Invertirán $2 mil millones en reconstruir iglesia La Merced de Rancagua, dañada el 27-F
Durante la Batalla de Rancagua, en 1814, las tropas patriotas utilizaron su torre para observar a los realistas. También sirvió como refugio para mujeres y niños.
Por Camila Olmos, El Mercurio
Las grietas en los muros, el amplio deterioro en el piso y el frágil estado de la torre son algunos de los daños que aún evidencia la iglesia de La Merced desde el terremoto de 2010.
El templo, construido en 1758, está a una cuadra al norte de la Plaza de Los Héroes de Rancagua. Por años fue centro de la vida espiritual de la zona.
Pero en 1814 la iglesia prestó un servicio que cambió su historia: durante la Batalla de Rancagua, el 1 y 2 de octubre, los soldados de las tropas patriotas, liderados por el general Bernardo O’Higgins, utilizaron su torre de 25 metros de altura, construida de madera y adobe, como punto de observación ante el avance de los realistas.
Además, en el transcurso de la guerra por la Independencia de Chile el templo sirvió de refugio para mujeres y niños.
Debido al terremoto del 27 de febrero de 2010, el templo sufrió graves daños estructurales. Para evitar que se derrumbara, se le apuntaló con diversas estructuras.
En 1954, el conjunto arquitectónico -integra el templo, la casa parroquial, el noviciado y la plaza que está en su acceso- fue declarado Monumento Histórico.
Y en 1974, su entorno -la manzana ubicada entre las calles Estado (oeste), Cuevas (sur), Mujica (norte) y Alcázar (este)- recibió la calidad de Zona Típica.
En estos últimos tres años, el párroco Mario Salas, quien pertenece a la orden de La Merced, ha tenido que celebrar las misas dentro de una “carpa capilla”.
Para reconstruir y restaurar La Merced, el Consejo Regional (Core) de O’Higgins aprobó una inversión de $2 mil 117 millones del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR).
“Para los que pasamos a diario por allí es una lástima verla en esas condiciones. Por eso, después de muchas tratativas, podemos oficializar su restauración”, subraya el intendente Wladimir Román.
Monseñor Alejandro Goic, obispo de Rancagua, resalta el valor nacional de esta decisión. “Un pueblo sin memoria es un pueblo sin destino. Este inmueble y el sector donde se emplaza son sumamente significativos para la historia de Chile. Es por eso que estoy muy contento con la inversión que se aprobó”, plantea Goic.
En su reconstrucción y reposición arquitectónica se empleará tecnología antisísmica, mezclada con antiguos materiales, como su propia madera.
“Con geomallas se reforzarán todos los sectores con daños y grietas, y se usarán nuevas tecnologías para los muros”, explica Asunción Salazar, arquitecta encargada de Patrimonio del Ministerio de Obras Públicas. La prioridad, añade, serán el templo y su torre. Luego el trabajo se enfocará en la casa parroquial, patios, biblioteca y salones para retiros.
“Este es un proyecto integral y completo que pronto será licitado para su ejecución”, precisa el alcalde de Rancagua, Eduardo Soto. “Nos habría gustado inaugurar las obras en octubre del próximo año”, agrega, para celebrar el bicentenario de la Batalla de Rancagua.
2.907 m2 se intervendrán: 2.137 m2 del templo, casa parroquial y noviciado, y otros 770 m2, en el segundo piso.