Muchas rejas y árboles mal podados: los otros “pecados urbanos” en Santiago
Arquitectos, ingenieros y urbanistas culpan a la urgencia con la que se toman las decisiones como la razón de que no se planifique bien y los resultados sean, a veces, auténticas aberraciones.
Por Nadia Cabello, El Mercurio
Hace unos días instalaron un bicicletero en Plaza Italia. Era necesario, decían los ciclistas; sin embargo, hubo un problema: la estructura fue anclada al suelo al revés, y por el lado donde deben entrar las bicicletas hay una reja que impide que el artefacto cumpla con su objetivo.
Las pequeñas intervenciones pueden generar enormes beneficios, pero algunas que han sido mal implementadas, ya sea por falta de planificación o por la urgencia con la que se debieron hacer, terminan convirtiéndose en “pecados urbanos”. Ejemplos hay muchos, según señalan a “El Mercurio” ingenieros, arquitectos y urbanistas, quienes hicieron una selección de las que consideran las mayores aberraciones urbanas.
Una de ellas es la poda indiscriminada de árboles que terminan siendo “unas especies mutantes”, asegura el urbanista de la Universidad Católica Luis Eduardo Bresciani. “Chilectra y los municipios terminan haciendo unas cosas inimaginables con los árboles para darles espacio a los cables, cuando lo que está mal instalado es el cableado, no al revés”, señala. Es un “pecado” que, asegura, se ha ido cometiendo en todas las ciudades a lo largo del país.
Uno que es propio de la Región Metropolitana es la infraestructura del Transantiago: sus paraderos y lo que el arquitecto y socio de Atisba Iván Poduje denomina “una pista de aviones metida en medio de la ciudad”. Se refiere al corredor de Santa Rosa, que asegura que “es una faja desproporcionadamente ancha para el flujo, con un diseño que segrega los barrios laterales y obliga a largas caminatas para acceder a paraderos”.
También en el ámbito de transportes, el ingeniero Louis de Grange señala a las conexiones de las autopistas como una aberración urbana. “En general están súper mal diseñadas, porque se licitan por parte, y no hay coordinación. Por eso vemos varios proyectos hoy día tratando de solucionar esto; por ejemplo, el enlace de Costanera Norte con la Autopista Central”, señala. Para él, esto ocurre porque “a veces la urgencia política implica que los proyectos no se piensen como deberían”.
En tanto, Jorge Abarca, presidente de la comisión de Desarrollo Urbano del Colegio de Arquitectos, dice que “la ciudad debe ser un espacio abierto, y no lleno de cercas”. Por eso considera un error el que cada vez más chilenos opten por instalar rejas en ventanas, patios, y hasta en calles.
Con todo esto, para el arquitecto y académico de la U. del Desarrollo Julio Nazar, uno de los problemas más lamentables es “el poco espacio que le va quedando al peatón. Se ha optado por darles espacio a los vehículos, públicos o particulares, y al peatón se lo ha ido confinando cada vez a lugares más estrechos y a veredas en mal estado”, asegura. Eso sí, rescata iniciativas de los municipios de Santiago y Las Condes que han hecho esfuerzos por crear paseos sin vehículos.
Segregación
Entre los ítems que se repiten los expertos están los barrios de viviendas sociales que se han construido hacinadas y con escaso o nulo valor estético.
Otra señal de falta de integración son los condominios o calles enrejadas que separan barrios completos del resto de la ciudad y no permiten el libre acceso a espacios públicos, como sus plazas interiores.