Déficit en construcción de corredores para el Transantiago alcanza los 300 kilómetros
Por M. Valencia y F. Fuentes, El Mercurio.
Los últimos gobiernos han avanzado 100 km, pero aún falta mucho para consolidar la red que se requiere:
Desde 2010 se ejecutaron 22,23 km, la mitad de los 45 km que se hicieron entre 2005 y 2010. “Frenazo” se debe, según expertos, a la burocracia estatal, alto costo y a la reevaluación que impuso el caso Kodama.
Aunque existe consenso en que son la infraestructura clave para asegurar que los buses cumplan en dos aspectos fundamentales: frecuencia (número suficiente de máquinas en la calle) y regularidad (puntualidad entre paraderos), la ejecución de los corredores de transporte público ha avanzado más lento de lo que requiere Santiago. Según estimaciones del Directorio del Transporte Público Metropolitano (DTPM), la ciudad necesita implementar una red de 400 kilómetros de vías segregadas para buses. Sin embargo, desde 2005 (cuando comenzaron a construirse las primeras) hasta 2014, solo se han ejecutado 100 kilómetros, contando corredores y vías segregadas para buses.
“Se necesita construir muchos más corredores de transporte. En el Gobierno se puso poco énfasis y solo se hizo el de Departamental. La mayoría de las vías troncales necesita una inversión. Se requiere construir estaciones más dignas para los pasajeros, que logren controlar de mejor forma la evasión. Este gobierno le creyó poco al modo bus y puso sus fichas en el metro”, analiza el especialista en transporte de la UC, Juan Carlos Muñoz.
Según cifras oficiales, entre 2005 y 2010 se implementaron 45 kilómetros de corredores y en el actual gobierno la cifra solo llegó a 22,23 (por US$ 250 millones), la mitad de los cinco años anteriores.
La situación es crítica si se considera que la ciudad aún requiere 300 kilómetros más de corredores y que, de acuerdo a los ritmos históricos de ejecución, eso se podría completar en 10 años.
El coordinador del DTPM, Patricio Pérez, señala que la menor ejecución de estas vías responde a múltiples razones. “Los proyectos de corredores actuales son más complejos que los que se habían hecho antes, porque la comunidad tiene necesidades distintas. Los que se hicieron entre 2007 y 2009 fracasaron porque, con la forma y perfil con que habían sido diseñados, fueron rechazados por la comunidad. Los proyectos requieren una intervención con integración urbana apropiada”, señala.
Pérez detalla que en la administración actual se ejecutaron corredores en Pedro Aguirre Cerda (14,7 kilómetros), Dorsal (2,7 km), Vicuña Mackenna (1,7 km) y Departamental Oriente (4,8 km). También se dejarán en construcción, de cara al próximo gobierno, obras en Las Rejas, Vicuña Mackenna Sur, otro tramo de Dorsal y Santa Rosa Sur.
Ese plan no incluye al “corredor demostrativo” entre Peñalolén y el centro, una obra que fue anunciada en 2010 y que iba a convertirse en una vía modelo de alto estándar entre Grecia, Vicuña Mackenna y Alameda. Finalmente, solo derivó en mejoras menores. Pérez señala que tramos como el de la Alameda fueron absorbidos por el proyecto de un gran corredor entre Alameda y Providencia, que debería entregarse hacia 2015.
“Además de las obras, esperamos dejar presentado un proyecto de ley que permita crear la autoridad metropolitana de transporte, que va a cambiar la institucionalidad. Hoy, por ejemplo, las obras las ejecuta Serviu y eso genera burocracia”, agrega el coordinador.
Carlos Melo, experto en Transportes de la U. Diego Portales, añade que el bullado caso Kodama, que derivó en la renuncia de la ex ministra de Vivienda, Magdalena Matte, también contribuyó a frenar las obras. “Eso paralizó al Ministerio de Vivienda. Además, este gobierno tuvo que reevaluar corredores de antes y eso entorpeció el proceso. También las expropiaciones demoran”, asevera.
Nuevas zonas pagas sufren primeros ataques
Garabatos, grafitis, mensajes entre bandas rivales y hasta frases románticas se pueden apreciar en los cristales y revestimiento de las nuevas zonas paga electrónicas que el Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM) instaló en la intersección del corredor Departamental Oriente con Américo Vespucio, en el límite de La Florida y Macul.
Las estructuras fueron diseñadas como modelo para la futura red de puntos de pago de los nuevos corredores de Transantiago y deberán reemplazar, a partir de este año, a los actuales corrales de pago y las paradas masivas, comúnmente denominadas “electrocardiogramas” (por la forma de sus techos).
Las unidades de pago -cuyo costo asciende a unos $250 millones- tienen un diseño que permite contrarrestar en buena medida el impacto de las acciones vandálicas por medio de los cristales inastillables doble faz y un revestimiento metálico agujereado. No obstante, a solo semanas de su inauguración, las nuevas zonas paga presentan más del 20% de sus puertas y vidrios cubiertos por rayados; incluso, tras el último partido de Colo Colo en el Estadio Monumental, recibieron pedradas.