Brasil, Rio de Janeiro y la lucha por la ciudad: “No es por R$0,20 es por derechos”
Texto Por Juan Pablo Díaz Vio, Arquitecto y Comunicador Popular Coletivo Tatuzaroio Cursando Sociología Urbana en la Universidad Estatal de Rio de Janeiro.
Fotografías :Pablo Vergara Cerda, Arquitecto y Fotógrafo Brasil de Fato
Tras dos semanas de movilizaciones en las principales capitales de Brasil, la situación se presenta muy compleja y cualquier intento de explicar el futuro del revuelo social en el país puede desmoronarse fácilmente. El presente texto no pretende ir por esa línea y si intentar dar una lectura crítica a partir del urbanismo, sobre los hechos ya acontecidos intentando comprender las razones que motivaron el proceso actualmente en desarrollo.
Las manifestaciones que atravesaron la avenida “Rio Branco” con asistencias históricas que superaron las 120 mil personas tienen un carácter simbólico. La avenida fue proyectada en el marco de las reformas urbanas en el inicio del siglo XX, inspiradas en la reforma parisina de Haussmann (S.XIX), cuando Rio de Janeiro era capital del país. Estas reformas tenían como objetivo posicionar a la nación brasileña dentro de la maquinaria Capitalista a nivel mundial. Afirmar la opción de Brasil como una economía agro exportadora de base cafetera.
La arteria cumpliría las funciones de distribución de las mercancías, llegadas al puerto, a las zonas centro y sur de la ciudad. La “Rio Branco” fue concebida como la representación máxima del progreso brasileño como nueva nación soberana. Y es este progreso que el actual movimiento popular está cuestionando. Progreso para quién?
Como factor importante dentro de este tipo de movimientos populares de masas está internet, que ha revolucionado las relaciones y comunicaciones humanas en las últimas décadas. Las formas como esta plataforma modifica las relaciones interpersonales, afectan también las expresiones de los seres humanos y también de su ambiente construido. Esto es evidente en los fenómenos anteriores como la primavera árabe y el movimiento estudiantil chileno. Eran movimientos ya existentes y sus luchas nacen de las propias crisis de sus sociedades. Pero la fuerza de articulación de ellas en el territorio fue gracias a las posibilidades ofrecidas por las redes sociales.
Actualmente nuestra sociedad es el escenario de diferentes disputas, con múltiples actores, cada uno con sus respectivos intereses, y cada uno con su propio peso específico, capaz de influir, o no, en las decisiones tomadas en los gobiernos. La ciudad actual, como el escenario definitivo de la evolución de las sociedades humanas puede entenderse como un objeto de disputa entre diferentes fuerzas tanto globales como locales. Hacia donde crece la ciudad, como cambia o no cambian los planos reguladores, a quienes favorece, que medios de transporte se desarrollan y cuáles no.
Las ciudades tienden a reproducir la lógica del capitalismo, vemos que su forma es producto de la reproducción del capital mediante la reabsorción de los excedentes para continuar con la producción de plusvalía, segregando y discriminando, configurando conjuntos “fortificados” para las elites, y guetos para las clases mas desposeídas, con violentos procesos de remociones, expulsando a las camadas con pocos recursos para los márgenes de la ciudad y dejando las áreas centrales y los nuevos lotes disponibles para la libre especulación y redistribución de las riquezas por parte de las clases más acomodadas. Es el proceso conocido como gentrificación. Aunque hay términos más apropiados como Limpieza Social o Higienización Social, pues la mayoría de las veces el proceso se realiza de manera violenta, atentando contra derechos fundamentales de las personas. Un término interesante también es el de “Destrucción Creativa”.
En esta realidad la ciudad de Rio de Janeiro será la sede principal de la Copa del Mundo FIFA 2014 y también la ciudad anfitriona de las Olimpiadas de 2016. Aquí, la ciudad completa se transformó en un objeto de mercancía, negociado por diferentes fuerzas tanto globales como locales y donde la población “originaria” de la ciudad ha sido completamente ignorada en este proceso.
El economista y sociólogo del IPPUR, Carlos Vainer (Instituto de Investigación y Planeamiento Urbano y Regional por las siglas en portugués) afirma que generalmente “cuando hay un gran flujo de recursos en una dirección, cae alguna cosa para los de abajo, un fenómeno que los economistas llaman de chorreo o goteo. Las migajas del banquete que se caen de la mesa. En la mesa de la gran fiesta de la Copa del Mundo, no van a caer migajas. Los empresarios son de un apetito interminable”…” y el pueblo brasileiro no está invitado. El banquete es para los empresarios, para los amigos de la FIFA”1 .
“Rio” está secuestrado por los intereses del capital financiero. Día a día son ignorados derechos básicos de las personas en nombre del progreso y en nombre de la fiesta del deporte. Ahora el pueblo brasileño comienza a entender más sobre la fiesta de la FIFA y de las Olimpiadas y principalmente existe ahora la conciencia de que la cuenta de este festín de las empresas, será pagada por el pueblo brasileño.
La gran mentira que es la oportunidad económica imperdible de ser sede de la Copa o de las Olimpiadas ya fue evidente en Beijing, Grecia o Sudáfrica, donde los grandes emprendimientos que fueron construidos, hoy en día no están siendo utilizados y se está considerando seriamente la posibilidad de demolerlos. Se prometió un gran flujo de capital internacional principalmente por turismo, pero la realidad fue que se produjo una fuga de las riquezas de los propios africanos para el exterior, a través de la FIFA y de sus “socios”2 .
Podríamos decir que existe, entonces, una disputa entre dos “modelos” de ciudad. La ciudad del capital y la ciudad del colectivo, de lo popular. Esta disputa nace de la inconsciencia e indiferencia histórica de los intereses empresariales en relación a las necesidades de la mayoría de la población y su concretización en la ciudad. La radicalización de las practicas capitalistas en la construcción del espacio urbano puede ser apreciada en la progresiva disminución de las dimensiones de la unidad de vivienda en las grandes ciudades, pues bajo la lógica del capital (de máximo lucro con el minimo gasto), mientras más pequeños sea cada departamento en un emprendimiento inmobiliario, mas unidades podrán ser disponibilizadas para su venta en el mercado de inmuebles.
Esta depredación del espacio urbano a través del poder público, atendiendo y beneficiando a intereses privados, no verá fin hasta expulsar a las poblaciones de todos los morros y favelas de la zona sur de la ciudad para dar continuidad a la reproducción del capital. La zona sur es la región de Rio mas “moderna” de la ciudad, la que posee mejor infraestructura urbana, tanto en salud, educación y transporte y es también la principal área de acción de la actividad turística local. El espacio de las decisiones en Rio aun está en manos del Estado y la municipalidad, pero orientadas todas en función y beneficio de las empresas y las clases dominantes. Las asociaciones entre estado y empresas (conocidas como PPP en Brasil, parcerias público-privadas) son un mecanismo nefasto, que pone en evidencia la estructura que guía las políticas de desarrollo urbano de un aparato público cada vez más inmerso en la lógica neoliberal.
Queda así levantada la cuestión de un enfrentamiento entre dos ideas de ciudad. Un primer modelo es el que viene siendo construido desde el mandato de Cesar Maia como prefeito, en que la ciudad se perfiló como ciudad espectáculo y ciudad de turismo, entrando asi en el “mercado de ciudades”. Un modelo que no es nuevo, inspirado en el modelo de Barcelona y ampliamente utilizado en el mundo. Es este el mismo proceso que origina al segundo modelo de ciudad. La ciudad de derechos. Es la ciudad que se construye a partir de los movimientos sociales que, con consciencia de la importancia de ir a las calles, se apropian del espacio público como el lugar de las reivindicaciones populares.
No fue por casualidad que las manifestaciones de este año comienzan contra el aumento de los costos del transporte, porque es por la movilidad urbana que los extremos de la ciudad se aproximan. Es con un buen transporte que la ciudad se aproxima del centro. Es transporte estatal porque si la libre movilidad urbana es un derecho, cualquier valor que se imponga sobre el transporte es una obstrucción a ese derecho.
Derecho a la ciudad es cumplir la vieja promesa que toda gran ciudad les hizo a los inmigrantes del campo y de otros lugares. La promesa de una vida mejor. El derecho a la ciudad abarca los otros derechos básicos como vivienda, salud y educación. Sin ellos la vida en la ciudad no es posible. Las violaciones de esos derechos para atender los estándares de la FIFA en las diferentes ciudades brasileñas pusieron en evidencia este conflicto, pues no hay espacio para derechos en el actual modelo de ciudad. ¿Por qué? Porque cuando una ciudad, o sociedad, es organizada en función del capital, acaba configurándose como un nicho de negocios, y los derechos se transforman justamente en una oportunidad para lucrar.
Esta lógica, de satisfacer las necesidades relacionadas a esos derechos representa nada más que un costo para las empresas. Costos que tienen que ser reducidos para aumentar el lucro y las ganancias. Por lo tanto las inversiones para mejorar la calidad de un servicio no considerado como un derecho irán progresivamente disminuyendo para aumentar siempre el lucro.
En el caso de las actuales manifestaciones populares en las principales ciudades de Brasil, comenzaron por una reivindicación del Transporte Público y un rechazo al constante aumento de los pasajes. La lucha es válida, aunque la problemática es compleja. Si bien la discusión en los diferentes espacios de debate y también en las manifestaciones populares, ha sido orientado a la lucha contra el aumento de los pasajes y la mala calidad de los servicios, la complejidad del asunto merece revisar el problema a partir de la idea de transporte en sí y en su progresivo proceso de privatización, tanto cuando se habla del transporte colectivo, como del transporte privado. La gratuidad del transporte, si concebido como un derecho, es absolutamente válido, aunque es importante definir esas demandas desde el momento en que se plantean.
Exigir tarifa R$0,00 significa que los ciudadanos dejarán de pagar la tarifa de transporte directamente de sus bolsillos, pero terminarán pagándola a través de los impuestos a las mismas empresas privadas que actualmente operan el sistema colectivo de transporte urbano e interurbano. Es lógico entonces hacerse la pregunta, ¿porque razón debería el pueblo brasileño, subsidiar el lucro de las empresas para prestar servicios en un área que es considerado un derecho?
Actualmente los costos del transporte de masas son cubiertos por el pago directo del pasaje por parte de los usuarios. A pesar de esto, existen algunos subsidios para las empresas de transporte colectivo que son otorgados principalmente en la compra de nuevos vehículos y en la construcción de ferrovías, que en conjunto anual suman unos R$1.300 millones3 . El debate entonces debe orientarse no en la gratuidad de pasaje en transporte y mas para la importancia de exigir un transporte público y estatal. Eso primero.
Como segundo foco del problema del transporte público, tenemos el transporte privado y el espacio urbano destinado a transporte. Las políticas brasileñas han dado incentivo al uso del transporte individual en Brasil. Primero está la reducción del impuesto a los productos industrializados (IPI) que significan para el estado brasileño una renuncia de más o menos 4 millones de reales anualmente para favorecer el uso del automóvil como principal transporte en las ciudades de Brasil. Producto de esto el espacio urbano para los desplazamientos diarios de la sociedad se ve totalmente afectado. Los automóviles ocupan mucho espacio en comparación con las personas que pueden transportar, y más aun en relación a las que realmente transportan ( generalmente quien se desplaza en auto para trabajar lo hace solo) esto produce atochamientos en el sistema viario y una disminución de la velocidad de los buses, aumentando también sus costos de operación, costos que son progresivamente divididos entre cada vez menos usuarios pues la demanda por transporte colectivo ha disminuido producto de las mismas políticas de incentivo del transporte individual.
En el debate de movilidad urbana, existen otros factores, a la hora de entender este problema, y que están directamente relacionadas con los procesos de remoción en la ciudad como lo son la expansión indiscriminada de Rio de Janeiro con conjuntos para los menos favorecidos de la sociedad, configurados con poca o inexistente infraestructura de servicios públicos como escuelas o hospitales, y carencia de fuentes de trabajo en la periferia, motivando entonces grandes flujos de desplazamiento de la población hacia el centro y la zona sur de la ciudad, que es donde se concentra mayoritariamente la oferta de empleos, agravando aun más la situación del transporte colectivo.
El movimiento actual reivindica el derecho a la movilidad urbana, a la libre manifestación, rechaza el gran robo de los Mega-eventos y reafirma que el dinero de los brasileños debe ser para garantizar sus derechos. La indignación es tanta que, en el país del Futbol, los brasileños no quieren estadios. Quieren hospitales y mejor educación. El movimiento adquiere conciencia de la importancia de que el pueblo esté presente también en el espacio central de la ciudad y exige el fin de las remociones.
Es la gestión democrática de los dineros públicos, en oposición a la apropiación del uso de esos excedente por parte de las fuerzas neoliberales. Es el control democrático y popular del proyecto de ciudad. Erminia Maricato (arquitecta, ayudó a formar el ministerio de las ciudades) resalta la importancia del control del suelo y de su uso para el buen funcionamiento de las ciudades en Brasil4 . Pero, control por parte de quien? Vivimos y también somos según las ciudades que construimos. La pregunta desde nuestra disciplina es ¿que ciudades queremos construir?
La sociedad brasileña puede estar, en la actualidad, frente a una oportunidad única de democratización de la ciudad y de todo lo que ella implica. El movimiento expresó una ruptura de la mayoría de la población con el gobierno del PT (partido de los trabajadores) pues este representó una promesa para el brasileño, promesa de progreso y desarrollo, que el país llegaría a ser un país moderno como los del primer mundo. Esa idea produjo una población conformada y acallada a base del crédito y de los bonos para las clases bajas. A pesar de la gran insatisfacción y masividad del movimiento, este carece de programa definido y no es un movimiento político claro, ni de izquierda ni de derecha sino que se configura como un espacio vacío que debe ser ocupado por alguien. Y todas las fuerzas políticas y mediáticas entran en esa disputa.
Inconformidades crecientes, acabaron con la paciencia del ciudadano con los abusos y robos cometidos para la implementación de la copa, donde grandes flujos de dineros públicos fueron entregados a las empresas privadas, a la FIFA y a sus socios para lucrar. Mientras las obras para la copa del mundo 2014, avanzan rápidamente, disminuyen los gastos en salud y educación pues son redireccionadas para obras relacionadas con el mundial de 2014. Además, la implementación de la Ley de la Copa, evidenció todos los atropellos a los derechos humanos en nombre de la FIFA, que ya fueron conocidos en la copa de Sudáfrica en 2010. Monopolio para el consumo dentro de los estadios, donde no puedes llevar ni siquiera tu comida preparada en casa. Fin del derecho a la libre circulación de personas en un radio de 2 kilómetros alrededor de cualquier estadio. La protección de propiedad industrial tendrá derechos exclusivos de uso sobre el numeral 2014 y sobre los nombre de las ciudades sedes!. Pasará por encima de otros derechos de los brasileños como por ejemplo el derecho a “media entrada” para estudiantes y tercera edad. En fin, tras mucho tiempo en silencio, el pueblo de Brasil se levanta contra el sistema capitalista y sus crecientes profundizaciones.
Reivindicaciones como el derecho a la libre movilidad urbana, derecho a la libre manifestación, rechazo a los grandes robos de la Copa del Mundo, y reorientación de esos dineros para gastos sociales, pueden ser distinguidos entre una inmensa marea de luchas, desde fin a la corrupción hasta reivindicaciones de las diversidades sexuales. En definitiva es la gestión democrática de los dineros públicos. Presupuesto Participativo. Es el control democrático popular del proyecto de ciudad en Rio de Janeiro, que se ha convertido en una ciudad mercancía, donde incluso el estilo de vida de los cariocas es transable en el mercado.
- Estamos sofrendo uma manipulação brutal, entrevista de Luís Brasilino a Carlos Vainer, Le Monde Diplomatique Brasil, Edição Novembro 2011 [↩]
- África do Sul 2010_ Legado no bolso da Fifa e seus parceiros, Le Monde Diplomatique Brasil, Edição Novembro 2011 [↩]
- O transporte Urbano no Brasil, Le Monde Diplomatique Brasil, Edição Junho 2011). Este y todos los datos de transporte provienen de este articulo [↩]
- O impasse da política urbana no Brasil, Erminia Maricato editora vozes [↩]