Vecinos de Concepción rechazan la construcción del nuevo edificio “Martínez de Rozas”
A unas nueve cuadras del centro de Concepción, la calle Martínez de Rozas se caracteriza por su tranquila vida de barrio. En la villa Remodelación Eleuterio Ramírez, particularmente, los vecinos -estudiantes, familias y adultos mayores- se conocen, se ayudan cuando hace falta y se organizan para cuidar los jardines de todos. Esta fuerte identidad puede explicarse por la larga historia de la Remodelación, que comenzó con la construcción de los 11 blocks de cuatro pisos en 1979.
Este es el lugar -con su ambiente y significado- que hoy están defendiendo los residentes de la Remodelacióny de sus alrededores ahora que comenzaron las obras para un nuevo edificio de 12 pisos y cerca de 100 departamentos. El proyecto “Martínez de Rozas” de la constructora Avatar amenaza con quitarles la luz natural y áreas verdes, además de aumentar la densidad del sector.
Los habitantes de la “Remodelación” , además, estiman que el municipio debió haber solicitado estudios de impacto ambiental y haber realizado una consulta ciudadana. Por esto, presentaron un recurso de protección contra la constructora y la Dirección de Obras de la Municipalidad de Concepción, con el objetivo de frenar el avance en las obras.
Hace unas semanas partieron las obras del proyecto “Martínez de Rozas” y actualmente, la construcción de un cerco perimetral ya ha quitado áreas verdes como también ha destruido parte de los jardines de la Remodelación Eleuterio Ramírez.
Pero los problemas en torno a este terreno no son nuevos. En un principio, éste pertenecía al proyecto de blocks más tarde fue entregado como comodato al dueño de la empresa “Casa del Motor”, hasta 1998. En ese año, los miembros de la Junta de Vecinos de la Remodelación suponían que el terreno les iba a ser devuelto. Sin embargo, el dueño de la empresa, Teodoro García, continuó construyendo algunos departamentos.
Después del terremoto de 2010, estos departamentos quedaron inhabitables y se convirtieron en un foco de delincuencia. Por esto, los vecinos pidieron al municipio su demolición. Fue en ese momento cuando se enteraron de que el paño de unos 600 metros cuadrados estaba a nombre de Alejandro García, hijo del dueño de la Casa del Motor.
Ante esto, los vecinos hicieron un llamado en diciembre de 2012 a la Municipalidad de Concepción, a la Seremi de Vivienda y al Serviu para aclarar quién era el propietario y, según eso, estimar cuál sería el futuro del lugar que creyeron propio.
Una de las cosas que molesta a los residentes del barrio actualmente es que en esta cocasión contaron con el apoyo del actual alcalde, Alvaro Ortiz, quien entonces era concejal. Su defensa iba en pro de que este terreno baldío fuera aprovechado por la comunidad. Sin embargo, ahora como Alcalde, Ortiz ha omitido esto y ha aprobado la construcción del edificio en un mes.
Frente a estos hechos, uno de los actores que surgió en su rechazo fue la Coordinadora de Estudiantes de Arquitectura y Geografía de la Universidad de Concepción. El interés por la problemática que generó este nuevo edificio comenzó porque varios de sus integrantes son residentes del barrio. Bernardo Araya es uno de ellos y ha participado difundiendo y organizando asambleas y cacerolazos, pues cree que “un edificio de estas dimensiones rompe y vulnera esta vida de barrio, invade y da pie a que los espacios públicos se vayan transformando en posibles terrenos a edificar”.
De esta manera, la Coordinadora intenta llevar la discusión de fondo hacia el cómo se está haciendo ciudad, qué tipo de decisiones se están tomando y cómo esto no tiene una intención urbana, sino más bien la búsqueda de la rentabilidad económica antes que la social.