“En-bici-ándonos” en Arequipa, Perú
Por Cesar Simborth, arquitecto, Máster en Diseño Urbano (Universidad de Michigan). Se desempeña como consultor en las áreas de Transporte sustentable, accesibilidad y desarrollo inmobiliario en el sector público y privado.
Todos los últimos viernes de cada mes, un grupo de decenas de ciudadanos jóvenes y no tan jóvenes se congrega en el Centro Histórico de la ciudad de Arequipa (sitio UNESCO de patrimonio mundial), para exigir de forma silenciosa y en una luminosa comparsa rodante su derecho a tener “calles completas”, las cuales puedan proveer espacios adecuados para quizás la alternativa de movilidad urbana más rápida y a la vez menos contaminante que pueda existir en nuestro medio, la bicicleta.
Se han autodenominado “Enbiciados Arequipa” y poco a poco vienen convirtiendo localmente el fenómeno global denominado masa crítica en todo un espectáculo el cual toma lugar un día al mes, en plena hora pico de la noche por las calles y avenidas más céntricas, transitadas y alborotadas de la urbe, haciendo notar de forma vehemente, colorida, luminosa y al mismo tiempo silenciosa su presencia en la escena urbana de la ciudad.
El Dr. John Pucher, experto en transporte no motorizado de la Universidad de Rutgers en New Jersey, manifiesta que, en relación al uso de la bicicleta existe un principio de seguridad vial llamado “cycling in numbers” ( “bicicleteando” en masa) según el cual, a mayor numero de ciclistas circulando por las calles, estos se hacen mucho más visibles y notorios ante los motoristas, reduciendo estadísticamente con ello las probabilidades de ser atropellados por un vehículo motorizado.
Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente 1.2 millones de personas mueren cada año en accidentes de tránsito, de los cuales el 90 % se encuentra en países de medianos y bajos ingresos. En el caso concreto de la ciudad de Arequipa. Un reciente estudio elaborado por la organización internacional EMBARQ Andino en cooperación con la Organización Panamericana de la Salud, revelo que a nivel de toda la ciudad, un 30%, los accidentes de tránsito más frecuentes involucraron peatones. Asimismo en el desagregado de accidentes fatales estos representan el 60% de dicho sub universo y asimismo el 51% en la categoría de accidentes con heridas graves.
Paradójicamente, los accidentes involucrando bicicletas representan menos del 10% de los accidentes con peatones. Esto no se debe sin embargo a la seguridad con la cual circulan los ciclistas urbanos en la ciudad, sino mas bien a la poca utilización que actualmente tiene este modo de transporte en la ciudad (menos del 1% del reparto modal), ello en razón a la ausencia de infraestructura y condiciones físicas adecuada para su utilización. Realidad similar es observada ampliamente en el espectro urbano Latinoamericano, donde los repartos modales de bicicleta por lo general están por debajo del 3%.
A diferencia de los sistemas de transporte público, los cuales por lo general son planificados en función a una demanda existente que haga social y financieramente viable su implementación y operación (en el contexto Latinoamericano), los sistemas de transporte no motorizado en bicicleta se planifican en base a una demanda potencial, proveyendo primero las condiciones físicas y tecnológicas (Infraestructura, Señalización, Semaforización) necesarias para su operación segura y eficiente, y después promoviendo su utilización. Esto ha sido ampliamente demostrado en los Países Bajos, Alemania, Europa nórdica (regiones del mundo con el mayor reparto modal de bicicletas en el mundo), y quizás algunas otras experiencias puntuales en Estados Unidos y Latinoamérica (Portland, Rio de Janeiro, Santiago de Chile, Bogotá).
En este sentido, es más que saludable la creación de iniciativas bottom-up como las de los “Enbiciados Arequipa”, las cuales de manera pacífica -aunque no muy feliz para muchos motoristas- ponen legítimamente sobre la agenda colectiva y el debate público, la planificación, el diseño y construcción de calles completas, las cuales incluyan los espacios y condiciones adecuadas (ciclo vías preferentemente segregadas, señalización y Semaforización especial, ciclo parqueaderos) para ejercer uno de los derechos fundamentales de cualquier ciudadano contemporáneo en cualquier parte del mundo, el derecho a una movilidad urbana saludable y eficiente.