Ferias libres son el espacio público mejor valorado por los santiaguinos
Por Diego Villegas C., La Tercera.
Encuesta “Santiago Cómo Vamos” de la UDP evaluó con nota 6 a estos espacio públicos.
“Casera, lleve limones, manzanas, peras y kiwis. Está todo super barato”, grita Carlos Díaz desde su puesto de la feria que todos los jueves se instala en Escrivá de Balaguer con Luis Carrera, frente al Club de Polo. Ahí venden frutas, verduras y artículos de cuidado personal. “Todos los jueves se nos llena la feria. A veces no se puede ni caminar”, dice Díaz.
Una encuesta realizada por la Universidad Diego Portales a casi 1.600 capitalinos, “Santiago Cómo Vamos”, reveló que las ferias libres son los espacios públicos preferidos -como lugar de encuentro- por los santiaguinos. Le ponen nota 6, versus el 5,8 que le dan a los malls, el 5,5 a los cines, el 5,4 a los parques y plazas y el 5,1 de las ciclovías.
El sondeo, elaborado por el Laboratorio Ciudad y Territorio de esa universidad, midió el año pasado la percepción que tienen los santiaguinos de su calidad de vida en la ciudad y de la gestión de las autoridades de ésta. Lo hizo en conjunto con la Fundación Avina y la ONG Ciudad Viva.
“Las ferias son el espacio que la ciudadanía encuentra para interactuar de una manera más barrial con los demás habitantes de comunas. En estos lugares, por ejemplo, los residentes del sector oriente valoran que los productos estén frescos. Los de estratos más bajos, en tanto, encuentran los principales productos para la familia”, explica el director del Laboratorio Ciudad y Territorio de la UDP, Genaro Cuadros.
En Santiago existe un total de 425 ferias libres repartidas por la ciudad que ofrecen en un 60% alimentos, 12% de artículos para el hogar como lavalozas y papel higiénico y un 28% de artículos de uso personal, como desodorantes y pasta de dientes.
El subdirector del Instituto de Estudios Urbanos de la UC, Roberto Moris, realizó en 2010 un estudio sobre ferias libres de Santiago y concluyó que éstas son parte esencial en el desarrollo de los barrios.
“La ferias se han constituido históricamente como ‘centralidades transitorias de la ciudad’, es decir, como lugares de convergencia cívica e hitos espaciales de los barrios. Además, tienen un alto arraigo en la población. En nuestros estudios, más del 70% de los santiaguinos las valora positivamente”, explica.
El investigador de la Facultad de Arquitectura de la UDP, Rodrigo Mora, añade que el gusto de ciudadanos por visitar las ferias, tiene que ver también con el contacto cara a cara que establecen con el vendedor. “Eso genera confianza y fidelidad”, argumenta.
Agrega, además, que las ferias locales tienen un parecido con las europeas, en términos de intermitencia.
Mejoramiento
Héctor Tejeda es presidente de la Asociación de Ferias Libres de Chile y dice que hace cerca de 14 años comenzó el mejoramiento de la calidad de estos espacios.
“Entendimos que las feri-as libres son un lugar de encuentro y por eso las hicimos más limpias y las modernizamos en términos de medios de pago”, dice Tejeda.
Los locatarios del sector oriente han demostrado innovar en otros aspectos. En el caso de los que ubican frente al Parque Intercomunal y en Tobalaba con Av. Ossa, están en puestos concesionados, por lo que no existen “coleros”, es decir, comerciantes informales.
Los municipios del sector oriente -Ñuñoa, Las Condes, Providencia y Vitacura-, han normando estos espacios públicos, lo que ha contribuido en su modernización.
En lo que se refiere a la basura que queda una vez que cierra la feria, determinaron que los locatarios debían depositarla en containers. Así, es más fácil su recogida.
También se ha innovado en el uso de espacios reversibles. Así por ejemplo, la feria de Emilia Téllez, en Ñuñoa, habilitó una especie de pérgola. Ahí, ésta funciona los fines de semana y, el resto de los días, como parque para los vecinos.
Héctor Tejeda asegura que el objetivo es ser lo menos invasivos posibles para no perder la fidelidad de sus clientes. “Queremos seguir siendo un espacio amigable”, indica.