Columna Hacia un Santiago de calidad mundial: “El parque de Américo Vespucio”
Por Miguel Laborde, El Mercurio. (14/09/13)
Tienen poder los alcaldes de Las Condes y Vitacura. Lograron defender el parque central de la Circunvalación Américo Vespucio, aunque podrían haberlo perdido sin apelación, ya que legalmente es una “reserva vial”, un área verde provisoria, aceptada mientras no necesitara ese espacio el Ministerio de Obras Públicas.
Los alcaldes lograron que ahí se hundiera bajo tierra la nueva Autopista Vespucio Oriente, asegurando la sobrevivencia del parque, al parecer para siempre. Es imposible, a estas alturas, que las autoridades locales, con todos los vecinos detrás, lleguen a aceptar la destrucción de un área verde tan consolidada.
Sin embargo, hubo un precio que pagará la ciudad. La nueva autopista tendrá que ser más angosta que lo pensado, con solo dos pistas por lado, lo que impedirá que el transporte público circule por su propia vía segregada.
¿Qué pensarán los creadores de la Circunvalación Américo Vespucio?
Hay que recordar su origen, “el espíritu” con que fue creado ese anillo tan relevante para enfrentar la congestión en una ciudad de escasas avenidas amplias.
El proyecto es de 1952, cuando tres estudiantes de arquitectura chilenos, Pastor Correa, Juan Honold y Jorge Martínez Camps -en proceso de titulación-, proyectaron la Circunvalación Américo Vespucio, entre otras obras, para que Santiago enfrentara el futuro con una infraestructura más apropiada.
Estaban inspirados en el francés Gastón Bardet, el que, aterrado ante un futuro de anónimas e inhumanas selvas de hormigón, alertó contra la irresponsabilidad moral de participar en la destrucción de la Creación; “el amor ha desertado de la Tierra”, escribió. Vino hasta aquí, a conocer la obra de sus seguidores.
Parques y plazas, barrios y patrimonio, estaban considerados en equilibrio en el proyecto de los tres jóvenes chilenos, creado en su mítico taller de calle Catedral. Era un acierto poco común en esos años de posguerra europea, cuando la urgencia y el bajo costo se adueñaron de las grandes obras urbanas del hemisferio norte.
Efectivamente, ellos dejaron la Avenida Américo Vespucio como reserva vial, pero en un contexto de varias avenidas parque y caminos turísticos que no se construyeron.
Aun así, su programa hizo visible la necesidad de pensar una estrategia para la ciudad, para que las decisiones no dependieran de pugnas de poder. Hoy, es probable que no solo mantendrían las áreas verdes de la Circunvalación en Las Condes y Vitacura; las extenderían al resto de las comunas, pero dentro de un proyecto que asegurara la fluidez del transporte público.
Más sobre opción de Naciones Unidas para los asentamientos urbanos en www.onuhabitat.org
Concepto
El proyecto es de 1952, cuando tres estudiantes de arquitectura chilenos, Pastor Correa, Juan Honold y Jorge Martínez Camps -en proceso de titulación-, proyectaron la Circunvalación Américo Vespucio, entre otras obras, para que Santiago enfrentara el futuro con una infraestructura más apropiada.