María Elena, la única salitrera habitada, estrena su museo temático en mayo
Por Mario Rojas Martínez, El Mercurio.
En plena pampa, 200 kilómetros al noreste de Antofagasta, en la Segunda Región:
A los vestigios de esa industria se sumarán restos arqueológicos de hasta 1.500 años de antigüedad. El municipio impulsa plan para incluirlo en circuitos turísticos de la vecina San Pedro de Atacama.
“María Elena es un fósil viviente”, dice el alcalde Jorge Godoy (PS), al referirse a esta comuna de 6 mil habitantes. Ubicada en plena pampa, 200 kilómetros al noreste de Antofagasta, la zona ostenta desde hace 18 años un récord mundial: es la última oficina salitrera del mundo habitada y en operaciones, luego del cierre de la vecina Pedro de Valdivia.
Pero los habitantes de María Elena no quieren el mismo destino de cientos de salitreras cerradas en el siglo XX. Les interesa rescatar su patrimonio y convertirse en un atractivo turístico a través de un museo único, enfocado en la historia de la industria salitrera, a lo que agregarán vestigios del poblamiento en la zona, que se remonta a 1.500 años.
El museo abrirá en mayo. Por eso, el municipio ya inició negociaciones con operadores turísticos que incluyan a María Elena en los circuitos de la vecina comuna de San Pedro de Atacama, que hoy recibe unas 250 mil visitas al año.
“Queremos que los turistas se trasladen por el día a nuestra comuna, al inicio de su recorrido por la zona, o al término, aprovechando la cercanía con el aeropuerto de Calama, a una hora de camino”, añade Godoy.
El principal atractivo, además del pueblo, será el museo, que se comenzó a construir hace más de dos años de trabajos, anunció el Ministerio de Obras Públicas.
El recinto, que ocupa toda una manzana, contempla una inversión de $1.106 millones, financiados con recursos FNDR y del Banco Interamericano de Desarrollo, a través del Programa Puesta en Valor del Patrimonio.
El museo se inserta frente a la Plaza de Armas, en terrenos de la ex Escuela Consolidada, desocupada en 1988, y que quedó con riesgo de derrumbe después de un terremoto 7,7 Richter de noviembre de 2007. Junto a él hay monumentos nacionales, como el Teatro Metro y la Iglesia San Rafael Arcángel.
“La zona intervenida tiene construcciones de 1926 y 1927. Y en el caso del museo se consolidó parte de la estructura y se removieron tabiques de la ex escuela. También se habilitará un patio interior abierto a la comunidad, con áreas verdes y sombreaderos”, dice César Benítez, seremi de Obras Públicas.
Concebida como una especie de galpón industrial, la estructura cuenta con pilares remachados, muros de hormigón y uso de metales y adobe. Allí habrá oficinas administrativas y de turismo, auditorio, tiendas, cafetería y la muestra, que preparan arqueólogos y antropólogos de la Universidad de Antofagasta.
“Habrá fotos y maquinarias de la industria salitrera, desde principios del siglo XX, además de vestigios prehispánicos, como cestería, cerámicas, tejidos, alfarería y adornos de la cultura Chacance, que se desarrolló en el cercano río Loa”, adelanta el antropólogo Agustín Llagostera.
San Pedro activa construcción de nuevo recinto
En San Pedro de Atacama, a dos horas y media de viaje de María Elena, la Universidad Católica del Norte (UCN) activó un plan de contingencia para trasladar las 380 mil piezas del museo arqueológico de esa comuna hasta un recinto provisorio.
El objetivo es que las muestras queden protegidas mientras se construye el nuevo museo, que contempla una inversión de $9.825 millones y cuyas obras partirán hacia fines de año en el mismo lugar.
El proceso estará a cargo de 25 funcionarios del Instituto de Investigaciones Arqueológicas del museo, que administra la UCN, quienes serán capacitados durante un mes para elaborar las cajas que resguardarán las piezas, con embalaje y codificación.
El resguardo se hará con diferentes tipos de materiales, como contenedores de cartón corrugado, madera terciada, con refuerzos internos de seda corriente y polietileno.
Los traslados solo se realizarán de día, para prevenir daños y robos, y en camiones acondicionados. El proceso durará más de seis meses, con 10 mil 500 cajas en que se trasladará un promedio de 15 mil piezas por semana. La colección más frágil está compuesta por cerámicas, restos óseos humanos y animal, cestería y textiles de la cultura atacameña.
El depósito temporal está cerca del actual museo, en terrenos de la UCN. Allí se instalarán 20 contenedores climatizados y protegidos de la luz solar.