Propuesta de Fundación Mi Parque para convertir las quebradas de Valparaíso en espacios públicos
Reconstruir la ciudad desde el espacio público
Lamentando enormemente la catástrofe ocurrida en Valparaíso, recordamos que muchas veces en nuestro país, este tipo de tragedias han sido el gatillante o la oportunidad para plantearnos la mejor forma en la cual queremos vivir nuestras ciudades. Como Fundación Mi Parque, creemos que es muy importante comenzar a pensar desde ya en una reconstrucción que mire más allá de la emergencia y que no incurra en los mismos vicios urbanos que afectan a muchos de nuestros ciudadanos y que arraigan fuertemente la pobreza a nuestro territorio.
El desastre en Valparaíso evidencia una vez más la vulnerabilidad con que viven muchos de nuestros habitantes y lo precario de nuestro ordenamiento territorial y planificación urbana, por lo que es momento de responder con urgencia pero responsablemente para construir ciudades sustentables, resistentes y resilientes. Es urgente planificar una nueva ciudad y no solo una solución habitacional a los damnificados, por lo que incluso la solución de emergencia debe tener esa altura de miras.
Para esto, uno de los ejes centrales es dejar de poner el espacio público tras la vivienda en las políticas públicas. La priorización de la vivienda ha dejado al espacio público como “lo que sobra”, “la tierra de nadie”, cuando debiera tener un rol central en términos sociales y urbanos.
En el caso de Valparaíso, donde gran parte de la ciudad se encarama sobre los cerros del paredón costero, sus quebradas tienen un enorme potencial como estructurantes del espacio público. La ciudad es constantemente atravesada por estos accidentes geográficos, subdividiendo los cerros en distintos barrios y sectores que le dan carácter al puerto.
Lamentablemente, con el tiempo muchas de estas quebradas se han ido llenando de basura, maleza y escombros, o peor aún, han sido ocupadas por campamentos y viviendas informales que buscan acceder a la ciudad aun cuando esto les implique asumir grandes riesgos. Estas condiciones aportaron considerablemente para que el incendio se expandiera con mayor fuerza y rapidez, pasando de cerro en cerro y barriendo con todo a su paso.
Estos espacios además de tener el potencial de configurar el espacio público, también pueden desempeñar un rol de “corta fuego” ante incendios tan lamentables como los que acabamos de presenciar, así como volver a ser los cauces naturales de evacuación de las aguas lluvias (previniendo aluviones) y servir para superar la brecha de áreas verdes que tiene la ciudad de Valparaíso .
Para lograr esto, es necesario sin embargo, pensar esos espacios, diseñarlos, activarlos y hacer que pasen a ser parte de la ciudad y no su trastienda.
Por otro lado, para que estas transformaciones urbanas sean efectivas es imprescindible incorporar a la comunidad en el proceso, trabajando a la par con ella porque son sus propios vecinos quienes conocen mejor las dinámicas que ocurren en el territorio y porque son ellos quienes podrían cumplir un rol trascendental usando estos espacios y protegiéndolos.
Creemos que esta situación de abandono del espacio público con los consiguientes riesgos que puede atraer no es algo propio y exclusivo de Valparaíso. Esta emergencia es un llamado de atención para que pensemos también en qué situación están el resto de las ciudades del país. ¿Podría suceder algo similar en Puerto Montt, Temuco, Concepción, Copiapó o Antofagasta, por nombrar algunas?
Considerando el origen de las causas, el plan maestro de reconstrucción debe considerar medidas que potencien a la ciudad y al mismo tiempo prevengan futuros incidentes. Uno de los problemas que se debería enfrentar en caso de consolidar estas quebradas como espacios públicos y áreas verdes es su mantención y sobre todo el riego. Para hacer esto de manera sustentable y que no signifique una carga mayor para el acotado presupuesto municipal, proponemos la incorporación selectiva de especies nativas perennes, de modo de ir reconstruyendo la identidad del paisaje natural local. La utilización de quillayes, peumos, boldos, litres, maitenes y chaguales, además de tener una menor demanda hídrica, son menos combustibles que especies como pinos y eucaliptos que abundaban en la zona del incendio. Por otro lado, para evitar que estas quebradas se sequen durante los meses de verano, facilitando la generación de incendios, se podrían instalar captadores de humedad de la vaguada costera que retengan el agua por medio de membranas y la acumule para utilizarla en eficientes sistemas de regadío así como también la acumulación de aguas lluvias y su fitodepuración a través de plantas y fibras vegetales para el riego.
Pensando en estrategias más complejas que podrían involucrar el directo compromiso de la comunidad, consideramos que una buena idea sería la implementación de sistemas de tratamientos de aguas grises (agua del lavatorio, ducha o lava platos que fácilmente pueden ser tratadas para ser inocuas para el riego). Así, las viviendas en torno a estos espacios podrían recolectar sus aguas grises de manera colectiva y utilizarlas para mantener estos espacios verdes a lo largo de todo el año, haciendo un uso eficiente y sustentable del recurso escaso del agua.
Desde un punto de vista más urbano, estas quebradas podrían generar conexiones dentro de la ciudad, dando accesibilidad a las zonas más altas y aisladas de Valparaíso hacia el plano y las zonas céntricas, donde se encuentra la mayor oferta de servicios, oportunidades y fuentes laborales. De esta forma, se pueden ir creando una red de espacios públicos, con equipamientos y servicios para la comunidad que reviertan los grandes déficit que presenta en esta materia Valparaíso.
Consideramos indispensable la elaboración de un plan estratégico que permita la recuperación y la sustentabilidad económica y social de la ciudad, en el cual el espacio público y las áreas verdes pueden desempeñar un papel fundamental. Las autoridades locales y un comité de expertos deben ser los encargados de conducir este proceso, contando con la participación y empoderamiento de los vecinos quienes viven y conocen las reales necesidades de la comuna, sin dejar de lado las distintas organizaciones civiles, académicos, profesionales, universidades, empresas privadas y todos los que tengan algo que decir para hacer de Valparaíso y de las ciudades del país mejores lugares para vivir para todos.
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