El creador del Plan Regulador Metropolitano de Santiago
El arquitecto Juan Honold fue responsable de trazar el primer plan de la ciudad en los 60.
Por Valentina Pozo, La Tercera
El arquitecto Juan Honold Düner (85) nunca imaginó que su tesis de título, realizada a comienzos del 50 con Pastor Correa -hermano de Raquel, la fallecida periodista chilena-, iba a dar pie al Plan Regulador Metropolitano de Santiago de 1960 (PRMS 60), el primero que tuvo la ciudad.
Con sólo 24 años, su “Ensayo de Planificación del Gran Santiago” fue expuesto en el hall de la Casa Central de la U. de Chile en 1952, y comprado por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) para crear el primer plan que trazara los límites de la ciudad y los usos de suelo en ésta. Dos años después, ya era parte de la de la Dirección de Planeamiento de la cartera.
Al cruzar la puerta de su casa, en Las Condes, lo primero que se ve es un cuadro con el plano original del 60. Gracias a ese diseño se crearon las comunas de Santiago y se dividió el territorio en zonas industriales y habitacionales. Gracias a éste también, se creó hace 60 años el primer anillo metropolitano, la circunvalación Américo Vespucio, además de la Ruta 5 Norte-Sur, y se trazó lo que sería Américo Vespucio y las Costanera Norte y la Sur.
Pese a la importancia de este hito, pocos saben que fue este hombre, descendiente de suizos, quien a sus 28 años ingresó a trabajar al MOP para darle forma al plan. Honold dice que la historia lo sacó d el momento en que se comenzaron a inaugurar las primeras obras públicas que emanaron de su planificación. “Yo estaba en el Minvu y fue otro quien estaba ahí para cortar las cintas”, cuenta, para aclarar por qué no figura como el autor de este hito. Por ejemplo, toda la avenuda Américo Vespucio, se termió en 1975, 15 años después de que se implementara su plan y cuando él ya no estaba en el Mop.
Sin embargo, en el mundo del urbanismo son varios los que tienen claro el lugar que ocupa. Arquitectos como Iván Poduje, Luis Eduardo Bresciani y Germán Bannen lo asocian inmediatamente con el PRMS60 y premio nacional de Urbanismo 2010.
Por su parte, Poduje, arquitecto y socio de Atisba, asegura que Santiago le debe mucho a este planificador. “Es un actor clave. Su mayor legado fue anticipar que Santiago sería un área metropolitana formada por varias comunas y que, por ello, requería de varios centros, de anillos de circunvalación y zonas industriales exclusivas. Pocos lo asocian a este trabajo, porque las grandes obras urbanas no tienen derecho de autor”, sentencia.
En esta línea, el urbanista y ex presidente del Colegio de Arquitectos, Luis Eduardo Bresciani, agrega que “si bien fue un tipo de bajo perfil, vio al PRMS60 como un plan de inversión y desarrollo. Algo más complejo que lo que existe actualmente”, asegura.
Este arquitecto destaca su manera de hacer urbanismo desde lo público.
La historia tras la cinta
De padre y madre suizos, Honold fue el mayor de tres hermanos, y educado en el Instituto Nacional y luego en la U. de Chile. Asegura que esas instituciones fueron las que le inculcaron la importancia del trabajo público y la carrera funcionaria, a la que dedicó la mayor parte de su vida.
“Cuando llegamos con Pastor al MOP nos dedicamos , le habiamos dedicado cinco años a la tesis, así que teníamos claro qué explicarle a los ingenieros y a los habitantes para ponerlo en práctica. Es decir, como se desarrollaría y las expropiaciones”, explica Honold mientras dibuja aquello que explicó en esa época.
Cuatro fueron los gobiernos que traspasó el famoso PRMS60: llegó cuando estaba Carlos Ibáñez del Campo en el gobierno, luego siguió con Jorge Alessandri Rodríguez, para continuar con Eduardo Frei Montalva, Salvador Allende y Augusto Pinochet.
“El 16 de diciembre de 1965, cuando se creó el Minvu, quien fuera mi jefe en el MOP, Modesto Collados, me llevó con él para que me hiciera cargo del urbanismo. Fue la persona que quedó en mi lugar en el MOP, Juan Parrochia, la que cortó cintas y quien fue recordado con los años”, rememora el descendiente de suizos.
“Nos tocó bailar con la fea, pero Santiago es mi diploma. En plan sobrevivió a cuatro gobiernos y dio pie al siguiente. Por eso me llevaron al Consejo Regional Metropolitano en 1996”, asegura Honold.
Fue en esta última repartición gubernamental donde él abogó porque no borraran las comunas y no crearan al alcalde mayor, ya que “era una idea inviable, una bolsa de gatos”, afirma, después se dedicó a la docencia.
Dice que el término “innovador” le queda grande, que fueron “personas con herramientas y método para la época”, pues junto a Correa habían estudiado los planes de Londres, París, Varsovia.
Para el urbanista y artífice de Providencia, German Bannen, “la importancia de él y de Correa es innegable y la labor que hicieron con el plan que nos rige quedó bastante opacada”, dice.
Santiago contemporáneo
Honold no entiende las planificaciones contra el tiempo ni cortoplacistas y asegura que la ciudad debe pensarse como un todo y nunca hacerla por tramos. Es por eso mismo que el último Plan Regulador Metropolitano, el PRMS100, le parece errónea.
“El gobierno lleva tres años tratando de sacar el decreto 100 y no ha resultado, porque se hizo la expansión urbana y no se reguló la estructura circulatoria; es decir, que no se extendieron las redes de conexión con el centro de la ciudad. Hay un esqueleto, pero no hay circulación de la sangre”, asegura.
Para él , el problema de Santiago no es darle mayor o menor vialidad o terreno. “Es un tema de planificación urbana. Si tienes agua potable, alcantarillado, calles pavimentadas y electricidad en toda la ciudad, ¿por qué mejorarla en vez de extenderla? Puede ser incluso un buen negocio, tanto como comprar terrenos donde sea barato construir”, remata.