Infografía: Cómo era la vida dentro de la ciudad más densamente poblada del planeta

© South China Morning Post

Han pasado 20 años desde la demolición de la ciudad de Kowloon. Con motivo de ello,  South China Morning Post creó una infografía que detalla los hechos y las cifras de cómo era la vida en el interior del que alguna vez fue el lugar más densamente poblado del planeta.

© Greg Girard and Ian Lambot

La ciudad amurallada de Kowloon (KWC) fue como una falla en el tejido urbano de Hong Kong, un sólido bloque de 2,7 hectáreas de ciudad sin límites. En esta comunidad pobre, pero muy unida -como la describen algunos-a finales de los 80 vivían  más de 30 mil personas, lo que convirtió a Kowloon en el lugar más denso del planeta durante una parte del siglo pasado.

La historia de la ciudad se remonta a decenas de años. Pasando la mayor parte de su vida como un puesto militar de China, los chinos se aferraron a  KWC cuando Hong Kong fue arrendado a los británicos en 1898, fue su ubicación, justo en el centro del territorio, lo que volvió a este lugar un punto en el que se les hacía fácil mantener un ojo sobre los nuevos inquilinos – una idea que no les pareció demasiado bien a los británicos, por supuesto.

Lo que ocurrió a continuación fueron décadas de confusión y sensibilidad diplomática, ya que ambos países trataron de reclamar la soberanía sobre la zona. Se llegó a un punto final al termino de la Segunda Guerra Mundial cuando los japoneses, que habían tomado la ciudad, se rindieron. China anunció su intención de recuperar plenamente el sitio, causando inundaciones para hacer que los refugiados huyeran de allí y crear malestar a Gran Bretaña, que pretendía continuar como antes.

© Greg Girard and Ian Lambot

Para evitar poner más presión sobre las relaciones, ambos países desarrollaron una tregua de “manos libres” en esta ciudad, dejando el enclave más o menos gobernado por la policía, códigos de construcción,  leyes de salud, o cualquier otra forma de regulación. La población de la ciudad se constituyó principalmente de refugiados y las pequeñas empresas acudían allí para tomar ventaja de esta nueva ciudad en la que no se necesitaba un visado, un permiso para operar o pagar cualquier impuesto.

El aumento de la población continuaba sin control, mientras que los políticos, en su mayoría, se apartaron. El gobierno proporcionó red de agua y la entrega de correo. Por la década de 1980, la población era de 33.000 habitantes. La mayoría de las personas  compartían pequeños  departamentos con varias otras familias. La gran mayoría de los edificios que superaban los 350  tenían entre 10 a 14 pisos de altura y carecían de cualquier aporte de arquitectos, proyectistas e ingenieros, y su altura era restringida sólo por la proximidad del aeropuerto de Kai Tak.

© Wikipedia

Entre los edificios, había un denso laberinto de callejuelas y grietas, muchas de ellas eran sólo de 1 o 2 metros de ancho, donde la luz solar rara vez llegaba hasta el nivel del suelo. Al navegar por la red de edificios, los residentes llevaban paraguas para protegerse del goteo del agua de las tuberías con fugas. Una serie entrelazada de escaleras y pasillos significaba que se podía viajar de un extremo del enclave a otro, sin tocar tierra .

A pesar de su apariencia, la pobreza extrema y las condiciones insalubres, muchos de los residentes del lugar lo recuerdan con cariño. La mayoría de ellos recuerda el espíritu comunitario, generado a partir de la pobreza y cercanía compartida. De hecho, en 1963, cuando un primer intento fue hecho por el gobierno de Hong Kong para derribar la ciudad, los residentes formaron un comité de lucha contra la demolición y resistieron con éxito a las autoridades.

© Wikimedia Commons

Sin embargo, por la década de 1980, las condiciones miserables se habían convertido en una gran preocupación para las autoridades y una declaración conjunta chino-británica en 1984 ponía la demolición Kowloon en marcha. Pese a las protestas, el gobierno gastó HK $ 2,7 mil millones en la reubicación de los residentes. En 1992, la ciudad estaba vacía. Apenas dos años más tarde, fue arrasada y reemplazada por un parque tradicional, pero no antes de que fuera documentado por fascinados arquitectos y fotógrafos.

Fuente South China Morning Post vía Archdaily.com