El espectáculo que nació para convertirse en el ícono del Año Nuevo santiaguino
Por Vanessa Díaz B, Centro de Documentación, El Mercurio. (29/12/13)
Pese a que cada vez son más los municipios que regalan a sus vecinos unos minutos de fuegos de artificio, el espectáculo de la Torre Entel es el preferido y no por simple casualidad.
Las alternativas son varias, pero el espectáculo pirotécnico de Año Nuevo que lidera en Santiago es, de forma indiscutida, el de la Torre Entel. El fenómeno no es casual, de hecho fue concebido precisamente para que el evento se convirtiera en un ícono de las celebraciones de fin de año, al menos en la capital.
Aunque en la década de los 80, establecimientos como el Club Hípico ofrecían fuegos artificiales después de que terminaba la última carrera, se consideraba que en Santiago no había una tradición para recibir el nuevo año. Según se criticaba en un artículo de la época, “en la capital no se ha hecho nunca desde su fundación”.
Eso cambió el 31 de diciembre de 1990, cuando por primera vez el corazón de la capital tuvo un evento similar al de la Región de Valparaíso. Pese a solo contar con un presupuesto de $14 millones -muy por debajo de los $50 millones gastados ese año en el Año Nuevo en el Mar- hubo una vasta preparación: cuatro toneladas de fuegos artificiales chilenos, seis personas coordinando a 140 metros de altura y el reforzamiento de las estructuras de la torre para disfrutar de 12 minutos de pirotecnia.
Debido al carácter protocolar que se le quería dar a la ocasión, se invitaron personalidades como Cecilia Bolocco. También se convocó al Presidente de la República, pero éste no asistió.
Tomás Cox, productor del evento, señalaba a “El Mercurio” que el show pudo apreciarse “desde Colina por el norte, San Bernardo por el sur, Lo Prado por el poniente y San Carlos de Apoquindo por el oriente”.
Pasó el tiempo y el evento creció. Para recibir el año 1994 el presupuesto llegó a $17 millones y trabajaron 35 personas. Un año después, el espectáculo se debió trasladar a un inmueble aledaño a la torre porque se estaba instalando el sistema de iluminación permanente en la parte más alta de la estructura. Al año siguiente, el show volvió a su lugar con una versión denominada “Fuego en la Torre VI”.
Claro que esa celebración se vio empañada porque una mujer y una menor fueron heridas por dos balas locas que se incrustaron en el codo de la primera y en el brazo de la segunda. Los disparos se les atribuyeron a tres carabineros que fueron dados de baja.
Pese a esto, la tradición se mantuvo y cuando se celebró el cambio de siglo el espectáculo duró 30 minutos. Ahora, para recibir el 2014 por primera vez saldrán fuegos artificiales desde el suelo, esperando encantar así a los 500 mil espectadores que se esperan.