115 años sin autos: El caso de la Isla Mackinac, EE.UU.
“El uso de carruajes sin caballos queda prohibido dentro de los límites de la aldea de Mackinac”. Con esta simple frase, las autoridades de la Isla Mackinac, una pequeña localidad del estado de Michigan (EE.UU.) aprobaron en 1898 una ley que prohibe el uso de automóviles. Desde esa fecha ya han pasado 115 años y hasta hoy sus habitantes no sienten la necesidad de cambiar esta situación.
De hecho, esta restricción ha motivado a que las personas se muevan a pie, en bicicleta o en los clásicos carros tirados por caballos de principios del siglo XX, que al verlos circular por la ciudad, crean la sensación de que el tiempo se detuvo en la isla.
Más detalles a continuación.
En 1870, el Congreso de EE.UU. inició una campaña para proteger su patrimonio natural. Por esta razón nombró Yellowstone como su primer Parque Nacional, y en 1875, amplió este cuidado al 80% de los terrenos de la Isla Mackinac. Hasta ahora, la clasificación se mantiene y es supervisada por la Comisión de Parques que también limitó la urbanización de manos de privados para que se mantenga la arquitectura victoriana típica del lugar.
Esta clasificación, sumado a la prohibición de los autos que se tomó porque sus residentes no querían la isla se viera afectada por la contaminación ni el ruido de los motores, han mantenido la característica tranquilidad de la isla que por un tiempo se vio amenazada. De hecho, uno de sus habitantes fue más crítico y calificó a los autos como “monstruos mecánicos”. Hoy en día, la isla sólo tiene dos autos que se pueden ocupar en casos de emergencia.
Ya en los últimos años, esta centenaria ley ha permitido que la isla se convierta en un destino turístico, pasando cada verano de 500 habitantes a 15.000 personas. Una de las principales actividades que realizan los turistas en la isla -y sus habitantes durante el resto del año- se desarrollan en la carretera M-185, que invita a las personas a recorrer en bicicleta o a pie sus 13 km. de extensión a lo largo de la costa.