Incendio en Valparaíso: Diez dilemas ante la reconstrucción
Por Nicolás Valencia. Vía Plataforma Arquitectura
Para la madrugada del jueves, el incendio de Valparaíso había consumido 1.144 hectáreas y 2.900 casas destruidas en siete cerros de la ciudad costera, y en este momento, la urgencia comienza a dar paso a la planificación: para este domingo está pensado que finalicen los dos catastros de daño que realizan paralelamente el SERVIU (Servicio de Vivienda y Urbanismo regional) y FOCO Consultores (Plan Regulador de Valparaíso), formando la base de datos que definirá los primeros pasos de la reconstrucción. No obstante, ésta se enfrentará a al menos diez desafíos que quedaron al descubierto con el paso del fuego.
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Controlado el peor incendio en la historia de Valparaíso, las autoridades han comenzado a delinear los primeros pasos de la reconstrucción, no sin antes, dejando entrever los desafíos que esto plantea. Conversando con arquitectos, voluntarios, vecinos, organizaciones y profesionales públicos, presentamos grosso modo los principales dilemas que, luego de llevárselo todo, el incendio ha materializado.
I. Un lote, cinco familias: ¿Cómo definir prioridades?
Para la tarde del martes, el arquitecto Waldo Burgos (SERVIU) consideraba que existían 3.500 lotes dentro de la zona afectada, pero entre un 60% y un 70% de estos habían sido afectados por el incendio. Información ratificada días más tarde por el director del Departamento de Vivienda de la Municipalidad de Valparaíso, Roberto Contreras, al diario chileno La Tercera.
No obstante, un lote no necesariamente equivale a una vivienda o a una familia. “Acá no hay ni una ni dos, sino cuatro o cinco casas en el mismo predio. Con el catastro esa diferencia quedará más clara”, aseguró en reunión con los representantes de las Escuelas de Arquitectura de las universidades presentes en la región. Por lo mismo, el catastro desarrollado por el SERVIU posee un carácter social y técnico, apelando a diferenciar unidades de familias, propietarios de allegados, autonomía de dependencia de servicios y reconociendo las prioridades de esta diversidad social.
Este crisol de identidades que definir el carácter de los barrios arrasados por el fuego será de particular interés al momento de definir los criterios de planificación urbana, déficit habitacional y definición de infraestructura pública a construir: áreas verdes, escuelas y centros médicos, por nombrar los más urgentes.
II. Déficit habitacional: ¿Rapidez o calidad?
Cada día que pasa, es un día más sin casa para los miles de albergados en los colegios de Valparaíso. Además, se espera que este año el fenómeno climático de ‘El Niño’ haga descender las temperaturas rápidamente en mayo y se acumulen 50 mililitros de agua caída en la región, solamente en otoño. Entonces, el déficit habitacional es uno de los principales dilemas: ¿construimos rápidamente para que los afectados vuelvan a casa o esperamos para definir construcción de calidad?
“Las casas recién entregadas a raíz del incendio del 2008 en el cerro La Cruz y Mariposa, volvieron a quemarse porque se hicieron a la rápida y sin considerar potenciales medidas de mitigación”, señala Marcelo Ruiz Fernández, arquitecto PUCV e integrante de Metropolítica. Una fuente cercana a la Gobernación Regional señala que “la Ministra (de Vivienda y Urbanismo) sabe que no se podrá llegar y levantar casas tipo como siempre. Apelaremos a que ser creativos”.
III. Identidad: ¿Escenografía o realidad?
Las postales que circulan por el mundo con las grandes vistas del Valparaíso bañado en sol de atardecer veraniego ocultan un drama. Ése qué-sé-yo que hace tan reconocible a la ciudad puerto, oculta una realidad que se volvió visible con el incendio: el arquitecto y urbanista Iván Poduje señala que ”hay una idealización de la pobreza de Valparaíso con esta visión del anfiteatro […] y lo que hay es una gran cantidad de familias que viven en campamentos, en barrios alejados y sin infraestructura”, en entrevista con un noticiero nacional.
La identidad, más allá de cualquier atisbo turístico, no solamente reitera el dilema del déficit habitacional (¿rapidez o calidad?), sino también otorga un abanico de preguntas más difíciles de responder: ¿cómo es esa identidad?, ¿en qué consiste ‘mantenerla‘?, ¿será recrear una escenografía turística?, ¿a qué costo?
IV. Erradicación: ¿Mitigar o expulsar?
Las instancias de discusión entre expertos abre el eterno debate sobre la expansión de Valparaíso en zonas de extremado riesgo y la necesidad de erradicar extensas zonas para evitar desastres como éste. Las opiniones están divididas: algunos optan por mantenerlos a todo costo y desarrollar propuestas de mitigación, mientras otros por erradicarlos de ahí y evitar nuevas tragedias.
Sin embargo, es una decisión muy costosa política, social y económicamente. Los vecinos también lo saben y advierten. “Nadie se va a ir de acá. Todos tenemos familia, amigos y parejas acá arriba”, señala Natalia R., vecina del cerro El Vergel, adelantándose a la posibilidad de una erradicación masiva. “Cuando fue el incendio del 2008, andábamos urgidos [preocupados] porque nos decían que nos iban a sacar a todos. No deberíamos vivir acá, pero ¿adónde nos vamos? ¿A Curauma?”, ironiza haciendo referencia al proyecto inmobiliario residencial de clase media en las afueras de Valparaíso.
V. Infraestructura: ¿Cómo sube un camión de bomberos a la cima?
“Si nos guiáramos por los requerimientos técnicos, no podríamos construir nada más allá de la avenida Alemania”, comenta Daniel Morales, arquitecto UV y Secretario General del Colegio de Arquitectos de la región de Valparaíso, en referencia a la cadena Camino Cintura-Avenida Gran Bretaña-Avenida Alemania que serpentea entre los cerros, conectándolos y definiéndose también como límite social. “Hay tres niveles socioeconómicos en Valparaíso: el Plan; entre el Plan y avenida Alemania; y sobre la avenida Alemania. En este último se concentra la pobreza y todas las construcciones ilegales”, comenta.
Según los datos preliminares del SERVIU el martes 16 en la mañana, dentro de las construcciones afectadas por el incendio, hay 9 campamentos y 26 escuelas. Y lo particularmente grave no es únicamente su daño, sino los paupérrimos índices de equipamiento público para estas comunidades durante todos estos años de abandono. “Ni siquiera dan los radios de giro de un automóvil, y menos para un camión de bomberos”, agrega Ruiz Fernández, y señala que hay que pensarlo de otra manera. “Primero, transformar el Camino La Pólvora en una conexión transversal para los cerros. Pensar en el acceso a la ciudad desde los cerros” y el ejemplo de la ciudad de Medellín salta como referente entre los arquitectos consultados: mitigar, entregar equipamiento de primera clase y generar conexiones adecuadas de transporte público, además de pensar en transporte aéreo en el caso de desastres en altura.
VI. Autoconstrucción asistida: ¿Posibilidad de mejorar condiciones de habitabilidad?
Señalan arquitectos y funcionarios que uno de los principales objetivos del catastro es poder cuantificar la cantidad de vecinos aptos para recibir algún tipo de subsidio estatal para la reconstrucción de las viviendas. En ese sentido, la presidenta Michelle Bachelet ya confirmó la entrega del bono de enseres para los vecinos afectados por el incendio, y señaló que está en conversaciones un bono ministerial para la reconstrucción de negocios.
La línea de subsidios estatales de reconstrucción también considera la posibilidad de la autoconstrucción asistida, que representa, según Waldo Burgos, “la oportunidad para una persona que no puede pagar, de contar con un arquitecto y construir su propia casa“, abriendo la posibilidad para miles de familias de contar con una asesoría técnica, que bajo otras condiciones sería imposible, mas queda en discusión el real alcance porcentual que este subsidio pueda entregar a la zona.
VII. Reconstrucción: ¿Dónde empieza y termina mi vivienda?
Como señalábamos en el reporte desde el Cerro Ramaditas, hay familias damnificadas que prefirieron quedarse acampando en sus terrenos, en vez de bajar a los albergues habilitados. Hay miedo a perder lo que consuetudinariamente consideran como suyo, aunque no exista un papel que los respalda, y por lo mismo, rápidamente cercaron con maderas y latas de acero lo que hasta hace unos días era su límite privado.
Por otra parte, y como señala Waldo Burgos, hay un considerable porcentaje de afectados que son propietarios legales y de una “situación que les permitiría reconstruir con mayor rapidez que al resto”. Comparte la opinión D.G., vecino del cerro El Vergel: “también hay gente de clase media que lo perdió casi todo, pero al menos quedaron los pilares de hormigón y pueden empezar a construir al tiro“.
Estudiantes de la Universidad de Valparaíso cuentan que en algunos sectores del cerro La Cruz y Ramaditas ya han visto un par de casas levantadas en la tarde del miércoles 17. Y como en todo desastre, aparecen los conflictos, pues se advierte que posibles rencillas acumuladas sobre deslindes y convivencia entre propietarios y allegados exploten en este complejo “río revuelto, ganancia de pescadores”
“Acá todos los vecinos confiamos entre nosotros, así que evitaremos tener conflictos por los predios. Hay cosas más importantes como que nos traigan baños químicos a los vecinos que están acampando”, señala una dirigente vecinal del cerro Ramaditas.
VIII. Financiamiento: ¿Fondo permanente o nuevos impuestos al Puerto?
A nivel de discusión urbana, Valparaíso había llamado la atención por el pesimista informe de la UNESCO sobre el estado de la ciudad y su rechazo categórico a la construcción del Mall Barón y el Terminal 2 de Valparaíso, lo que abrió el debate a otros dilemas: ¿qué hacer con el borde costero?, ¿cómo proteger el patrimonio?, ¿cómo debe crecer Valparaíso?, y ¿está entregando el Puerto los recursos suficientes para el desarrollo de la ciudad?
Si bien se ha insistido en las últimas horas en la promulgación de una ley permanente, la ‘Ley Valparaíso’, que asegure un fondo permanente para la reconstrucción de la ciudad., también se ha pujado para que el Puerto pague mayores impuestos para compensar su impacto en la ciudad. En esa línea, Daniel Morales es enfático en señalar la búsqueda de un “financiamiento sostenido en el tiempo: un puerto sustentable que crezca hacia el sur y deje un borde costero para que los privados se desarrollen. Principalmente que el puerto genere un porcentaje mayor [de ganancia] que el que deja hoy en día, que es prácticamente nada […] Después de un tiempo, vamos a tener cerros reconstruidos, pero el resto [de las quebradas] van a correr la misma suerte: 42 zonas, 42 quebradas que deben trabajar de esa manera”.
Ruiz Fernández comparte la opinión de Morales, indicando que “hay que cambiar la lógica de inversión. El sistema nacional de inversión que tiene Chile está obsoleto con respecto a la complejidad humana. La planificación urbana no es un capricho burocrático, y este desastre se debe a la falta de esa planificación”.
IX. Mentir y salvarse
Respecto a los potenciales resultados de los catastros, un integrante del equipo ministerial recuerda la situación tras el incendio intencional en el cerro La Cruz en 2008, cuando fueron destruidas 70 casas y murieron cuatro personas, además de 50 heridos y 334 personas damnificadas: “La gente tenía susto de declarar [en el catastro]. Como creían que perderían sus beneficios, algunos eran capaces de mentir o incluso delatar a los vecinos. Una persona catastrada nos dijo: ‘yo estoy colgado al medidor de agua, pero el de la casa de allá se colgó del TV Cable‘”.
Dependiendo de la escala de estas deformaciones en la entrega de información, esto podría redundar en planes de intervención mal ejecutados. Por lo mismo, el instrumento de “Declaración de Lote” que maneja el SERVIU para el presente catastro es estrictamente una serie de checks, donde no quedarían respuestas a criterio del entrevistador.
X. Soberanía comunitaria: liderazgo popular no reconocido.
El término lo acuña Lautaro Ojeda, Arquitecto UV y Doctor en Ordenamiento Territorial y Urbanismo de la Université de Bretagne Occidentale (Francia), para hablar de la situación del cerro Las Cañas, también afectado por el incendio: ”nosotros trabajamos mapeando con otra colega todo el cerro hace unos años y ahí nos dimos cuenta que radica la soberanía comunitaria: son los liderazgos entre los vecinos los que definen sus posturas y eso en la reconstrucción debe ser reconocido”.
Como ocurrió durante el proceso de reconstrucción de las ciudades afectadas por el terremoto y tsunami del 2010, en donde las soluciones habitacionales, los diagnósticos ministeriales de necesidades y el perfil de los catastros fueron criticados por su carencia de reconocer las lógicas de desarrollo de las respectivas comunidades. En el caso de Valparaíso, los equipos ministeriales regionales cuentan con el antecedente del incendio de 2008 y en la cual reconocen la necesidad de considerar a estos liderazgos para los planes de reconstrucción.