Expertos sostienen que últimas lluvias tendrán bajo impacto en la sequía

Por Matías Rovano Bustos, El Mercurio.

Embalses y napas requieren años para elevar sus niveles:

El Presidente Sebastián Piñera valoró que, al menos, el sistema frontal ayudará a mejorar el abastecimiento de agua potable en las regiones más afectadas por la escasez hídrica.

La Paloma, en la Región de Coquimbo, es el tranque de riego más grande de Chile, pero está a punto de secarse. En abril acumulaba apenas 20 millones de m3, y a las 14 horas de ayer tenía 22 millones, el 2,9% de su capacidad.

Para los expertos en clima, las precipitaciones que han caído en las últimas horas tendrán un escaso impacto en mejorar las condiciones de la sequía que azota al país entre Atacama y Los Lagos.

Los pronósticos auguran pocas lluvias este invierno. Una tendencia que seguiría a 2012, cuando se registró el mes de julio más seco de la última década, con un déficit del 87,7% entre La Serena y Santiago, comparado con igual mes de 2011, y de 59% entre Curicó y Concepción.

“Uno no puede esperar que una sequía que se arrastra por casi cinco años se resuelva con uno o dos eventos de precipitaciones. Para que haya una recuperación sustantiva de la sequía que afecta a Coquimbo, se requiere -por lo bajo- de dos años muy lluviosos”, dice Cristóbal Juliá, meteorólogo del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas.

Coincide con él Roberto Rondanelli, académico del Departamento de Geofísica de la U. de Chile: “Llevamos un período grande de tiempo seco, una década completa. Entonces, revertir una situación así va a tomar una escala de tiempo similar, sobre todo en la parte centro-norte”.

El factor que determina que un año sea lluvioso o no es la temperatura del océano Pacífico. Pero en los próximos meses se estima que seguirá en rango neutro y no habrá presencia del fenómeno de El Niño, que eleva la temperatura del mar y trae más precipitaciones.

Hacia el 31 de julio, “los pronósticos hablan todavía de un invierno seco”, dice Luis Salazar, meteorólogo del Centro Nacional de Análisis de la Dirección Meteorológica de Chile. “En términos de déficit, son importantes estas lluvias: vienen a atenuar y acumular algunas reservas de agua. Pero no es una solución inmediata”, señala.

Carlos Gana, analista de agroclima del portal El Mercurio Campo -elmercurio.com/campo-, explica que la sequía es un fenómeno al que se suma el aumento en la demanda por agua. “Es muy improbable llegar a una situación de normalidad en el mediano plazo, pues sería necesario que lloviera mucho para recuperar los neveros, glaciares y acuíferos. Lo que debe ocurrir es que cambien los patrones climáticos, lo que acontece cada 20 o 30 años”, dice.

No obstante, en medio de la crítica situación, expertos valoran la caída de nieve sobre los 2.500 m de altitud, la que se mantendrá hasta la primavera, y eso permitirá que en próximos frentes se siga acumulando.

“Ahora está lloviendo con 10 grados, así que la línea de isoterma cero está relativamente baja y, por lo tanto, se acumula más nieve. Mientras más frío sea el evento de lluvia, más nieve se acumula”, agrega Rondanelli.

Toda esa “cuenta de ahorro” en los Andes servirá luego para recargar embalses y napas. Se estima que si los próximos tres eventos de lluvias dejan cada uno entre 50 y 60 cm de nieve, la temporada de riego 2013-2014 quedaría abastecida.

Hasta ahora, los embalses han tenido alzas marginales, según la Dirección General de Aguas. En la primavera podría haber una recuperación parcial, “lo que se traducirá en un riego normal a través del sistema de canales”, afirma Gana.

Piñera: “Mejora abastecimiento”

Anoche, durante una sesión del comité de emergencia de la Onemi, el Presidente Sebastián Piñera reconoció que el sistema frontal “ha producido problemas e inconvenientes a mucha gente”, y dijo que el Gobierno está trabajando coordinadamente para aminorar los efectos y ayudar a los afectados.

Junto con lo anterior, el Mandatario dijo que lo ocurrido tiene “algo positivo”: “Hemos tenido una enorme acumulación de nieve en la cordillera y hemos podido recuperar los embalses críticos… Esto mejora la situación de abastecimiento de agua potable para toda la población en las regiones afectadas por la sequía, mejora la disponibilidad de agua para poder enfrentar la temporada de riego y mejora nuestra capacidad para generar hidroelectricidad… Desde ese punto de vista, sin duda, estábamos esperando que cayera lluvia después de 4 años de sequía”.

POCA AGUA

“A la fecha, no hay una variación significativa en el estado de los embalses”, dice el director general de Aguas, Francisco Echeverría.