Los avances y retos de Medellín y su región metropolitana para una Movilidad más sostenible
Por Juan Pablo Ospina Zapata. Ing. Civil, MSc en movilidad y urbanismo.
Este texto busca resaltar algunos elementos sobre los cuales Medellín y su área metropolitana han venido trabajando durante los últimos años en la búsqueda de una movilidad más sostenible. Así mismo se señalan algunas tareas que aún quedan pendientes para trabajar en este tema.
Medellín está en proceso de consolidación de un gran sistema de infraestructura y gestión de la movilidad. Éste es el resultado de un complejo trabajo interinstitucional, multimodal y urbano que ha priorizado vehículos energéticamente eficientes y nuevas tecnologías de información. Sin embargo, a pesar de algunos desarrollos, nuevas iniciativas públicas y privadas requieren ser implementadas en complemento a las existentes.
El trabajo conjunto entre Alcaldía de Medellín, Área Metropolitana del Valle de Aburrá y el Metro, entre otras entidades públicas y privadas es uno de los pilares del éxito. Esta acción interinstitucional se ha realizado en diversos frentes e incluso ya está generando impactos muy positivos en lo social y ambiental.
A la implementación de tecnologías limpias en el sistema público masivo se le suman la integración física entre el metro y los cables, y los intentos de la misma a partir de la incorporación (aún parcial) del Metroplus (BRT) en algunos sectores de la ciudad. Actualmente, se está estudiando la reestructuración del sistema de rutas convencionales de buses a partir de una integración física y tarifaria al sistema masivo. Al sistema metro, ya se han integrado un centenar de rutas con un tiquete especial. pero hoy se estudia la integración tarifaria total del sistema.
La movilidad no motorizada y específicamente, aquella a base de bicicletas, cobra cada vez más importancia a través de diferentes iniciativas tanto públicas como privadas. Un proyecto piloto de bicicletas públicas, además de garantizar el cubrimiento de algunos sectores y de darle fuerza a una nueva estrategia para complementar las iniciativas de tecnologías limpias, busca articular físicamente el sistema de bicicletas al metro a través de la localización de las estaciones. Es de reconocer, que este proyecto, ha servido como inductor para que nuevos usuarios de la bicicleta privada hoy hagan uso de la infraestructura de bicicletas que posee la y que continúa construyendo la ciudad.
Otras estrategias complementarias, bajo la misma intención de garantizar una movilidad cada vez mas sostenible, se concentran en lograr una eficiencia del sistema vial a través del programa “control y seguimiento a emisiones generadas por fuentes móviles”. Este programa busca verificar el cumplimiento de los límites máximos de emisión de gases que establece la normatividad ambiental colombiana. En el año 2010 fueron verificados 9846 vehículos con un importante aumento a 35000 en el año 2011.
Sin embargo, teniendo en cuenta que las estrategias para mejorar las condiciones de movilidad no se encuentran necesariamente desde este campo de acción, la ciudad tiene otros propósitos, que tienen como intención la de acortar los viajes de algunos usuarios a través de la estrategia de localización de usos múltiples del suelo, se están planeando dos megaproyectos urbanos de nuevas centralidades en los extremos norte y sur del valle conurbado, así como un sistema férreo de transporte multipropósito y grandes estaciones de interacción multimodal. Además, se está planeando el territorio a largo plazo en el Plan director Medellín- Valle de Aburrá BIO 2030, el cual articulará todas las iniciativas municipales, nacionales y regionales para la metrópoli antioqueña.
Para información y gestión de la movilidad se implementó una plataforma tecnológica de web 2.0. con cámaras para el control, la planeación, la coordinación semafórica y sobre todo como base del nuevo sistema integral de información a los ciudadanos. Esta intención tiene como objetivo monitorear el estado de los principales corredores viales y cruces de la ciudad, con el fin de tener un mayor control sobre el estado de las vías y detectar incidentes o situaciones de congestión vehicular de manera rápida y oportuna. De esta manera se pretende ofrecer información oportuna y constante, reducir la accidentalidad, optimizar los flujos vehiculares, así como tomar mejores decisiones en los desplazamientos reduciendo la congestión vehicular y en consecuencia los tiempos de viaje.
Sin lugar a dudas no todo está resuelto, en la materia son muchos los retos urbanos, sociales, económicos y sobre todo institucionales para la creación de una verdadera Autoridad única a nivel regional y permitir una mejor articulación de todos los actores de la movilidad. Además se requiere implementar otro tipo de acciones que busquen gestionar la demanda desmesurada de vehículos particulares, como peajes urbanos, así como acciones culturales y pedagógicas de baja escala que contribuyan a una mejor convivencia y seguridad de los diferentes actores de las calles como peatones y ciclistas.
A pesar de todo, de una manera muy discreta el valle de Aburrá empieza a comprender que la complejidad de los sistemas de movilidad, no requieren de acciones únicas y a favor de uno u otro modo, sino por el contrario, que estas acciones deben ser complementarias.