es desarrollar un sistema similar en Santiago. Actualmente, la planta tiene una toma de agua en el río Maipo, que consta de compuertas de cierre y regulación del caudal extraído del río, lo que permite el corte del agua cuando viene con alta turbiedad. El nuevo diseño permitiría instalar estanques, donde “nuestra idea es mantenerlos siempre en uso, de forma que el agua que está en ellos se vaya renovando de forma permanente”. Tras ello, el agua pasaría al tratamiento en la planta Las Vizcachas.
La ventaja que tiene este sistema es que, en un evento de alta turbiedad, la planta pasa a alimentarse de los estanques donde se guardó el agua y no del río Maipo.
Algo similar a lo ocurrido en Chile pasó en marzo pasado en Lima, producto de las lluvias. En aquella ocasión, el Rímac más que duplicó su afluente, con 150 m3/s, lo que produjo el desplazamiento de toneladas de tierra y basura. Esto provocó que en las rejillas de captación (ver infografía) se comenzara a acumular esta basura, por lo que la planta decidió bajar el nivel de agua que ingresaba, debiendo utilizar el agua de los pozos. Con esto, los limeños tuvieron agua potable durante todo el tiempo.
Según estimaciones de Aguas Andinas, el plan de inversión alcanzaría los US$ 130 millones y estaría implementado en un plazo máximo de tres años. Este permitiría aumentar drásticamente el tiempo de autonomía de la planta en emergencia, el cual hoy es de cuatro horas en verano y ocho en invierno. Cabe destacar que la empresa está desarrollando inversiones que permitirán una autonomía de ocho y 14 horas a partir de 2014, pero, de aplicarse el total de inversiones propuestas por Aguas Andinas, esta autonomía podría llegar a 35 horas.
Actualmente, la compañía se encuentra desarrollando los estudios de factibilidad definitiva de las obras, los cuales estarán terminados en un período de cuatro meses, según establecieron.