Las vallas peatonales y la cotidiana derrota de los caminantes
Por Manuel Valencia, El Mercurio. (29/09/13)
Los planes de transporte instan la caminata, pero el diseño vial avanza en sentido contrario.
En una ciudad inundada de automóviles, con tacos que amenazan con duplicarse al fin de la década, la sencilla caminata ha sido propuesta como una alternativa amigable en los planes de transporte del Gobierno, expertos y organizaciones. “En lo económico, la caminata y la bicicleta son más eficientes”, señala un representante de la Sociedad de Ingenieros en Transportes.
Todos parecen estar de acuerdo con las bondades de moverse a pie, pero el diseño de la ciudad parece ir en sentido contrario: tanto Conaset como el Serviu han promovido la instalación de vallas para optimizar el flujo del tránsito o por seguridad cerca de colegios.
Eso no lo entiende Benjamín Araya. El abogado a diario se mueve entre su departamento, en Manuel Montt, y su trabajo en calle José Miguel de la Barra. Al llegar a Plaza Italia, una valla peatonal, junto al edificio Telefónica, le impide seguir caminando en vía recta: lo obliga a doblar, cruzar, volver y retomar la vía. Una hazaña que repite al llegar a Merced. En el sector, así como en otros como Miraflores y la Alameda, no hay colegios ni un flujo vial caótico, solo se aprecia el incesante paso de vehículos para los cuales la ciudad sí parece adaptar sus márgenes.