Los picnics urbanos se toman el cerro Santa Lucía
Por Evelyn Briceño, La Tercera.
Tendencia que partió en parques como el Araucano y de Las Esculturas se expande al centro.
Como siempre, la feria de antigüedades y libros que se ubica cada fin de semana frente a la Plaza Mulato Gil recibía sus visitantes. Jóvenes y familia. Los Ríos Larenas llegaron al mediodía, pero con otra idea fija: además de recorrer, se sentarían bajo la sombra de los árboles del cerro Santa Lucía, para luego sacar su canasto con sándwiches y jugos y disfrutar de un almuerzo en medio del pasto y con vista a la ciudad. Cuando pasaron hace un par de semanas por ahí, frente a la fuente Neptuno, vieron a varios grupos haciendo picnic en la ladera norte.
Por eso se organizaron y partieron ese fin de semana a hacer lo mismo que varios más en el último año. “Es lindo observar la ciudad desde un lugar silencioso y sereno”, decía la familia, que pretende repetir la experiencia.
La Municipalidad de Santiago lleva el conteo de visitas al Santa Lucía y dice que sólo entre enero y agosto de este año llegaron ahí 435.000 personas, mientras que en todo 2012 lo hicieron 300.000 visitantes.
Muchos son extranjeros, pero los capitalinos que lo hacen provienen mayoritariamente de las comunas de Santiago y Maipú, pero también de otras como Las Condes, Ñuñoa, Providencia y La Florida.
“Me parece positivo que la cultura de picnic y de uso de las áreas verdes se expanda y que no sólo se dé en parques como el Araucano y el de Las Esculturas. Estar al aire libre desestresa”, asegura Andrea Gómez, directora de la Fundación Mi Parque, institución que hace cinco años partió organizando picnics masivos.
Según la directora de Turismo de la Municipalidad de Santiago, Isabel Bórquez, desde hace un par de años se nota un aumento de santiaguinos que se detienen en el Santa Lucía a compartir un refrigerio. “Su ladera norte se ha transformado en un punto de encuentro, sobre todo por la influencia del barrio Lastarria. En la semana, la usan quienes trabajan por el sector y prefieren comer en la naturaleza que hacerlo en sus oficinas. Los fines de semana, son las familias las que vienen a compartir al aire libre”, explica.
Juan Ignacio Guerra trabaja en Merced y este año ha hecho una decena de picnics con sus colegas. “Durante el invierno no, pero en marzo hicimos un par y en septiembre retomamos la costumbre”, cuenta este abogado, que trae su ensalada y manta desde casa.
El presidente del Colegio de Arquitectos, Sebastián Gray, celebra esta moda: “Entre tanto ruido y estrés laboral encuentran en estos picnics un oasis dentro de la ciudad”, afirma.
Hace un par de semanas, el municipio comenzó a tomar medidas para asegurar que los ciudadanos puedan ocupar el cerro. “En esta época primavera-verano el riego del césped se hace temprano en la mañana, para que el pasto no esté húmedo a la hora de almuerzo”, cuenta Isabel Bórquez.
Cestas y mantas
El acceso por la ladera norte (Victoria Subercaseaux) está abierto entre las 9 y las 20 horas. Ese sector cuenta con guardias municipales que hacen rondas, pero no con personal fijo. Sin embargo, en la Dirección de Seguridad del municipio descartan aumentar la vigilancia y aseguran que esta es suficiente.
“No sé cómo será de noche, pero de día es un lugar muy piola. Me encanta venir. Esta es como mi cuarta vez”, cuenta Carla, mientras extiende la manta que hace unos minutos le prestaron en el café Mesié Quiltro, ubicado a pasos del cerro, en la calle Rosal.
Desde hace dos años que este local vende sándwiches, ensaladas y jugos dentro de una cesta que los clientes pueden llevar al parque, con cobertor y vasos incluidos. “Les prestamos el canasto a una decena de personas al día. Sólo tienen que dejar el carné y pagar cerca de $ 4.000 por la comida. Creo que esta tendencia va en alza”, explica Zoe, la encargada de la tienda.