Inician el mayor dragado al sistema fluvial del río Valdivia en los últimos 23 años
Las faenas permitirán a barcos de gran calado navegar todo el año y favorecerán al turismo, transporte de carga y astilleros.
Por J. Molina y O. Riquelme, El Mercurio
Cada año, en el río Valdivia y sus afluentes se realizan más de 53.500 zarpes autorizados por la Armada, a un promedio de 146 al día. Pero no todas las naves pueden circular libremente: el embancamiento natural del río por los sedimentos arrastrados desde la cordillera pone serios problemas de navegación a barcos de gran calado.
Esto ha llevado a que en algunos puntos del río las naves mayores puedan pasar solo bajo condiciones de caudal y marea altos, lo que ha restado operatividad a los astilleros de la zona y al transporte de productos forestales desde Valdivia a Corral.
El último gran dragado -retiro de sedimentos desde el río- se hizo en 1990, y desde entonces solo hubo una intervención menor en 1997. Por ello, aunque se permite la navegación de barcos de hasta 3,8 m de calado, esto muchas veces es impracticable.
Para remediar esto, el MOP iniciará hoy las obras de conservación y limpieza del lecho del río Valdivia, que se concentrarán en siete puntos (ver infografía) y dejarán el cauce con una profundidad de 4,5 m en condiciones de la marea más baja.
“Esto permitirá que grandes embarcaciones puedan navegar libremente por el río, sin tener que evitar los sectores que hoy presentan mayor sedimento, poniendo en peligro sus traslados. Además, estamos potenciando el desarrollo de astilleros, facilitando el transporte de carga y favoreciendo el turismo”, explica la titular del MOP, Loreto Silva.
Para los astilleros, se trata de una labor clave. “Actualmente tenemos que rechazar trabajos porque obviamente no podemos sacar nuestras naves. Cuando analizamos la oferta de un cliente, lo primero que miramos es el calado: si es demasiado, tenemos que decirle que es imposible atenderlo”, explica Waldo Benavides, gerente general de Asenav en Valdivia.
Hoy algunas de sus embarcaciones se arman en dos partes: la primera en el astillero en Valdivia, y la segunda, varios kilómetros río abajo, en zonas profundas cerca de la costa, donde se instala el equipamiento.
El dragado también ayudará al turismo, afirma Fernando Liewald, director de la Agrupación de Turismo Fluvial de Valdivia, aunque para él sería óptima una profundidad de 10 m en todo el río. “Hoy algunas rutas y tours se están restringiendo, porque hay zonas donde la navegación para embarcaciones más grandes empieza a ser peligrosa”, afirma.
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239 mil m {+3}
de sedimentos se retirarán del fondo del río.
$2.600
millones costará la ejecución de estos trabajos.
4,5 m
será la profundidad del río con la marea más baja posible.