Estudio muestra que planes reguladores han generado quiebres urbanos en Santiago
Por Manuel Valencia, El Mercurio. (13/04/2013)
Instrumentos han acentuado límites en el centro, Providencia, Las Condes y Vitacura:
Informe indica que las normativas comunales no han permitido consolidar una imagen armónica de la capital. Además, la falta de servicios de una comuna ha hecho colapsar los servicios del municipio vecino.
Avenidas como Vicuña Mackenna, Presidente Kennedy o Américo Vespucio son, para la mayoría de los santiaguinos, arterias clave dentro de la red vial de Santiago. Pero el desarrollo inmobiliario de las últimas décadas ha hecho que estas vías comiencen a evidenciar otra faceta, que pocos distinguen claramente: su rol de fronteras entre las comunas que conforman el Gran Santiago.
Un estudio elaborado por la consultora AGS Visión Inmobiliaria reveló el verdadero quiebre urbano que poco a poco se está generando a ambos lados de estos silenciosos límites.
Según explica Esteban González, director de estudios de AGS, esto sucede porque los planes reguladores comunales establecen criterios extremadamente disímiles en aspectos como la altura máxima, la densidad o la protección del patrimonio. “Esta situación genera que la imagen de la capital sea una suma de paisajes quebrados. Hoy día, Santiago está conformado por verdaderos feudos, que casi en un 90% de los casos no conversan entre sí, sino que planifican hacia adentro y buscan dar lugar a beneficios para la comuna y no para la ciudad”.
Ejemplos hay varios. En Vicuña Mackenna, límite entre Santiago y Providencia, se aprecian verdaderos enjambres con 22 torres, de entre 18 y 25 pisos, hacia el poniente. Basta rotar la mirada a la cuadra del frente para constatar la presencia de pequeños edificios de hasta cinco pisos, locales comerciales y viviendas que, en promedio, tienen 40 años de antigüedad. Nada sobresale.
Si ambas visiones se compararan aisladamente, cualquiera podría pensar que se trata de ciudades distintas.
Otro caso se da en Avenida Kennedy, que separa Vitacura de Las Condes. En un extremo (Vitacura) se aprecian alrededor de 110 viviendas de hasta tres pisos, con 450 m {+2} de terreno como promedio y con un uso residencial o comercial.
Al frente, en Las Condes, cerca de 30 edificios de departamentos, de entre 18 y 25 pisos, se apostan uno al lado del otro, creando una imagen continua, drásticamente distinta que la de la comuna vecina.
Además de la fragmentación urbana, los deslindes comunales muestran otras deficiencias. Entre ellas, la recarga de vecinos de una comuna en los servicios (consultorios, centros culturales, escuelas, etc.) que sí presta y financia el otro municipio, lo que, según González, relativiza la necesidad de dividir administrativamente los territorios en un área metropolitana.
A juicio de Eduardo Martínez, jefe de estudios de AGS, todas estas situaciones ponen de manifiesto la necesidad de contar con instrumentos de planificación metropolitana. “Hay una distorsión de la cual la ciudad debe hacerse cargo. Hoy no hay incentivos para que los municipios se coordinen. Y a eso se suma que los límites son los patios traseros, porque los alcaldes optan por intervenir en el corazón de las comunas. Se requiere una instancia que piense en la ciudad como un todo y no como una suma de partes”, afirma.
52,5 metros es la altura permitida en Las Condes, casi seis veces más de lo que permite Vitacura en torno al eje Kennedy.
15 torres de hasta 55 pisos conforman el sector de Sanhattan, hacia Las Condes. Al frente hay 160 casas en Pedro de Valdivia Norte.
Siete años en promedio demora la aprobación de los planes reguladores. Según los expertos, con esos plazos, tienden a “nacer” obsoletos.