Obras anti-aluviones en río Maipo / Promoción de parques urbanos / Multas por evasión de Transantiago

Feliciotaciones a los organizadores de este gran evento en los parques.

Ojalá el impacto favorezca alcances tales como la conformación de Comités de Deporte y Recreación, de Educación Ambiental, de Educación Artística. por parte de los ciudadanos residentes EN CADA ENTORNO VECINAL.
En una misma Comuna pueden ubicarse MUCHOS entornos vecinales diferentes.
Hay comunas tan grandes que los habitantes jamás podrán conocerse todos entre sí; mucho menos convivir de manera sostenible.

Una observación: los Comités locales deben conformarse preferiblemente a partir de las Asociaciones de Padres de los Establecimientos Educativos locales y no de las Juntas Vecinales.

Si yo soy el Tesorero (o Secretario) de una Junta Vecinal y me resulta un trabajito justo en las horas que yo tenía destinadas a la Junta, con el dolor del alma tendré que dejar la Junta POR NECESIDAD.
Además, cuando una Junta medio funciona, allí le caen los políticos como moscas en la miel.
En cambio, si yo soy padre de familia y tengo un niño en la escuela del barrio, de mil amores voy a colaborar con los comités, porque significan desarrollo para nuestros hijos.
Lo más probable es que mientras yo tenga a mi hijo en la escuela, no abandone mi Comité por nada del mundo.

Afortunadamente un político no se mete con las escuelas. Primero, porque los niños no votan; y segundo, porque nosotros, como padres, no le vamos a permitir que interfiera con la educación de nuestros hijos.

Naturalmente, no todo es felicidad en las escuelas.
Por tradición, nuestras escuelas (con honrosas excepciones) funcionan de manera totalmente aislada del barrio en donde se hallan ubicadas.
Los mismos padres no autorizan al profesor o profesora que saque al niño del recinto hasta que termine la jornada escolar.
Conclusión, las escuelas prácticamente no hacen nada de proyección social, y el niño se encuentra alternando entre dos mundos desconectados entre sí: la escuela y el barrio.

Durante los fines de semana da tristeza ver cómo las escuelas permanecen cerradas, teniendo patios o campos deportivos que los niños podrian aprovechar en horarios especiales.
No se trata de realizar actividades desorganizadas, sino todo lo contrario: festivales, partidos, teatro, danzas, poesía, etc, etc.

Con razón tantos niños se enrolan fácilmente en pandillas y tribus urbanas, que en poco o en nada contribuyen al desarrollo humano por el cual la Unesco nos ha premiado en América Latina.

Precisamente, los comités locales que menciono más arriba, pueden contribuir a ofrecer a niños y jóvenes un espacio de aprovechamiento del tiempo libre que tal vez los alejen del vicio, de las pandillas y del sedentarismo (antesala de la delincuencia y del vandalismo).

Saludos.