Alcanzan acuerdo para licitar aeropuerto de Santiago
Por P. Gutiérrez, G. Strahalm y D. Yanzon, El Mercurio.
MOP y la Dirección General de Aeronáutica Civil:
La concesión actual expira en 2015.
Tras un mes con varias reuniones semanales, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) alcanzaron el acuerdo que permitirá tramitar las bases de licitación del aeropuerto de Santiago, cuya concesión culmina en septiembre de 2015.
La principal piedra de toque era el modelo de negocios, en especial cómo distribuir los ingresos que la DGAC recauda a través de la tasa de embarque.
Al respecto, la propuesta del MOP era que dicho cobro no llegara directamente a la institución aeronáutica, sino que una parte pasara al próximo concesionario.
La principal objeción de la DGAC era que la tasa de embarque permite sostener al resto de los aeropuertos en Chile, ya que el único que se autofinancia es el de Pudahuel, hoy a cargo de la concesionaria SCL, la que no recibe la recaudación de dichas tasas.
Según trascendió, el acuerdo consiste en que la tasa de embarque será incorporada a los ingresos que deberá compartir el próximo concesionario del aeropuerto. Adicionalmente, las bases de licitación exigirán a los oferentes que compartan con el Estado de Chile un piso mínimo del 60% de los ingresos.
Con ello, se logró que la DGAC acceda a firmar el mandato que le da atribuciones al MOP para llevar adelante la licitación del nuevo aeropuerto, que incluirá una nueva terminal internacional y capacidad para 30 millones de pasajeros anuales.
Terminal seguro, pero “incómodo”
En días de alta afluencia de pasajeros al aeropuerto, los extranjeros plantean los puntos altos y bajos de su experiencia en el terminal, donde valoran la seguridad, pero piden más comodidad.
Raúl Prieto, quien viajó desde Argentina, destacó que “el trato siempre ha sido muy bueno y el lugar está siempre limpio y seguro”. Su opinión fue compartida por otros usuarios.
“Pero no hay muchos lugares para comer mientras uno espera. Y deben habilitar más sectores para descansar, pues tuvimos que sentarnos en el piso”, propuso la mexicana Cassandra Vega.
Tras su vuelo de 12 horas desde Nueva Zelandia, Marina Waterhouse esperó ocho horas en el terminal para seguir a Buenos Aires. “Me quedé dormida en el piso porque no encontré un asiento libre. Es muy incómodo no tener más butacas”, señaló.
En el recinto existen 4.500 asientos para los pasajeros, pero solo 172 de ellos están en el área pública. Con la actual ampliación, que estaría lista en julio, se agregarán 400 butacas.
“Me llamó la atención que no exista wifi gratis. En Uruguay no se cobra”, afirmó la uruguaya Laura Torres.