Cartas destacadas de la semana: Evasión en el Transantiago
La gran evasión del pago del Transantiago es uno de los temas aún no resueltos del sistema. A partir de este problema se ha abierto nuevamente en diferentes diarios la discusión de cómo mejorar el actual sistema de transportes de Santiago, ya que una de las grandes excusa de los usuarios que no pagan es que el sistema no ha cumplido con lo prometido.
El diario El Mercurio publicó una editorial sobre este tema el martes 4 de junio (editorial en este link) a partir de la cual Andrés Gómez-Lobo del Departamento de Economía de la Universidad de Chile, escribió la primera carta elegida esta semana. La segunda es una respuesta de Iván Poduje a ésta.
Las cartas después del salto
Señor Director:
En relación con el editorial de ayer, respecto del Transantiago, me gustaría señalar que si bien hay que expandir el metro, y ciertamente hay que invertir en trenes suburbanos, esta estrategia es de largo plazo. La ciudadanía no puede esperar hasta el 2025 para ver mejorada la operatividad del sistema de transporte público.
La creciente congestión en Santiago -debido al natural aumento de la tasa de motorización privada- está deteriorando la calidad del transporte público de superficie (buses). La velocidad de estos disminuye en la medida que quedan “atrapados” en la congestión vehicular, afectando la frecuencia, los tiempos de viaje y la calidad del servicio. Es imprescindible construir más corredores segregados y otra infraestructura de superficie para evitar que los automóviles “maten” a los buses.
Durante el gobierno pasado se construyeron más de 60 kilómetros de corredores. Durante el actual gobierno, estas inversiones se paralizaron. Esto explica en parte el deterioro en los indicadores operacionales del sistema durante los últimos años.
Andrés Gómez-Lobo
Departamento de Economía
Universidad de Chile
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Señor Director:
En una carta publicada ayer, el economista Andrés Gómez-Lobo señala que la inversión en Metro y trenes suburbanos sería de “largo plazo” y que los usuarios requieren soluciones ahora, las que asocia con los corredores segregados de buses.
En realidad los corredores no son una solución rápida. De hecho su construcción ha sido muy lenta ya que sus perfiles son demasiado anchos, requieren grandes expropiaciones y generan rechazo local, debido a su negativo impacto urbano.
Por esta razón no se han concretado los corredores de San Pablo, J. J. Pérez, Mapocho o Avda. Matta, ni se han terminado los de Santa Rosa o Gran Avenida. Este problema persistirá hasta que se cambien los diseños de los corredores, lo que tomará tiempo.
En el intertanto, urge acelerar la construcción de nuevas líneas de Metro, las que, contrario a lo que dice el señor Gómez-Lobo, tienen un avance por kilómetro mucho más rápido que la infraestructura de buses. Los trenes suburbanos pueden lograr el mismo objetivo y también las ciclovías.
Iván Poduje Capdeville