Día del Patrimonio reunió a 230 mil personas en Santiago
Por V. Pozo y D. Villegas, La Tercera.
Ayer, 119 edificios históricos de la capital abrieron al público. Las filas más largas se observaron en el Palacio de La Moneda.
Los santiaguinos protagonizaron un masivo viaje al pasado. Ayer, desde las 10 de la mañana, 230 mil capitalinos recorrieron los 119 edificios históricos que abrieron sus puertas de forma gratuita durante el Día del Patrimonio. La ansiedad por aprovechar de mejor manera la jornada hizo que muchos olvidaran el frío y decidieran madrugar.
Las filas más largas se observaron desde temprano en el Palacio de La Moneda. Ahí, miles de personas conocieron el gabinete de la primera dama, del Presidente, el Salón Montt Varas, los patios y la capilla.
“Este es el primero de un circuito de edificios que queremos ver, por eso salimos a las seis de la mañana de nuestra casa en Buin”, cuenta Mireya Oportus, una de las visitantes.
Acuñando monedas
Otro de los lugares que concitaron gran interés del público fue el Banco Central. A mediodía, cientos de personas formaban una extensa fila, que comenzaba en Morandé 115 y doblada por Agustinas. Los lingotes de oro de 12 kilos fueron el principal atractivo. Cada uno avaluado en más de $ 300 millones y con una pureza del 99%, fueron adquiridos por el banco previo a la Gran Depresión.
La colección de 296 monedas comienza con un ejemplar de 1692 y muestra la primera moneda que se acuñó en Chile en 1749. La muestra de billetes reúne 150 ejemplares nacionales y otros mil de países tan distantes como Zimbabwe.
Todos ellos fueron exhibidos en el “Museo Numismático”, montado en una bóveda del primer piso y cuyo contenido es guardado bajo altas medidas de seguridad. De hecho, la clave de la puerta de acero de dos toneladas que se cierra todos los días sólo es conocida por dos personas.
El recorrido por el edificio construido en 1928 por el arquitecto Alberto Cruz Montt duró 50 minutos. “Conocer la colección de monedas es impagable”, cuenta Ingrid Endlich, quien junto a sus hijas y su padre logró entrar al “banco de los bancos”, a pesar de las aglomeraciones.
Una fiesta ciudadana
El Museo de Historia Natural de la Quinta Normal, el Archivo Nacional, el Palacio de La Moneda, el Centro Cultural Palacio de la Moneda y la Biblioteca Nacional fueron éxitos de la jornada. En tanto, el Museo Histórico Nacional y el de Bellas Artes sobrepasaron los 12 mil asistentes.
En el Teatro Municipal los asistentes vieron la enorme lámpara de casi una tonelada que custodia la sala y que está compuesta por 14.314 lágrimas de cristal.
Plaza de Armas fue el epicentro de la fiesta. Ahí, actores se caracterizaron como soldados de la Independencia y se representó la Fiesta de La Tirana. “Ojalá que esta fiesta se mantenga en el tiempo”, dice Vicente Pizarro, un visitante.
En el otro extremo de la ciudad, en Las Condes, se abrió al público la residencia del embajador británico. Rodeada de edificios de gran altura, es uno de los pocos inmuebles fundacionales que sobrevivieron a la demolición del Barrio El Golf original, en calle Gertrudis Echeñique. Construida en 1938, la casona neoclásica fue proyectada por el arquitecto Alberto Cruz Eyzaguirre para la dueña Elena Errázuriz. La embajada británica la adquirió en 1966 como residencia para los jefes de misión. Precisamente, el embajador actual, Jon Benjamín, saludó a los visitantes, quienes disfrutaron de un muffin inglés a la salida. En Providencia, uno de los mayores atractivos fue la Casa Museo Eduardo Frei Montalva. Los visitantes recorrieron el inmueble donde vivió el ex Presidente por cerca de 40 años. La gran sorpresa fue el comedor, donde se recreó la mesa en la cual cenó la Reina Isabel II de Inglaterra en su visita de 1968, con loza de porcelana y cubiertos de plata regalados por ella.
Balance positivo
Diferentes autoridades hicieron un balance positivo de la jornada. “Todos los años aumenta el interés de la gente, y eso se ve reflejado en la cantidad de lugares que hemos ido sumando”, señala el arquitecto Emilio de la Cerda, secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales.
A su vez, Magdalena Krebs, directora de la Dibam, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, sentenció: “Este día se ha convertido en una fiesta nacional, que permite que cada uno celebre lo que siente propio y se vaya también apropiando de nuevos lugares”.