Contraloría evalúa Mall Barón / Paneles de Info. Transantiago / Estudiarán piscina de Kulczewski

El señor alcalde tomó el dictamen de la Contraloría como “una opinión”.
Las advertencias de la Cámara de Comercio, de las universidades, del Colegio de Arquitectos, de las Organizaciones Ciudadanas, de la Armada, ¿también las toma como “opiniones”?

Pues en mi “opinión”, el señor alcalde no sólo desconoce las declaraciones de tan distinguidas entidades sino que está de acuerdo en que los negocios hay que hacerlos no sólo EN CONTRA de percepciones autorizadas sino también aceptando toda clase de picardías y marrullerías como claques, chaquetas volteadas, cláusulas de “opción de compra” en una concesión, precios del terreno diez veces inferior al real, etc.

Todo esto nos pone a pensar: el atractivo del negocio para el Mamut es claramente inmobiliario, pero ¿en dónde está el atractivo para EPV y para la Muni? Tiene que estar en alguna parte, o no lo aprobarían.
Examinemos posibilidades: que los containers son reemplazados por edificios (poco viable); que los porteños ganan un “acceso al mar” (no creo, ya hay muchos, sólo ganarán acceso a comprar más calcetines): que el borde costero se verá mejor desde el mar (tampoco; los pasajeros no vienen a Pancho a ver bordes costeros sino a los cerros, ascensores y miradores); que se van a acabar los perros vagos y los borrachos (esa no la cree ni Mandrake).

En cambio, hay DESVENTAJAS: se interrumpe el desarrollo portuario; se construye en zona de riesgo; se incumple la norma dando concesiones de 30 años a un proyecto no portuario; se viola el plan regulador de un día para otro, mientras la CRUBC dura años de los años sin llegar a ningún acuerdo al respecto.

Entonces, ¿dónde está el beneficio para EPV y para la Muni? Tal vez las entidades como tales no se benefician en nada, pero los funcionarios sí, y dejo a la imaginación del lector la forma exacta en que se benefician.

Este es nuestro “desarrollo humano”, premiado por la UNESCO.

Saludos.