Reglamento exigirá planes para mitigar malos olores en 12 sectores industriales

Por Oriana Fernández G., La Tercera.

Ministerio de Medio Ambiente elabora normativa que considera multas.

Casos como el ocurrido en Freirina el año pasado, cuando vecinos de la planta de cerdos de la III Región iniciaron protestas por los malos olores, son los que debieran evitarse con el nuevo reglamento que está elaborando el Ministerio de Medio Ambiente, que busca mitigar este tipo de emanaciones por parte de las industrias.

Marcelo Fernández, jefe de la división de Asuntos Atmosféricos del Ministerio de Medio Ambiente, afirma que el nuevo “Reglamento para la prevención y control de olores” tiene como objetivo que diferentes tipos de industrias adopten mejoras en sus tecnologías y prácticas de control y prevención.

Agrega que con el reglamento “se generarán los protocolos de manejos que se requieren para evitar la producción de olores”, obligando a que los privados presenten planes para abordar estos problemas.

El Ministerio de Medio Ambiente identificó, al menos, 12 sectores que serán regulados por este reglamento.

Entre éstos se cuentan los centros de crianza y engorda de cerdos, las plantas de tratamiento de aguas servidas, las industrias pesqueras, plantas de celulosa, firmas procesadoras de productos de mar, rellenos sanitarios y otros.

A estos lugares se suman áreas como las refinerías de petróleo y de recuperación de molibdeno. Según el catastro del ministerio, en el país existe un total de 2.000 fuentes que, potencialmente, pueden generar hedores.

La ministra de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, plantea que como cartera proponen “elaborar un instrumento regulatorio preventivo contenido en el reglamento, que permitirá que fuentes emisoras adopten mejoras en sus tecnologías y prácticas de control y prevención de olores”.

Añade que esta propuesta se realizó “ante nuestro diagnóstico que da cuenta de la falta de antecedentes que permitan establecer un límite de olores en una norma ambiental”. En este sentido, recalca que el reglamento -que, según afirman en la cartera, podría entrar en vigencia el próximo año- puede sentar las bases para la elaboración de una futura norma que categorice las diferentes concentraciones en el ambiente.

Fiscalización

La Superintendencia de Medio Ambiente será la encargada de supervisar que se cumpla el protocolo establecido.

La entidad ha capacitado a 10 fiscalizadores para realizar pruebas de percepción de olores en terreno.

Respecto de la aplicación de posibles multas, el jefe de la división de Asuntos Atmosféricos del ministerio sostiene que “por supuesto que pueden traducirse los incumplimientos en algún tipo de sanción”.

Sin embargo, enfatiza que la Superintendencia del Medio Ambiente será la que defina eventuales multas para los proyectos de inversión.

Yorka Retamal, consultora de la firma Poch Ambiental (que labora en soluciones en este rubro), plantea que, antes de aplicar esta normativa, “debe haber una evaluación de los costos que tendrá este tipo de medición para el sector privado”.

Agrega que hoy las empresas cumplen con mitigaciones exigidas por el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, pero que “los titulares presentan sus propias medidas y no hay una norma específica que establezca disposiciones para cada rubro”.