La apuesta de los edificios santiaguinos para ahorrar energía
Una veintena de edificios se inaugurará entre 2013 y 2014 con el tipo de vegetación en altura.
Por Patricio Cofré, La Tercera
Los niños de edad preescolar que diariamente llegan a clases a la Alianza Francesa de Chicureo poco alcanzan a dimensionar lo que ocurre sobre sus salas de clases. A unos cinco metros de altura, justo sobre las aulas, crecen jardines y vegetación. “Ellos miran curiosos, pero ignoran que es algo innovador”, cuenta Sebastián Cantillana, jefe de servicios de la entidad.
Esta nueva sede del colegio funciona desde febrero, pero apenas hace un par de semanas se terminaron de instalar 3.000 m2 de techo verde. Y el próximo año contarán con otros 3.000 m2. No es el único recinto educacional santiaguino que apostó por instalar un jardín en altura: la U. Diego Portales también habilitó uno de 470 m2 en la biblioteca Nicanor Parra en 2011.
A éstos se sumarán, entre este año y el próximo, cerca de una veintena de nuevos inmuebles -entre torres de oficinas y residenciales, colegios, universidades e incluso, hospitales- que implementarán esta solución sustentable en sus azoteas. Juntos sumarán, al menos, 50.000 m2, es decir, cerca de cinco hectáreas.
La tendencia de plantar arbustos, plantas y flores en la “quinta fachada” (azoteas) surgió en Alemania en la década de los 70. En Santiago, los primeros aparecieron tímidamente en casas, pero recién hace tres se están instalando con fuerza, según Francisca Saelzer, coordinadora del área de Paisaje de la Escuela de Arquitectura de UDP.
“Este boom se generó porque muchos edificios comenzaron a implementar soluciones sustentables y que les permitan ahorrar costos en energía”, explica la especialista.
Carlos Durán, gerente de ArgGeo -compañía que desarrolla proyectos de este tipo, detalla que las características de estas cubiertas permiten que la azotea cuente con una aislación térmica que baja la temperatura del edificio entre cinco a 10 grados de temperatura. Con esto, se reduce en 45% el consumo de calefacción y refrigeración. A eso se suman la absorción de las aguas lluvias en un 70% y la captura de 0,89 kilos de CO2 por metro cuadrado al mes (ver infografía).
María de la Luz Barros, gerenta de Verde Activo, que también fabrica este tipo de techumbres, asegura que desde 2010 se triplicó el número de techos verdes que instalan en inmuebles de diversos tipos, “desde cuerpos de bomberos hasta centros culturales”.
Oficinas “verdes”
En Ciudad Empresarial hoy se levanta Terrazas, una torre de oficinas que contará con 1.000 m2 de jardines en altura. Fue diseñado por el arquitecto Gonzalo Mardones, quien sostiene que decidieron habilitarlos para aprovechar la quinta fachada. “Además, la vegetación hace más atractivo el edificio para la ciudad”, asegura.
En “Sanhattan”, dos grandes proyectos inmobiliarios también apostarán por este sistema: el complejo de oficinas Parque Titanium tendrá un techo con arbustos y plantas de 9.000 m2. No sobre sus tres torres, sino sobre el bulevar gastronómico que está a un costado y que está semi hundido. Se comenzará a inaugurar desde fin de año.
En Costanera Center, en tanto, todavía no tiene fecha definida la apertura de los 12.000 m2 de jardines en la parte superior del mall. Estos se podrán ver desde el rascacielos y las otras torres que se erigen ahí.
Las inmobiliarias Paz Corp, Armas y Molina Morel también incluirán este tipo de cubiertas en sus desarrollos de edificios de vivienda. La primera de ellas, por ejemplo, habilitará 3.000 m2 en 11 construcciones de Las Condes, Ñuñoa y Santiago.
También hay nuevos inmuebles públicos que consolidarán este tendencia en la capital. Entre ellos, los nuevos hospitales de Maipú (14.800 m2) y La Florida (6.200 m2), que comenzarán a funcionar antes de fin de año y tendrán especies de baja altura para un menor consumo de agua.
La azotea del edificio Moneda Bicentenario, en la esquina de Moneda y Teatinos y diseñado por el arquitecto Teodoro Fernández, contará con 332 m2 de vegetación.
A la lista podrían sumarse un centro comercial en La Dehesa y otro en Ñuñoa ya existente. Aunque esté construido, es posible instalar ahí una quinta fachada verde.