El club de amigos del Parque Metropolitano
Por Nadia Cabello, El Mercurio. (16/03/14)
Los asiduos al cerro ya se conocen, animan y comparten un mote con huesillos en la cima.
Con sus 722 hectáreas, el Parque Metropolitano de Santiago es el área verde urbana más grande de Latinoamérica y la cuarta del mundo. Su magnificencia va aparejada con el atractivo que genera, pues según un estudio de la Intendencia Metropolitana es el más visitado de la capital.
¿Qué tiene este lugar que lo hace tan especial? Basta observar a quienes llegan todos los fines de semana hasta los pies del cerro San Cristóbal para notarlo. Parecen un club de amigos que se saludan y se animan en el ascenso.
Porque no es fácil para el primerizo que mira con envidia a los que corren sin parar por el camino donde solo queda buscar la sombra y esperar que un regadero lo refresque.
El paisaje ayuda y en el viaje se pueden hacer distintas estaciones: los fines de semana se pueden encontrar clases de baile, yoga y gimnasia entretenida en distintas terrazas. Lejos de la bulla del ajetreo, está la tranquilidad del Jardín Japonés y para el contemplativo, la vista de los miradores.
Pero no hay que quedarse allí. Lo demuestran los ciclistas que suben gritando “¡vamos!” al que dejan atrás. La meta está en la cúspide, ahí se consigue el premio: un mote con huesillo que ya es tradición para los asiduos al cerro y que se comparte entre las risas cansadas antes de comenzar el descenso.