Interés por vivir en el centro de la ciudad impulsa la formación de “neoconventillos”
Por Nadia Cabello, El Mercurio.
Municipios ya toman medidas para detener este nuevo tipo de hacinamiento:
Familias numerosas optan por vivir en departamentos pequeños que compran o arriendan, sacrificando el espacio disponible por tener un mejor acceso a bienes y servicios.
La mayor oferta de bienes y servicios, sumada a la cercanía a los lugares de trabajo o de estudio, es una de las principales razones por las que cientos de familias buscan una vivienda en el centro de la ciudad. Así, muchos proyectos inmobiliarios en Santiago, Providencia, Ñuñoa, Recoleta e Independencia tienen todos sus departamentos vendidos aun antes de estar terminados.
Pero detrás de esa “fiebre” por el centro se esconde una realidad que varias agrupaciones ciudadanas están denunciando como un nuevo problema urbano: la aparición de lo que expertos y vecinos ya denominan como “neoconventillos”.
Haciendo una analogía con las viviendas de obreros de fines del siglo XIX y principios del XX, Rosario Carvajal, presidenta de la agrupación Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay, cuenta que “además de que se siguen subarrendando habitaciones en casas antiguas, hoy vemos que existen departamentos nuevos de menos de 40 m {+2} donde viven cinco, seis personas o más. Eso, multipliquémoslo por 20 pisos, y claramente tenemos hacinamiento”.
Las condiciones, claro, son distintas a las de los conventillos del 900. Por lo pronto, no los habitan los sectores más vulnerables sino que la clase media que puede comprar o arrendar un departamento nuevo. Pero algunos problemas se repiten.
La rápida transmisión de enfermedades es uno de ellos, según Silvia Andrade. Ella vive con sus tres hijos, su esposo y su mamá hace ocho años en un departamento de dos dormitorios y sin balcón en el centro de Santiago. En una habitación duerme con su marido y la hija menor (de tres años) y en la otra, sus dos hijos y la abuela. “Aquí, cuando uno tose, nos asustamos todos, porque sabemos que nos vamos a contagiar”, cuenta.
Andrade reconoce que viven apretados y “no podemos ni siquiera recibir visitas, pero mis hijos mayores estudian a tres cuadras y yo trabajo a cinco”.
Impacto desconocido
Ante situaciones como estas, el director del Instituto de Estudios Urbanos de la UC, Pedro Bannen, señala que “estamos frente al mismo fenómeno de sacrificar mayor disponibilidad de espacio de residencia a cambio de accesibilidad a bienes y servicios otorgados por las áreas centrales”.
Agrega que el impacto de esto se desconoce, pero “puede llegar a situaciones perfectamente equiparables a los grandes desastres urbanos y sociales provocados por poblaciones recientes de vivienda social levantadas en comunas como Puente Alto. Estaremos frente a un proceso de “guetizaciones verticales” de magnitudes e impacto nunca vistos y aún más difíciles de resolver que los ya asumidos en situaciones de crecimiento horizontal señalado”.
Respecto de por qué ocurrió esto, el alcalde de Independencia, Gonzalo Durán, explica que es una mezcla entre la libertad que dejaron las normas urbanísticas para las construcciones durante las últimas décadas y el interés de las empresas inmobiliarias de construir para más personas, descuidando el bienestar de estas.
“Ahora estamos cambiando el plan regulador y con ello vamos a cambiar el estándar de las nuevas viviendas, con edificios de menos pisos y más amplios. Los frutos de estos van a estar visibles en unos cuatro años”, asegura el edil.
En Santiago, si bien la alcaldesa, Carolina Tohá, evita ponerle nombre a la situación, cuenta que “nosotros estamos haciendo un estudio bien profundo de la realidad del repoblamiento de la comuna y de qué está pasando en los grandes edificios nuevos. Queremos conocer las características, y en base a eso hacer un diagnóstico”.
En ambos casos, los ediles reconocen que esto se mezcla a otros problemas ya conocidos, como el arriendo de piezas en casonas antiguas muchas veces en mal estado o el uso de departamentos pequeños como prostíbulos, lo que hace más urgente buscar alguna solución.