En Chile aumenta circulación de ciclistas y baja tasa de víctimas en accidentes de tránsito

Bici-Caravana "Pedalea al Trabajo" Día Mundial Sin Autos 2012. Fotografía de Shemyr para Bicicultura

Texto por Colectivo Centro Bicicultura

De acuerdo a los datos entregados por la Comisión Nacional de Seguridad deTránsito, CONASET, el número de ciclistas fallecidos por accidentes de tránsito ha bajado en los últimos años. Por otro lado, según todas las mediciones parciales y de acuerdo a nuestra propia percepción, cada día son más las personas, de todas las edades, condición social y género, que usan la bicicleta como medio de transporte. Tratamos aquí de comprender este cruce de datos y estadísticas.

¿Más ciclistas y menos víctimas fatales?

No debiera extrañarnos, ya que se trata de una tendencia comprobada. La experiencia es tan contundente que se puede considerar la siguiente regla: mientras más ciclistas circulen en la calle, menos riesgoso se vuelve el pedaleo.

En grupo, los ciclistas son perfectamente visibles, ocupan mejor el espacio vial y se imponen por presencia: de a uno, en fila india, conforman una ciclovía humana sólida y protegida; de a dos en fondo, ocupan el espacio de un vehículo de 4 ruedas y obligan a los automovilistas a hacer maniobra de adelantamiento para rebasarlos. Los conductores de motorizados experimentan un rápido proceso de adaptación. Van pasando del total desconcierto inicial, en que no saben cómo actuar ni reaccionar ante un vehículo distinto, que se mueve y comporta de forma diferente, sigiloso, intespestivo, impredecible y extremadamente vulnerable, a adaptarse y habituarse a este nuevo “paisaje” urbano vial y de a poco, van insertando en su funcionamiento mental y en su repertorio de reacciones automatizadas, la existencia-presencia de este nuevo actor de la movilidad, el usuario de bicicleta.

La tendecia demuestra que una fuerte presencia ciclista en las calles “calma” naturalmente el tráfico, reduciendo el número de accidentes con desenlace grave o fatal, no sólo de ciclistas, sino de todos los usuarios de las vías.

Los datos de la CONASET

Según el estudio “Accidentes de Tránsito de Ocupantes de Bicicleta y Consecuencias 2002 -2010”, de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (CONASET), el 2002 en Chile hubo 175 fallecidos en accidentes de tránsito con participación de bicicletas. El 2012 bajo el mismo parámetro, hubo 85 fallecidos. De lo anterior se desprende un descenso de un 48% de accidentes fatales donde estuvo involucrado un ciclista.

Del total de accidentes de tránsito y fallecidos a causa de éstos (2002-2012):

Tabla de datos realizada por Bicicultura con datos del estudio de la Conaset

De los datos observados, efectivamente ha disminuido la cantidad de accidentes de tránsito con participación de bicicleta. Si a eso le sumamos el evidente aumento de ciclistas en circulación, podemos concluir que esta disminución es muy siginificativa. A nuestro juicio, esto se debe principalmente, a que el fuerte aumento de usuarios de bicicleta en las calles vuelve más seguro el pedaleo, y por otra parte, es consecuencia del tipo de conducción característica del ciclista, de riesgo calculado, mucho más atenta a las condiciones y circunstacias del tránsito.

Desgraciadamente, los datos aportados por la CONASET no son concluyentes, y no permiten evaluar la real situación del ciclista en el tránsito, ya que resulta indispensable conocer la cantidad de viajes que se realizan en bicicleta, para poder dimensionar la cantidad y gravedad de los accidentes con ciclistas involucrados en relación a quienes se mueven a pie o en medios motorizados, así como también para poder medir tendencias, concretamente la disminución proporcional del número de accidentes ciclistas con consecuencia de muerte, en relación al número de viajes en bicicleta.

Fotografía Portal Indemnizaciones por accidente de tráfico

Cifras Negras

Además, si bien las estadísticas entregadas por CONASET son alentadoras, en tanto muestran un descenso en la mortalidad ocasionada a raíz de accidentes en que se ve involucrado un ciclista, éstas no son del todo realistas: sólo contemplan los casos en que la víctima fallece inmediatamente, en el lugar y a causa del accidente, dejando de lado los casos en que la víctima fallece por causa del accidente, pero de forma posterior. Basta pensar, por ejemplo, en el caso de una persona que muere al llegar al hospital, o que fallece días después, por secuelas del accidente.

Por otra parte, existe una cifra negra sobre ocurrencia de accidentes de menor entidad, que son los que, según el testimonio de los usuarios, en mayor número y con mayor frecuencia sufren los conductores de bicicleta, y que no alcanzan a ser registrados por las estadísticas de las instituciones oficiales (Carabineros de Chile, CONASET y otros). Muy probablemente, los usuarios de bicicleta que sufren accidentes menores no realizan denuncias oficiales sobre éstos, por la cantidad de trabas institucionales que existen para ello, la cantidad de tiempo que hay que dedicar a esos trámites y las escasas probabilidades de obtener resultados favorables que se derivan de hacerlo. Esto ha significado que las necesidades y problemáticas de los ciclistas no estén siendo consideradas para el diseño de políticas públicas, aun cuando sus usuarios intentan visibilizar éstas por medio de otros mecanismos.

Esto permite que nos cuestionemos las decisiones que se adoptan a propósito de estas cifras, pues sin duda hay datos estadísticos que se están obviando y que no están siendo parte de la realidad que se tiene en consideración a la hora de elaborar políticas públicas. Al contrario: se está considerando una realidad mucho más alentadora que la que existe en los hechos, a partir de cifras que ignoran a quienes fallecen a causa de accidentes de tránsito, pero no en el lugar de ocurrencia, y que ignoran la ocurrencia de accidentes menores que son parte de esta llamada “cifra negra” de accidentes de ciclistas.

Por una ciudad a 30 Km!


A pesar de que la tendencia mundial apunta clara y decididamente a bajar los límites máximos de velocidad urbana, ajustándolos a un nivel de 30 a 40 Km/hr, en Chile, sin importar las las alarmantes cifras nacionales, ni los buenos ejemplos del mundo desarrollado, desconociendo además los estudios que demuestran que de acuerdo al atochamiento vehicular y al parque automotriz actual el promedio de circulación en la ciudad no supera los 30 km/hr (según el estudio conjunto de la Asociación Helmholtz de Alemania, la PUC, la U. de Chile y la Cepal, realizado el 2010), el año 2002 se incrementó la velocidad máxima permitida, pasando de 50 (que ya era alta) a 60 Kilómetros por hora.

El impacto de la velocidad, según estudios internacionales

  • Tras el impacto de un auto a 30 km/h, entre el 5 y 10% de las personas impactadas moriría, alrededor del 60% sufriría heridas y un 30% saldría ileso.
  • El impacto de un auto a 70 km/h (poco más de nuestra máxima actual), el 90% moriría, el 10% sufriría heridas y nadie saldría ileso

Infografía de Bicicultura, con datos de Gazmuri et al 2006