Cubren muros del canal San Carlos con jardines verticales

La iniciativa, impulsada por la Municipalidad, de Ñuñoa, busca mejorar la estética del sector y contribuir con el cuidado del medioambiente.

Por Valentina Pozo, La Tercera

Un muro completamente verde, entre Américo Vespucio y Celerino Pereira -en plena Av. Tobalaba y a un costado del canal San Carlos-, es el primer paso que da la Municipalidad de Ñuñoa, en su anhelo de transformar los “espacios muertos” de la comuna en nuevas áreas verdes para la ciudad.

Hace tres años el municipio comenzó a impulsar este proyecto que buscaba instalar jardines verticales en distintos espacios públicos y en los edificios municipales. Sin embargo, los costos de implementación -entre $ 200.000 y 300.000 pesos el m2- hacían inviable su ejecución. Hasta el año pasado, cuando decidieron postular al Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), que le otorgó los 50 millones de pesos que necesitaban para la obra.“Siempre pensamos que las mejoras en la imagen y el aporte al medioambiente que significa tener 226 metros lineales de áreas verdes -400 m2-, en un espacio que hoy estaba perdido, valía la pena y por eso decidimos postular a este fondo, que nos terminó dando los 50 millones de pesos que necesitábamos para construirlo”, explica el alcalde de la comuna, Pedro Sabat.

En cuanto al cambio en la estética del sector, el edil agrega que esto impedirá que las murallas sean ralladas o utilizadas para pegar carteles, lo que “cambia la percepción que los automovilistas y transeúntes tienen de este lugar, pues ya no se toparán con la muralla gris y sucia de Avenida Tobalaba, sino que verán un jardín”, asegura.

Resistencia y duración

A la hora de elegir las especies que serían utilizadas en la malla, Evelyn Vásquez, paisajista de Hydrosim -empresa a cargo del proyecto- explicó que se escogieron aquellas que “resistieran la exposición a largas horas de sol y que toleraran las ráfagas de viento que levantan los automovilistas que pasan por esta avenida”.

Por esto, optaron por verónicas colombianas, agateas, hiedras y arborium, que además de ser perennes, requieren poca agua y se aclimatan fácilmente al viento y al sol.

“En ciudades como Santiago, que está totalmente poblada, es bueno poner jardines en espacio en desuso, pues bajan la radiación solar y regulan la temperatura, que rebota del pavimento”, explica Vásquez.

Según Sabat, la municipalidad volverá a postular al fondo para implementar estos jardines en el edificio consistorial de la comuna. “En algún minuto esta ciudad tiene que llenarse de techos y paredes verdes, para que -quizás algún día- lleguemos al nivel de Japón, donde pueden sembrar y cosechar arroz en los tejados”, dice.