Municipio propone que torre del reloj de Iquique recupere color original
Viejas fotos del monumento de Plaza Prat la exhiben con un tono terracota.
Por Davied Jaime, El Mercurio
Construida en 1878, antes de la Guerra del Pacífico, la torre del reloj de la Plaza Prat ahora podría recuperar su aspecto original en tonos terracota y desplazar el blanco impoluto que la ha convertido en una postal de Iquique. La idea, que impulsa el municipio, ya genera polémica.
“Me parece una aberración, desde niño siempre la he visto blanca”, dice Demetrio Carrillo (54), quien se niega a ver la torre con un color distinto.
El arquitecto Rodrigo Fuentealba encabeza la idea, basado en la documentación fotográfica y el estudio de las capas de pintura, ya que se han encontrado al menos seis colores. “El terracota es uno de los colores utilizados en los primeros años de construcción”, resalta Fuentealba, quien cree que posteriormente, con la restauración del Teatro Municipal, la idea es que “también tenga una pintura en concordancia con la del reloj”.
La idea surge tras un proyecto de restauración del MOP, que consideró la limpieza, reparación de molduras y las bases de pino oregón de la torre, además de la pintura, por $36 millones. Los arreglos deben estar listos en septiembre, sin embargo la propuesta municipal será discutida por una comisión de expertos en patrimonio la próxima semana.
El doctor en Arquitectura de la Universidad Arturo Prat, Alberto Prado, señala que si bien la búsqueda del original es una propuesta válida, antecedentes bibliográficos y de acuerdo con las tendencias arquitectónicas, el terracota sería posterior al 1900.
“No conozco la propuesta y qué se quiere conseguir, pero si se quiere llegar a los orígenes, lo principal es cambiar la ubicación de la torre”. La ubicación original de la torre del reloj estaba centrada con las calles Tarapacá, la del Teatro Municipal, y Luis Uribe, unos 50 metros más al sur de donde fue ubicada en 1891, por la administración chilena.
“Esta torre es un referente en el país, ya que los demás relojes ingleses llegaron con posterioridad al Centenario de la República, como el de Antofagasta y Valparaíso”, resaltó Prado.