Valor de propiedades en Arica se triplicó en la última década
Por Víctor Fuentes Besoaín, El Mercurio. (16/03/14)
Fenómeno afecta tanto a los arriendos como a la compra de viviendas:
Alza se explica tanto por el desarrollo minero en la región como por la falta de terrenos urbanizados y la carencia de mano de obra calificada.
En diciembre, Javiera pagó $42 millones por un departamento frente al Casino de Arica y gastó otros $5 millones en remodelarlo. Mientras avanzaba en los trabajos, recibió ofertas para venderlo. Primero se opuso, pero cedió y obtuvo $22 millones de ganancia en tres meses.
La demanda por casas y departamentos en Arica, tanto para arriendo como para compra, supera a la oferta y ha tenido como efecto que los precios se triplicaran en la última década.
Valentín Cubillos, presidente de la Cámara de la Construcción en la zona, reconoce las cifras y agrega que en el último año los valores de las viviendas subieron hasta un 50%.
Explica que el alza “está impulsada, principalmente, por el desarrollo minero en la región”, lo que ha hecho que muchas personas que habían emigrado retornen a Arica e inviertan en propiedades.
Y a eso se suma la falta de terrenos, el costo de construir en suelo salino, las limitantes de la escasez hídrica, la insuficiencia de mano de obra y las restricciones del Plan Regulador de Arica.
Hace diez años, Manuel compró en $39 millones una casa en Avenida Humberto Palza. Al venderla, en 2011, recibió $78 millones. Hoy lamenta haber vendido el bien raíz: un inmueble igual al suyo se anuncia en $130 millones.
En la Constructora Pacal, que levanta departamentos de cinco pisos que parten en $30 millones, todas las ventas se realizan en verde. Incluso, manejan listas de espera, pero pocos clientes se desisten.
Luis Maturana, socio de la Constructora Lemat y ex presidente del gremio, reconoce que las propiedades más antiguas han visto triplicar sus valores.
“La ‘reventa’ está disparada. Y si el aumento no se nota tanto en las propiedades nuevas es porque estas ya se vendieron más caras”, detalla.
El empresario agrega que en los condominios edificados por su empresa, los valores crecieron en un 50% en dos años. “Todo se ha disparado. Los terrenos se han incrementado un 100%”, afirma.
De hecho, asegura que los suelos del borde costero subieron de 3,5 a 5 UF el metro cuadrado y en la zona urbana de Azapa pasaron de 3,7 a 7 UF.
Hace ocho años, Edmundo adquirió un departamento en el sector de Puerta del Pacífico en $12 millones. Aunque está en zona de inundabilidad, a 200 metros del mar, lo arrienda en $250 mil. “Me han ofrecido comprarlo, pero no lo vendo por menos de $33 millones”, afirma.
Mano de obra
Aun sin faenas, las constructoras siguen pagando sueldos para retener a sus trabajadores. Viviendas sociales
En la Cámara de la Construcción de Arica reconocen que la escasez de terrenos y su alto costo hacen poco viable la construcción de nuevas viviendas sociales. “El escenario es difícil para ese tipo de construcciones”, advierte Luis Maturana.
A su juicio, “parte del boom inmobiliario es producto del aumento del poder adquisitivo de muchos trabajadores”. Afirma que quienes accedieron a una vivienda social “ahora están optando por una segunda propiedad de mejor calidad”.
Y, dice, aparte de los conjuntos habitacionales construidos para trasladar a las familias afectadas por los polimetales, no hay otros proyectos de viviendas sociales en la región.