Providencia, Ñuñoa, Macul y Santiago tienen mayor acceso a centros de reciclaje
Por Valentina Pozo, La Tercera.
En estas comunas, los habitantes tienen un recinto de este tipo a menos de un kilómetro de su casa.
Un habitante de Pirque o San José de Maipo camina, en promedio, 10 cuadras para dejar su basura en un centro de reciclaje. En contraposición están los habitantes de Providencia, Ñuñoa, Macul y Santiago recorren, en promedio, sólo 455 metros desde sus hogares hasta el punto verde más cercano.
Un estudio realizado por el Instituto de Políticas Públicas (IPP) de la U. Diego Portales junto a la Municipalidad de Maipú, cuyo objetivo era identificar el acceso de los vecinos a distintos tipos de servicios dentro de las comunas del Gran Santiago, detectó que sólo las cuatro mencionadas eran las favorecidas. En ellas, el 100% de sus habitantes tienen un centro de reciclaje a menos de 500 metros de su casa, mientras que en otras las distancias superan el kilómetro.
La investigación comenzó en junio de 2012 y tomó las áreas de Medio Ambiente, Educación y Cultura, Áreas Verdes e Infraestructura Deportiva, y Transporte Público y Seguridad Ciudadana por ser éstas las que más impactan la calidad de vida de los habitantes.
Sobre las base de los resultados, se pueden generar políticas públicas para acortar estas brechas de acceso a las oportunidades.
Cercanía e incentivos
Fue en el área de Medio Ambiente en la que se midieron la cantidad y la cercanía a los puntos de reciclaje. Estos comenzaron a proliferar hace cinco años en las comunas, porque según expertos como el director del Centro de Sustentabilidad de la U. Andrés Bello, Marcelo Mena, estos contribuyen a disminuir la carga de los vertederos en la ciudad. “De paso, evita la apertura de nuevos centros de acopio de desechos domiciliarios”, dice.
Los investigadores a cargo del estudio de la UDP, Gregory Elacqua, Matías Martínez y Humberto Santos, concluyeron que el 27% del Gran Santiago no tiene un centro cercano para reciclar. También determinaron que en los sectores que sí hay, el 25% está en lugares públicos como plazas, mientras que el 75% restante está en recintos privados como supermercados.
Para potenciar esta actividad, el IPP propone una política pública que fomente el reciclaje como se hace en Estados Unidos, donde algunos estados entregan incentivos estatales directos, como por ejemplo, una gift card con dinero para gastar en un supermercado. En Alemania, en tanto, se descuenta dinero de la mensualidad por el retiro de la basura, a todas las familias que separen sus desechos domiciliarios.
Marcelo Mena concuerda. “Acá los incentivos son más bien emotivos, como el ver el barrio limpio. Pero debería existir una reducción en el costo de la recolección de basura”, asegura Mena.
Áreas verdes efectivas
La investigación contabilizó, también, el número de áreas verdes disponibles para los habitantes de cada comuna. La recomendación del IPP respecto de este ítem es cuantificar de forma certera las hectáreas útiles dentro de cada comuna, pues actualmente existe una diferenciación del tipo de éstas, algo que no permite expresar claramente cuántas zonas verdes útiles hay en cada una.
Hoy rige la categoría de Áreas Verdes Totales -que incluyen plazas, complejos deportivos, rotondas y sitios eriazos, entre otros- y Áreas Verdes Efectivas, que contemplan sólo parques, plazas y zonas de conservación ecológica. De igualarse el criterio, tal como recomienda el IPP, se podrá diagnosticar cuánto falta por invertir en la habilitación de espacios verdes para los vecinos de cada comuna.
Políticas a escala de barrio
Para el alcalde de Maipú, Christian Vittori, la importancia de este estudio responde a la necesidad de crear políticas públicas a menor escala, pues son parte de las necesidades de cada uno de sus barrios. Eso, además de medir el acceso de sus habitantes a otros servicios (u oportunidades) como el transporte y la educación, en comparación al resto del Gran Santiago.
“No todos los sectores de una comuna tan grande como Maipú, que tiene más de 200 mil habitantes, son iguales. Lo que para un barrio puede ser importante, en otro puede que ya esté resuelto. Es por eso, que las políticas tienen que ser a micro escala”, afirma el edil.
Para éste, lo importante es canalizar los recursos comunales “no donde más se ven, sino donde más se necesitan, ya que los vecinos quieren tener el desarrollo en sus barrios. Ellos aprecian obras como el Metro, pero quieren un impacto más directo”.
Por ejemplo, el estudio de los centros de reciclaje, visto sólo en Maipú, muestra diferencias sustanciales entre sus barrios. En ocho – entre ellos Clotario Blest, La Farfana y Templo Votivo- tienen una situación similar a Santiago, Macul, Ñuñoa y Providencia, es decir, tienen centros a menos de un kilómetro. En tanto, en zonas como Sol Poniente, Rinconada Rural, los Bosquinos e Industrial, hay más de 50.000 vecinos sin centros de reciclaje cercanos.