El tesoro escondido del Teatro Cariola
Por Diego Villegas C., La Tercera.
[patrimonio] Declarado Monumento Nacional, el recinto conserva más de mil guiones escritos a comienzos del siglo XIX.
CORRIA el año 1948 y en Santiago la gran moda era el cine sonoro. Las obras de teatro no eran tan concurridas como antes y la mayoría de las salas de teatro en la ciudad fueron habilitadas para transmitir este tipo de shows. Fue sobre ese escenario en el que la Sociedad de Autores Teatrales de Chile (Satch) se puso a buscar un lugar para construir un teatro que los albergara como gremio y Carlos Cariola encontró el espacio.
“Este terreno en la comuna de Santiago, era lo más barato que había en la ciudad y fue comprado en 1948 en aproximadamente $ 1.300.000 de la época. Cuatrocientos mil pesos fueron pagados al contado por la sociedad y el resto se sacó de un préstamo de lo que en ese entonces era el Banco Estado”, cuenta el presidente de la Sociedad de Autores Teatrales José Luis Gómez sobre el nacimiento del Teatro Cariola, ubicado en la calle San Diego y que el año 2012 fue declarado Monumento Nacional para así evitar su destrucción.
Actualmente, el edificio se encuentra en muy malas condiciones. Varias de las tablas del escenario se encuentran rotas, al igual que las butacas y los camarines, que reflejan que por el lugar no se han hecho mantenciones hace muchos años.
“Yo he ido donde varios empresarios y les he pedido que donen el valor de lo que sale reparar una butaca (un millón de pesos). Solo eso”, señala José Gómez, quien en su paseo por las instalaciones del viejo teatro se detiene para conversar en la biblioteca del lugar que contiene uno de los tesoros más valiosos del teatro en Santiago: se trata de más de mil guiones que se encontraban entre los archivos del teatro y que en su mayoría corresponden a obras escritas entre 1890 y 1900.
“Muchas de ellas se encuentran escritas a mano y en unos papeles que se deshacen poco a poco. Están muy delicados y se escribieron antes incluso de que naciera la Sociedad de Autores”, explica el encargado de las instalaciones.
Entre las obras se cuentan las de autores como el propio fundador del teatro, Carlos Cariola, Martín Ovalle, Alejandro Flores. Muchas de ellas de carácter inédito.
“Todas quedaron acá. Algunas incluso no se estrenaron nunca, pero eso es difícil saberlo. A todas tenemos que hacerles un proceso de conservación muy intenso para que puedan mantenerse por más años. Pero para eso necesitamos reparar las instalaciones primero. Todo se está cayendo lentamente”. explica Gómez.
Actualmente, el Teatro Cariola necesita de un millón de dólares para someterse a sus primeros arreglos, que consisten en la reparación de las butacas, algunos muros y el estudio de diseño para comenzar a licitar las obras de carácter más general como el arreglo del edificio y de otras instalaciones, además de la iluminación y el sistema de cableado.
“Cuando tengamos las maquetas y todo, licitaremos nuevamente. Ahí tendremos más definidos los plazos. Cuánta plata necesitamos y en qué plazos, queremos postular a diversos fondos, pero necesitamos esa primera etapa para comenzar”, dice Felipe Mesina, director de marketing de la institución, quien agrega que “queremos buscar ayuda del gobierno regional, pero necesitamos apoyo de instituciones como la Municipalidad de Santiago que se comprometa con nosotros”.
Hoy en día el Teatro Cariola se financia con algunos shows de evangélicos que se realizan en el lugar, además de las escuelas de danza que ocupan las instalaciones para hacer clases. Por eso, según explica Mesina, la idea del recinto es darle un nuevo modelo de negocios al lugar y ese estaría concentrado en la producción de fiestas para profesionales jóvenes tipo “after office”.
“Nuestra idea es ocupar la sala más chica para encuentros, por ejemplo, de jazz, en los que se pueda poner un bar y ganar dinero. Creemos que sería una buena idea dada la ubicación del teatro y el perfil que queremos darle. Sin embargo, esto fue creado para cultura y nuestra primera idea es estar en eso, pero nos planteamos y queremos tener este modelo mixto”, cuenta Mesina.
Para este año están previstas las primeras obras de reparación del inmueble. Eso es algunas butacas y muros. Después, según dice José Gómez, todo está a la deriva.
“El gobierno pasa plata para grandes obras y espectáculos teatrales, pero a nosotros pocas veces nos pasan algo. Creo que durante este gobierno la situación debería ser un poco más distinta con nosotros, que somos los que más necesitamos”, remata.