Frente a Lo Espejo
Por Sebastián Sottorff, El Mercurio.
Escaso equipamiento urbano, poca conectividad y mala educación. Según el Índice de Calidad de Vida de “El Mercurio”, Lo Espejo es la comuna con los peores indicadores. Una realidad que sus casi 100 mil vecinos respiran, aprenden y de la que se defienden día a día.
Lo Espejo no es la comuna más pobre de Chile. Tampoco la más fea, insegura o contaminada del país. Sin embargo, tiene particularidades que exacerban, de mala manera, su exigua fama. Primero: ningún banco, casa comercial, supermercado, farmacia o universidad ha querido instalarse en el lugar. Con esto, sus casi cien mil habitantes viven en un área carente de servicios, que se suma a una muy mala conectividad.
Una realidad que el alcalde Miguel Ángel Bruna, un espejino nacido y criado en la población José María Caro, resume en forma lapidaria:
-Si quieres ir de compras, comer, trabajar o estudiar, sal de la comuna. No te queda otra.
Segundo: de acuerdo a la última Encuesta de Calidad de Vida del Minvu, solo 14% de los vecinos dice que la comuna es bonita. Apenas 24% cree que es limpia, y según la última Casen, solo un 38% se siente satisfecho con su vida. Jorge Rodríguez, vendedor de gas y vecino del “Barrio Chino”, un conjunto de blocks sociales emplazados cerca de la municipalidad, es uno de ellos.
-¿Que cómo es vivir aquí? Es lo más parecido a estar en una isla. Una bien penca, eso sí.
No es necesario adentrarse en esta población para comprobar el hacinamiento, donde en unos 38 metros cuadrados pueden convivir hasta tres familias.
Esta es la comuna más densa de la Región Metropolitana: siete kilómetros cuadrados acogen a más de 99 mil personas.
Tercero: el 31,3% de los hogares de Lo Espejo ha sido víctima de algún delito, según la encuesta Enusc 2012. Quizás por ello los vecinos califican la seguridad con un 3,8.
Así, Lo Espejo es la comuna con la peor calidad de vida del país, según el último Índice de Calidad de Vida elaborado por “El Mercurio”. Una fotografía poco esperanzadora que no sorprende a su edil.
-De cierta forma lo esperábamos. Siempre he pensado que somos la última comuna en todo. Una mala gestión en el pasado se suma al olvido de las autoridades para invertir. Así que, lamentablemente, no me sorprenden los resultados.
Durante años, la población José María Caro ha sido estigmatizada por la violencia que se vive en sus calles. Pese a ello, hay quienes todos los días le hacen frente a las dificultades y luchan por surgir. Como José Arredondo, quien se gana la vida como jardinero y albañil. Mientras arrastra una carretilla repleta de desechos, que afirma haber juntado en una mañana, “porque estaban repartidos por todo el pasaje”, el hombre de 64 años declara que hace la pega que sea, según se necesite.
-Todas las mañanas me levanto a las seis para ir a Vitacura a hacer jardines. Vivo solo, y el “Chico” se me pasaba arrancando a la calle. No sé si alguien lo envenenó, pero hoy llegué, y apareció muerto.
Lo dice mientras con la mirada apunta a un perro negro muerto que asoma entre las varias botellas de cerveza, pañales, bolsas y otros desperdicios que porta en la carretilla. El can y los desechos irán a parar a la caletera de la avenida General Velásquez. “No tengo dónde más botar”, explica el jardinero.
Según el último estudio realizado por el Ministerio del Medio Ambiente, Lo Espejo es la tercera comuna más ruidosa de la Región Metropolitana. Tiene además solo 2,6 metros cuadrados de áreas verdes por habitante. Muy lejos de las 10,7 de Vitacura. Un panorama que Bruna, quien asumió en diciembre pasado, promete modificar.
-Queremos que nuestra gente quiera más a su comuna; reencantar a los vecinos y transmitirles que las cosas pueden cambiar. No queremos más áreas verdes por tener solo pasto. Queremos espacios con inclusión.
La segregación territorial ha sido durante años uno de los factores que le juegan en contra a Lo Espejo. Mirada desde las alturas, la línea del tren y Vespucio Sur son como unas cicatrices. Acá no hay plan regulador y la maraña de calles son un complejo laberinto urbano en el que es fácil perderse entre callejones angostos y rodeados de casas de construcción irregular.
-Mucha gente ni siquiera sabe donde está Lo Espejo. Las autoridades pasan y no conocen los focos graves de inseguridad que tenemos. Nuestra comuna tiene altísimos niveles de delincuencia juvenil, violaciones y de prostitución -agrega el edil.
Según el sistema táctico de análisis delictivo de Carabineros (Stad), todos los ilícitos violentos en Lo Espejo han aumentado. Porque con casi 250 policías, para unos cien mil habitantes, es difícil mantener el orden.
Así lo cree Héctor Muñoz, vecino de la población La Turbina. Es mediodía, y ya hay grupos instalándose en algunas esquinas para consumir droga o tomar alcohol. “La calle es prácticamente de ellos”, consigna mientras encamina a su hijo al colegio.
Todos los recintos de esta comuna están bajo la media nacional. Con 246 puntos promedio en el último Simce de 4° básico y 470,5 en la PSU, Lo Espejo se erige como una de las comunas con peor rendimiento escolar.
Además de la precaria infraestructura, el municipio debe luchar contra una mala gestión educacional. Porque en esta comuna solo hay tres liceos. Dos de ellos son técnicos y uno entrega enseñanza científico-humanista. El año pasado, ninguno logró inscribir a un alumno para rendir la PSU.
Luis Salinas, director de educación del municipio, explica que “eso fue un error bien desalentador”, y admite que “enfrentarse a una comuna que ha estado desordenada por tantos años es una gran tarea”.