Morro de Arica sufre tercer desprendimiento de rocas por un sismo
Por Ramón Vásquez, La Tercera.
Tras sismos de 1987 y 2001, el símbolo de la ciudad también tuvo serios daños.
“Las rocas de sentían como explosiones cuando caían al suelo y levantaban mucho polvo. Fue terrible”, cuenta Claudia Córdova, quien paseaba por el borde costero sur de Arica cuando comenzó el terremoto. Las grandes piedras que caían eran desprendimientos del Morro, Monumento Histórico y símbolo de la ciudad del extremo norte.
Con 130 metros de altura, en la década del 50 fue dinamitado para construir la costanera sur de la ciudad y tener acceso vehicular a las playas El Laucho, La Lisera, Arenillas Negras y Corazones.
Tras un sismo 7,4° Richter de agosto de 1987, sufrió sus primeros desprendimientos. Catorce años más tarde, un movimiento de 8,2° en la misma escala (con epicentro al sur del Perú), generó nuevas caídas de rocas.
En aquella ocasión los daños fueron mucho más graves, como recuerda Rogelia Villarroel, presidenta de la junta de vecinos aledaña al sector. “Las piedras caían como proyectiles y provocaron graves daños”, rememoró la dirigenta vecinal. En esa ocasión, uno de los bloques del Morro aplastó una persona que falleció.
La Municipalidad de Arica realizó una millonaria inversión e instaló mallas protectoras por todo el borde del peñón. Sin embargo, expertos advertían que el Morro estaba en grave peligro, pese a los trabajos.
“Es sabido que la instalación de las mallas no es suficiente y quedó demostrado con el terremoto. Para varios entendidos, el Morro ya no tiene arreglo, a no ser que se hiciera una intervención gigantesca y para eso hay que realizar un análisis específico”, explicó la directora del Centro Sismológico de la Universidad de Tarapacá, Bianca Glass.
Al respecto, la presidenta Bachelet, quien llegó a Arica ayer a las 17.30 horas, aseguró que “se está realizando un estudio para detectar si fue un desprendimiento o un derrumbe mayor”. Según eso, se va a tomar medidas para realizar una intervención mayor.
Personal del MOP trabajaba ayer en la remoción de rocas y en el despeje de la costanera, que quedó sólo una vía habilitada para el paso de vehículos. A pesar de esto, las autoridades recomendaron no transitar por el sector.