Valparaíso: Ciudad v/s Puerto

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La relación entre la ciudad y el puerto ha tenido en Valparaíso más de una polémica en el último tiempo. La instalación de un mall en el sector de Barón, el nuevo terminal portuario frente a su área histórica y la posible

localización de un puerto de gran escala en el mediano plazo, han traído consigo un tira y afloja en torno hacia donde debe avanzar la ciudad y hacia donde debe crecer el puerto. Este debate se incrementa con la visita de los miembros de ICOMOS, que vienen precisamente a raíz de algunas de estas iniciativas.

La polémica surge porque aún hay muchos cabos sueltos en la relación entre la ciudad y el puerto. Ya no basta con decir que Valparaíso ha sido siempre puerto, como podría haber sido hace 20 años atrás. El desarrollo de otros puertos a nivel nacional, la competencia portuaria internacional y el surgimiento de nuevas actividades económicas en la ciudad obligan a hacernos algunas preguntas.

¿Qué rol cumplen el puerto y la ciudad a nivel nacional y local? ¿Cuánto de la ciudad de Valparaíso el Estado está dispuesto a “sacrificar” por el interés exportador nacional? ¿O la actividad portuaria deberá acomodarse a la nueva realidad de Valparaíso como Sitio del Patrimonio Mundial? En definitiva, cuanta ciudad y cuanto puerto es el debate pendiente que no hemos sabido abordar.

Por una parte, el plan de desarrollo portuario ya tiene más de 15 años y los contextos de la ciudad han evolucionado significativamente en este período. En efecto, la sociedad chilena valora más la vida urbana, su comercio, sus espacios públicos y su patrimonio. El Estado decidió, en consecuencia, dar a Valparaíso un nuevo impulso para fortalecer su alicaída situación económica, a través de la valoración como ciudad histórica con una fuerte identidad y del fortalecimiento de su actividad cultural.

Por otra parte, más allá de estos anhelos, un proyecto de ciudad en torno al patrimonio, la cultura, la ciudad universitaria y el desarrollo tecnológico, ha quedado en los buenos deseos más que en una política efectiva de desarrollo. No existe en la actualidad un proyecto de ciudad que unifique las miradas fundamentales sobre el futuro que se quiere construir para Valparaíso, en el que nos podamos basar para abordar los grandes proyectos de infraestructura portuaria. En consecuencia surgen nuevas preguntas.

¿Cuál es el beneficio económico que espera la ciudad de parte del puerto en los próximos 30 años frente a otras actividades, como el turismo o la cultura? ¿Queremos ser una ciudad con una sola gran actividad económica –el puerto- o buscamos diversificar su economía a partir de distintas escalas de intervención e impacto? ¿Cuál es el rol que quiere jugar la comuna de Valparaíso en el marco de toda su área metropolitana?

Por lo visto tenemos más preguntas que respuestas. Imponer miradas sobre la relación entre la ciudad y el puerto en este contexto no parece nada aconsejable, ni por parte de la ciudad, ni por parte del puerto. Hoy podemos explicar por qué nos encontramos en la situación actual, con sus virtudes y sus defectos, pero no hemos podido hacernos cargo de los desafíos del futuro.

Actualmente Valparaíso no es una ciudad puerto. Es una comuna pobre al lado de un gran puerto, que ve a Valparaíso como una área homogénea, sin distinguir en ella mayores diferencias urbanas, históricas o paisajísticas. Por otra parte la ciudad tampoco ha construido un proyecto en torno a esas diferencias, de manera de establecer con mayor claridad y consistencia los valores que busca preservar y como quiere relacionarse con el puerto y su borde costero.

En Valparaíso el Estado se ve enfrentado así mismo en una compleja disyuntiva, como garante de un sitio patrimonio de la humanidad y como propietaria del puerto más importante de Chile. Mientras tanto, organizaciones sociales, inversionistas y ciudadanos en general, queremos ser parte del proyecto de ciudad-puerto que se quiere construir para el futuro.

Es hora de prender la luz y dejar de caminar a ciegas.

Originalmente publicado en elmartutino.cl