Efectos del cambio climático sobre la pobreza urbana
Por Graciela Mariani, Arquitecta, Planificadora urbana y regional (UBA). Fundadora del blog Nuestras Ciudades.
“El derecho a la ciudad se define como el usufructo equitativo de las ciudades dentro de los principios de sustentabilidad y justicia social. Se entiende como un derecho colectivo de los habitantes de las ciudades, en especial de los grupos empobrecidos vulnerables y desfavorecidos, que les confiere la legitimidad de acción y de organización, basado en sus usos y costumbres, con el objetivo de alcanzar el pleno ejercicio del derecho a un patrón de vida adecuado”.
Carta Mundial de Derecho a la Ciudad
Foro Social de las Américas – Quito – Julio 2004
Foro Mundial Urbano – Barcelona – Quito – Octubre 2004
El cambio climático, ha producido desajustes en el clima de todo el mundo. En teoría, son debidos tanto a causas naturales, como antropogénicas. Sus causas son unos gases tóxicos que emanan cierto tipo de producciones y quema de combustibles, estos se asientan en la atmosfera haciéndola más compacta y no permitiendo la renovación del aire, produciendo así el llamado efecto invernadero. Este en un principio se lo llamo calentamiento global, pero dado que luego se vio que lo que producía no eran solo altas temperaturas, sino también temperaturas extremadamente bajas y cataclismos, se lo denomino por convención, genéricamente “Cambio Climático” el término, se usa sólo para referirse al cambio por causas humanas.
Se denomina efecto invernadero al fenómeno por el cual determinados gases, que son componentes de la atmósfera planetaria, retienen parte de la energía que el suelo emite por haber sido calentado por la radiación solar. Afecta a todos los cuerpos planetarios dotados de atmósfera. De acuerdo con la mayoría de la comunidad científica, el efecto invernadero se está viendo acentuado en la Tierra por la emisión de ciertos gases, como el dióxido de carbono y el metano, debido a la actividad humana.
Este fenómeno evita que la energía solar recibida constantemente por la Tierra vuelva inmediatamente al espacio, produciendo a escala mundial un efecto similar al observado en un invernadero. (Fuente Wikipedia).
Cambio Climático y Pobreza
Aunque existe incertidumbre sobre los impactos futuros del cambio climático, hay algunos puntos sobre los cuales se tiene la suficiente seguridad:
El cambio climático potenciará las vulnerabilidades ya existentes e incrementará las dificultades a las que se enfrentan los pobladores y sus posibilidades de desarrollo. Por esta causa, este fenómeno aumentará la pobreza si es que no se aplican las políticas necesarias para favorecer la adaptación de los asentamientos informales y precarios.
Aunque necesarias, las políticas destinadas a la reducción de las emisiones de los GEI, no serán suficientes para evitar los impactos del cambio climático. Por lo tanto, es fundamental establecer un enfoque que abarque tanto medidas de mitigación como de adaptación, ya que sólo de esta manera será posible reducir la vulnerabilidad de las poblaciones pobres.
El cambio climático afectará de manera diferente a cada lugar del planeta. Los países más afectados serán aquellos en vías de desarrollo y los asentamientos informales y precarios. Para estas últimas, las sequías, las inundaciones y las tormentas suelen ser experiencias que ponen en riesgo su vida, debido a su alta dependencia de los recursos naturales y su limitada posibilidad de adaptación a las futuras condiciones climáticas sin ayuda externa.
Como se ha mencionado, los impactos del cambio climático y la vulnerabilidad de las comunidades varían ampliamente, aunque se sabe con certeza que el cambio climático actuará sinérgicamente con las debilidades existentes. De esta manera, el cambio climático, según la localización geográfica, reducirá la disponibilidad del agua, afectando la salud y ampliando la distribución de vectores. Asimismo, los hogares se verán afectados por inundaciones y se pondrá en peligro la seguridad alimentaria.
La adaptación de las comunidades pobres a los efectos del cambio climático no podrá enfrentarse desde una línea política aislada: deberán ser políticas integradas, de desarrollo humano, institucional y financiero, fusionando las tareas de áreas relacionadas con el medio ambiente, la energía, la economía y el bienestar social.
El fortalecimiento y la capacitación de las comunidades involucradas será un factor fundamental para promover la adaptación y asegurar su continuidad.
Según el informe del PNUD del 2006 “Pobreza y Cambio Climático, Reduciendo la Vulnerabilidad de los Pobres a través de la Adaptación” los impactos del cambio climático sobre los pobres variarán según el contexto, reflejando factores tales como la localización geográfica; características económicas, sociales y culturales; prioridades y preocupaciones de los individuos, grupos sociales y modos de vida; como también la fuerza de las instituciones y las políticas vigentes.
Dicho informe señala que los impactos del cambio climático sobre el sustento de los pobladores pobres estarán dados principalmente en los siguientes puntos:
Servicios y Bienes Ambientales: La producción de los ecosistemas son las principales fuentes de bienes y servicios de las poblaciones carenciadas,, tanto como fuente primaria como suplementaria de alimentos, forraje, material para la construcción y combustible. Esto los hace altamente vulnerables a la degradación de los ecosistemas. Mientras que las condiciones sociales y económicas los conducen a áreas marginales y los fuerza a explotar los recursos naturales, el cambio climático degrada la calidad de estos recursos y, por lo tanto, refuerza las condiciones de pobreza. Estos cambios en los ecosistemas pueden tener efectos económicos mayores. Entre los servicios ecosistémicos esenciales se incluye la degradación de los residuos y contaminantes, la purificación del agua y el mantenimiento de la fertilidad del suelo.
Agua: La escasez de agua es actualmente un problema importante. Se proyecta que el cambio climático reduzca aún más su disponibilidad debido a un aumento en la frecuencia de sequías, aumento de la evaporación y cambios en los patrones de precipitación. El inadecuado acceso a agua y sanidad, combinada con insuficientes prácticas de higiene, son consideradas causas principales de problemas en la salud y enfermedades que ponen en peligro la vida en países en desarrollo.
Agricultura y Seguridad Alimentaria: La degradación de la tierra, cambios en los precios y el crecimiento poblacional se plantean como las mayores preocupaciones a fin de sostener la productividad agrícola. Cambios en la temperatura, precipitación y extremos climáticos se sumarán al estrés de los recursos agrícolas. Esto será particularmente serio en aquellas áreas donde las sequías y la degradación de la tierra, incluyendo la desertificación, son actualmente severos. También en áreas donde la pesca constituye una significativa fuente de proteínas para las poblaciones, la reducción o migración del stock de peces debido al cambio climático, asociado esto a cambios en el ambiente marino, deberá ser considerado en su impacto sobre la seguridad alimentaria local.
Salud: El potencial impacto del cambio climático en la salud humana aumentará la vulnerabilidad y reducirá las oportunidades al interferir en la educación y la habilidad para trabajar. La prolongación de intensas olas de calor combinadas con la humedad pueden incrementar los índices de mortalidad y morbilidad, mas que nada entre los pobres y los ancianos. Otro impacto será el aumento de muertes y lesiones por eventos climáticos extremos tales como inundaciones, tormentas y deslizamiento de laderas. Los efectos indirectos estarán dados por cambios en la temperatura y en la precipitación que pueden derivar en cambios de la distribución geográfica de enfermedades transmitidas por vectores como el chagas y la fiebre amarilla, entre otras, exponiendo a la población a este tipo de enfermedades.
Desplazamiento involuntario, migraciones y conflictos: Los efectos directos e indirectos del cambio climático y sus interacciones con otras vulnerabilidades y exposiciones ambientales pueden llevar a migraciones en masa debido a la degradación de recursos cruciales y a las amenazas a los medios de subsistencia. Aunque tanto la gente como los sistemas parecen ser generalmente más vulnerables a cambios abruptos que a cambios graduales, los cambios climáticos a largo plazo pueden ser igualmente dañinos.
Por esto podríamos bien asegurar que los pobres urbanos sumados a los refugiados climáticos, se asientan sobre tierras no servidas y no aptas para el uso urbano. Este conforma lo que se estructura como el “mercado informal de la tierra”, manejado por mafias y carteles del narcotráfico aquí en América Latina. Tanto la ineptitud de estas tierras como la precariedad de sus viviendas los hacen vulnerables a todo tipo de inclemencia climática.
Los migrantes en América Latina son un número escalofriante, tan solo al Gran Buenos Aires arriban por año 500.000 personas provenientes de paise limítrofes y pertenecientes al Mercosur. Estos se agregan a los carenciados existentes sumando mas del 30% de la pobreza urbana y situación de riesgo extremo.
Nuestras ciudades y su equipamiento no están preparadas para soportar semejante masa poblacional sin recursos y producto de algún desastre climático, haciéndola vulnerable ante cualquier inclemencia.
Sabemos que el Cambio Climático está provocando en todo el territorio sequías, inundaciones, tornados, etc.; todo esto reduce considerablemente la producción rural creando “Pobreza Rural”. Esta misma expulsa población rural hacia las ciudades, creando una gran masa de población en condiciones de indigencia a los que se denominas, por su origen: Refugiados Climáticos, sumándose a las poblaciones que se encuentran debajo de la línea de la pobreza, ya en nuestras ciudades.
Los pobres urbanos están en mayor riesgo frente al cambio climático
La acumulación y hacinamiento de poblaciones por debajo de la línea de la pobreza, que se asienta en los suelos marginales y contaminados de las ciudades desborda totalmente los recursos socio-económicos disponibles.
Actualmente en América Latina el 77% de la población se asienta en las ciudades y este número se ve incrementado exponencialmente con los refugiados climáticos.
Estos se asientan en donde les es posible, en terrenos anegadizo o desmoronables, zonas desbordantes de desechos industriales y otros. Por otro lado lo hacen en condiciones extremas de precariedad las que sucumben a los desastres naturales de manera inmediata.
Los pobres de nuestras ciudades, sometidos a las plagas, la falta de agua y saneamiento, a la contaminación de los suelos y ahora a los efectos del cambio climático, se transformaran en una enorme carga económica y asistencial , tanto para las grandes metrópolis como para las ciudades intermedias, causando dramáticas situaciones de desamparo.
Las personas pobres que viven en barrios pobres sufren un riesgo particularmente alto de los impactos del cambio climático y desastres naturales. Debido a que suelen vivir en las tierras más vulnerables dentro de las ciudades, están expuestos a los efectos de los deslizamientos, el aumento del nivel del mar, inundaciones y otros peligros.
Estos riesgos se ven agravados por las condiciones de vida de hacinamiento, la falta de infraestructura adecuada y de servicios, viviendas insalubres, nutrición inadecuada y mala salud.
Un nuevo informe del Banco Mundial, “Climate Change, Disaster Risk, and the Urban Poor: Cities Building Resilience for a Changing World” (Cambio Climático, Riesgo de Desastres, y los Pobres Urbanos: Construyendo Ciudades Resilientes para un Mundo Cambiante), esboza un conjunto de acciones que pueden ayudar a aumentar la resiliencia de los grupos de mayor riesgo en las ciudades. La aplicación de estas medidas supondrá un fuerte compromiso de los gobiernos locales que trabajan con las comunidades, así como instituciones nacionales e internacionales.
El estudio, que fue apoyada por la Alianza de Ciudades, se puso en marcha en la cumbre de C40 de los alcaldes en São Paulo, Brasil a principios de este mes.
En él se examinan los vínculos entre el cambio climático, los riesgos de desastre, y los pobres urbanos, destacando cuatro mensajes clave:
– Los pobres urbanos están en la línea frontal. Los pobres son particularmente vulnerables al cambio climático y riesgos naturales, debido a que viven en zonas urbanas, con una enorme carencia de servicios básicos confiables.
– Los Gobiernos Locales son los encargados de hacer frente a los riesgos, a través de garantizar los servicios básicos. Los gobiernos locales juegan un papel fundamental en la financiación y la gestión de la infraestructura básica y la prestación de servicios para todos los residentes urbanos. Los servicios básicos son la primera línea de defensa contra los efectos del cambio climático y riesgos naturales.
– Los Funcionarios Locales deben aumentar la resiliencia mediante la incorporación a la Gestión Urbana de la Reducción de Riesgos. La adaptación al cambio climático y la reducción de riesgos de desastres, pueden ser sostenidos en el tiempo y mejor tratados, mediante la integración entre los planes urbanos existentes y las mejores prácticas de gestión. Los ejemplos de buenas prácticas existen y pueden ser repetidas en ciudades de todo el mundo.
– Un apoyo financiero significativo es necesario. Los gobiernos locales deben aprovechar los recursos existentes y generar nuevos, para responder a las deficiencias en la prestación de servicios y la adaptación de infraestructura básica.
¿Qué podemos hacer nosotros?
Es necesario hacer algo antes que esto colapse, para ello es importante la identificación e intervención de las áreas comprometidas.
Debemos recurrir por partes iguales tanto a los equipos técnicos como a la clase económicamente dirigente y a la eficiencia de la gestión local.
Las obras de contención de aguas, los rellenos no contaminantes, los programas de viviendas sostenibles, los de abastecimiento de aguas y saneamiento, programas de salud, de preservación de áreas naturales, la prevención de epidemias etc., deben surgir desde los gobiernos locales hasta transformarse en políticas públicas y si esto fuese posible inmediatamente en políticas de estado y no solo legislándolas, sino que lo que es más importante, implementándolas.
Si no se prevé lo que está por suceder, se producirán hecatombes urbanas, por desidia, ineficacia y corrupción por parte de los tomadores de decisiones.
Un millón de personas se sumarán a la cifra de pobres de la ciudad de México, por el impacto económico que causará el cambio climático en los habitantes de la metrópoli durante los próximos cien años.
Para evitar que este millón de personas viva en condiciones de pobreza, será necesario que gobierno y ciudadanos pongan en marcha acciones de adaptación al cambio climático, tanto ambientales como socioeconómicas. Incluso, se debe mejorar la infraestructura de la ciudad de México para disminuir la vulnerabilidad al cambio climático.
De no realizarse ninguna acción de adaptación, los costos acumulados durante este siglo para el Distrito Federal, por los impactos del cambio climático, podrían representar el total del Productor Interno Bruto (PIB) actual de la ciudad. Hay que recordar que el PIB del Distrito Federal representa alrededor del 20% del PIB nacional.
Asimismo, el desarrollo de tecnologías e infraestructuras también serán necesarias para minimizar los impactos sobre los medios de subsistencia de las comunidades rurales. El fortalecimiento y la capacitación de las comunidades involucradas será un factor fundamental para promover la adaptación y asegurar su continuidad.
Las medidas de adaptación que se tomen servirán para fortalecer a las comunidades al generar un progreso en áreas tales como gobernanza, recursos humanos, estructura institucional, recursos económicos y manejo de recursos naturales. Estas medidas construyen la resiliencia de los países, las comunidades y los hogares a todo tipo de impactos, entre los que se encuentran los provocados por el cambio climático.
Mirando esperanzados hacia la Convención del Cambio Climático Rio+20 y ante la caducidad del Protocolo de Kyoto.
Proponiendo:
– Abogar por el Derecho a la Ciudad, para todos los habitantes sin excepción, esto quiere decir acceso al agua y saneamiento, acceso a los servicios varios y al equipamiento comunitario (salud, educación, esparcimiento, deportes, áreas verdes, etc.).
– Identificar los asentamientos precarios que están ubicados en zonas de riesgo ambiental y tomar las medidas que sean necesarias para atenuarlo, en caso que sea posible, o relocalizar el asentamiento.
– Desarrollar una red de Ciudades Intermedias, a fin de que estas puedan absorber esta masa poblacional pobre, en condiciones de dignidad.
– Implementar medidas para la Gestión de Riesgo y Defensa Civil, a fin de soportar los efectos indeseables de los desastres naturales por venir.
– Generar políticas públicas migratorias y habitacionales, que contemple estas medidas relacionadas con la vivienda digna y la vida digna.
– Llevar la ciudad a los barrios ( salud, educación esparcimiento y servicios) carenciados y asentamientos precarios, que no impliquen un severo riesgo ambiental.
Publicado originalmente en laciudadviva.org