Ex presidente Empresa Portuaria de Valparaíso: “A mediados de la próxima década habrá que construir nuevos terminales”
Por Tamara Flores Toledo, La Tercera. (13/04/2013)
Asegura que con la licitación del Terminal 2, las necesidades del puerto están cubiertas por los próximos 10 años.
Ayer viernes, mediante un hecho esencial, la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) -de propiedad estatal- oficializó la renuncia de Alfonso Mujica a la presidencia del directorio, quien hace varios meses iba a dejar el cargo, pero a solicitud del gobierno extendió su permanencia. Ahora, el nuevo desafío que asume es la Dirección para Latinoamérica de Spencer Stuart, empresa en la que ya se desempeñaba como director en Chile. Durante sus dos años y medio en la presidencia de EPV, debió concretar procesos complejos, como las negociaciones por el proyecto Muelle Barón, la ampliación del Terminal 1 y la licitación del Terminal 2 de Valparaíso. “Me voy muy satisfecho por haber logrado cumplir mi misión en medio de grandes dificultades políticas y técnicas”, indica.
¿En qué se diferencia la empresa que asumió en 2010 con la que deja?
Recibí un puerto con sólo un terminal operativo, pero obsoleto, pues las naves han cambiado de tamaño y ya no cabía más que una sola nave de las nuevas (Post-Panamax). El otro terminal era operado por el propio puerto, pero sin poder invertir en equipamiento, por lo que era sólo capaz de hacer un 10% de la transferencia potencial. Hoy, el puerto está en proceso de ampliar el primer terminal y construir el segundo, de modo que duplicará su producción en los próximos años, recuperando su condición de “puerto principal”.
¿Qué factores incidieron en que la licitación del Terminal 2 fuera exitosa esta vez?
Era un proyecto que le daba muchas libertades a cada uno de los oferentes, en términos de diseño plazo para construir y hacer funcionar el puerto. Los plazos dependen más bien de la demanda que de fechas fijas -no a cuatro y siete años, como era antes- y el diseño estaba en libertad de hacerlo cada uno. Eso permite que los inversionistas tengan confianza y puedan aplicar su creatividad en crear puertos más eficientes.
¿Cómo evalúa el interés de la internacional OHL en el proceso?
Es muy interesante, considerando que algunos grupos extranjeros tenían un poco de recelo, porque decían “cómo es esto que en Chile operan sólo los grupos chilenos”, pensaban que había discriminación, pero nunca la hubo. Entonces, la licitación demuestra que Chile es un país abierto, donde no se le da ventaja a nadie.
¿El modelo marca un precedente para futuras licitaciones?
Efectivamente, es perfectamente posible hacerlo. Después vienen licitaciones de puertos de mayor envergadura, pero todas las experiencias sirven y se acumulan y esto va a ser una experiencia que puede contribuir al mejor diseño de licitaciones a futuro.
Con el T2, ¿se da por cerrada la etapa de crecimiento o vendrán nuevas obras?
El crecimiento de los puertos no termina mientras no termine de crecer la economía. Esto nos da tranquilidad para esta década, sin problemas, pero a mediados de la próxima década habrá que construir nuevos terminales, que pueden ser en Valparaíso… o en San Antonio o en ambas partes, ahí depende de la autoridad.
¿Quiénes fueron los grandes ganadores del proceso?
El país, porque no va a tener trabas en su comercio exterior ni en las importaciones y exportaciones, que era el riesgo que se corría si no se licitaba. En segundo lugar, la ciudad, que va a tener más empleo, y tercero, la región que se ve beneficiada al ser la región número uno en transferencia portuaria.
¿Y en la vereda opuesta? Lo lógico era que TPS se hubiera presentado al proceso…
Ellos tomaron la decisión de no participar, por lo tanto, no puedo decir que sean perdedores.
¿Fue una apuesta arriesgada?
Ellos argumentaron que las cifras no les daban y esa es la virtud de la libre competencia. Hubo dos oferentes a los que sí les dieron las cifras. Ellos (TPS) deben estar contentos, porque si las cifras no les daban, no se tuvieron que meter en un proyecto que no les era rentable y los ganadores están contentos, porque entraron a un proyecto que sí les es rentable.
¿Qué queda para Valparaíso en desarrollo portuario?
Queda el desarrollo de un puerto de gran escala. Es un puerto que tiene derecho a crecer y tiene una dotación de recursos humanos de la misma ciudad que lo hace ventajoso.